The Car fue el vehículo para que los Arctic Monkeys continuaran su camino hacia la sofisticación, aireando las instrumentaciones y dejando que la vocal se pasee por paisajes de sutiles teclados en tono retro, impulsados por cuerdas que se escapan por la ventana trasera. Por su parte, los dublineses de Fontaines D. C. entregaron Skinty Fia, su tercer álbum en el que va redefiniendo su origen postpunk para ampliarlo a otros estilos roqueros, con Nabokov incluido como referente literario. Con influencias de Dylan y Lennon, entre otros, el ex Woods Kevin Morby firmó el brillante This is a Photograph, íntimo álbum de instantáneas pandémicas en clave americana que van de la alegría a la incertidumbre y de ahí, a las angustias y esperanzas existenciales.

The 1975 recuperó el camino con Being Funny in a Foreign Language, quinto álbum con claros signos de madurez en la composición y en la propuesta letrística, agudizando su habitual pop ahora en más calma para dar el mensaje de unión pero también de rupturas sentimentales y añoranzas familiares; de ahí nos embarcamos con MJ Lenderman y su guitarra que navega entre el indierock y el country para pasear por Boat Songs, cotidianidad elevada a territorios inasibles, entre rítmicas de sostenimiento que nos mantienen a flote. Y en estos terrenos del pop, Harry Styles nos invita a su hogar vía Harry’s House, tercer disco en tono confesional que se sustenta en melodías evocativas y el sencillo de rigor que suene por todas partes.

El prolífico Alex G entregó su noveno álbum, God Save the Animals, confeccionado con detalle en la similar tesitura indie y lo-fi de sus trabajos previos e integrando ideas diversas, ahora compartiendo historias de marinos, convictos y labores cotidianas. Ugly Season empieza como una caja de música de la habitación y se va sumergiendo hacia profundidades que llegan hasta a los cenotes: en su sexta entrega, Mike Hadreas, a. k. a. Perfume Genius, revisita en tonos lánguidos, que de pronto parecen recuperar energías extraviadas del subsuelo, una temporada difícil, bien expresada en esos escarceos electrónicos que buscan algún rayo luminoso. 

De los cuatro discos que entregaron los australianos de King Gizzard & The Lizard Wizard este año, Ice, Death, Planets, Lungs, Mushrooms and Lava es el más sugerente, preparando los elementos del título a partir de una orientación funkie que se entromete en su característica sicodelia, llevándonos por rutas pintadas de colores absorbentes, cuyos trayectos sobrepasan los seis minutos. Por su parte, Brendon urie, a través de su proyecto Panic! at the Disco, entregó Viva las Vengeance, su séptimo disco en el que destila ese pop efervescente que nos levanta del asiente para formar parte de la teatralidad que festeja la vida, con todas sus agridulces estaciones.

Los angelinos de Dawes labraron con naturalidad y sofisticación al mismo tiempo, un conjunto de siete canciones que integran Misadventures of Doomscoller, melódicamente sensible y convincentemente interpretado entre esos apuntes de folkrock que por momentos, en efecto, se asumen aventureros de la costa oeste, mientras que See Through You, sexto álbum de A Place to Bury Strangers, se moviliza entre tonos dark de impulso postpunk, entre heridas que piden abrazos aunque sean anunciados por vocalizaciones que parecen venir de alguna tumba que mira a través de nosotros.

Bartees Strange, nacido en Inglaterra pero asentado en Washington, nos invitó a su ágape en To Farm To Table, opus dos en el que confirma los alcances de su debut: un indie rock que se alimenta de letras sensibles, entre el acento político y las rupturas emocionales, para terminar siendo un gran platillo del buen comer, variado y nutritivo, como You Belong There, obra en solitario de Daniel Rossen (Grizzly Bear, Departament of Eagles) que transcurre con apuntes barrocos que impulsan al folkrock Life is Yours, séptimo disco de Foals, ahora asume un tono más festivo con esas inserciones funkie y una mayor presencia de sintetizadores con galopantes ecos ochenteros.

Nueve años después de su anterior grabación, el músico belga Stromae regresa con Multitude, un mosaico de sonidos europeos precisamente amalgamados para contar historias con enfoque social destiladas en doce canciones breves y concisas, que no exceden los 3 minutos y medio, arregladas con inusual solvencia. Por su parte, el brasileño Tim Bernardes entregó su segundo álbum, Mil Coisas Invisíveis, en las que apuesta por un tono de serenidad, de volver a mirar la cotidianidad a partir de la cadencia de las músicas de su tierra como la tropicalia y sonidos folk de alcance global.

Por su parte, Benjamin Biolay, abanderado del mejor pop francés que desciende de la chanson, continúa desplegando capacidad melódica en Saint-Clair, aderezado con esas cuerdas que suenan inmortales y la energía propia de quien aún cree en el amor. También desde Francia, los versallescos de Phoenix entregaron su séptimo álbum, Alpha Zulu, recuperando su mejor forma con la energía discopop necesaria y esa sensación de inmediatez que parece rebotar en cada uno de los cortes. Papercuts, el proyecto del californiano Jason Robert Quever, entregó Past Life Regression en sintonía con Velvet Underground, su gran influencia, con momentos luminosos y reflexiones sobre el más allá que nos remiten al contexto próximo.

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