La casa imaginada, quemada, destruida
Con la maleza ya alta,  creciendo sin control
Entre las húmedas habitaciones.

La casa desde hace mucho tiempo está vacía
Pero en sus espacios resplandece la luze
Una luz tan irritante y vacía como la casa misma. 

En la casa no hay ruidos
Y predomina en ella una dura serenidad.

Las viejas puertas que sobrevivieron 
El infortunio ya no cierran 
Y si uno se asoma, se puede ver a una pobre
Mujer marchitándose 
Sobre una cama que sin duda le es ajena.
 

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