POESÍA
Poesía • Le han llamado • Leopoldo Navarro
Leopoldo Navarro

Le han llamado compromiso con las letras
y entonces uno se adjudica el compromiso de justificar el reconocimiento
tal vez desde un origen en que los pañales pueden haber sido de papel periódico
o de historietas devoradas a puños
o de tropezar con que la vida se complicaba en la definición de lo que se habría de ser
pero encontrarse tatuado como coraza el ABC y sus rigores
bajo la acusación de morfosintáctico asestada por aquel amigo quedado en el camino
de la amistad
(la gran Janis, ¿lo recuerdas?, se descubrió en el desgarre de un grito que de eso también se come)
desde vender -bueno, intentarlo- libros casa por casa
pasando por seguros fraudulentos de auto
periodismo
muebles
periodismo
poemas
periodismo
bisutería en abonos
periodismo
tirar a un lado del camino la dorada burocracia que permitiría ser a estas alturas
un cierto
naftalínico
recuerdo en el olvido de los nietos
bajo el grito de guerra de "vida, tú sigue complicándote
que yo me aplico en acicalarte los caireles"
impartir talleres de lectura sobre novela de la revolución mexicana
en los que uno iba descubriendo
la novela de la revolución mexicana
emprender correcciones de estilo en las que te sonrojaba la falta de uno propio
inventarle ferias a una negrita cómplice
para que algunos carentes de vida se inventaran el descubrimiento de América
labrarse los oficios de editor que en el inicio harían a dos o tres sonreírse por la espalda
buscarle a la edición eso que hace defenderla como género literario
tardar pero entenderla como oficio de complicidades
como navegación acuciosa para depositar en buen puerto el parto de los autores
como bodega-catálogo en que duermen su eterna siesta unos cuantos títulos en espera de lector
como placer de placeres en la mesa puesta para que una ciudad
-y en ella quienes la viven-
se sienta observada desde la severidad del goce.
Esto
asumiendo que no ha excedido sus protocolarios tres minutos de vida
es a fin de cuentas la expresión de un venturoso sobreviviente del cuaderno Paquito de doble raya la Olivetti Lettera 32 -estuche incluido-
el papel carbón
el mimeógrafo
la cabina para llamar a larga distancia cuando una operadora lo indicara
el teléfono de disco -en la tienda de la esquina y con suficientes monedas en el bolsillo-
los disquetes de cartón
los de tres y media pulgadas
la palm
pero
sobre todo
de un apasionado del libro
de su autoría
de su hechura y de su búsqueda de destinatarios para entablar la conversación-lectura
que le dé sentido.
Esto también es la expresión de un sobreviviente de buscar en mi anacrónica red social a quiénes 'etiquetar'
y notar que entre los recién transcurridos setenta
y la nueva normalidad
sembraron con irreversibles ausencias un panteón
al que honro pensando los nombres que lo pueblan.
A propósito de nombres, están aquí los de Carlos Alejandro, Tanya Siboney, Rocío de Libertad, Emiliano, estos frutos de la Tierra íntima para quienes tengo mis emociones y deudas.
Y, citando sin citar al poeta, éste puede ser buen momento para iniciar la escritura.
¿Quieres que te lo cuente otra vez?
León, Guanajuato, 12 de mayo de 2023
(en la recepción del Reconocimiento Compromiso con las Letras, FeNaL 34)