POESÍA
Tachas 518 • Postales azules • Ángel Aviña
Ángel Aviña
otra mañana
los objetos no esperan
en agosto hay bombas
membranas
figuras dibujadas en el asfalto con extremidades perdidas
en la ventana
manos que se hacen falsos recipientes
paredes como glaciales que pintan un pueblo fantasma
pero al otro lado hay una orilla
un esfuerzo triste que demolería
el olvido de tu nombre
un horror
que sospecho
se esconde en un rollo de estambre
una civilización empalada en un lápiz
al pie de un incendio matutino
un prado con templos sin campanas
que excavan su propio flanco
en los bolsillos rotos de los feligreses
pero estoy parado
al centro de la postal
hay bordes que aún no exploro
hay lenguas que transmiten tardes frías
hay cosas que no mueren
pirotecnia
escondites
luz que extingue árboles de columnas vertebrales
huellas de un campo minado
transcritas de un vitral
que nadie reconoce
hice silencio
nadie advertía
que encontré contigo
un castigo sensato
sé que soñarnos atrapados
nos haría despertar envejecidos
un maxilar flotando en una taza de agua
una antorcha que carga un brazo encendido
hasta arrojarse al precipicio
me pregunto
si el dolor describe
la paciencia con que un viaje se posterga
en otra historia
el tiempo resta tu insomnio
de su cauce
y nos damos cuenta acorralados
que un recuerdo nos invade
no sé si tus manos tocaron la costa
y petrificaron el agua para quedarse en tu postal
o es que los peces temen que entres dormida
y conviertas el mar en un naufragio interminable
me pregunto
si el dolor alcanza
ahora que el hambre es una herida
ahora que mis ojos
esperan al pie de tu cama
un temblor para agitarnos en el silencio inútil
y escuchar el goteo de la ventana
me pregunto si la muerte espera
ahora que la vida
flota
como una tormenta blanca
que dibuja un relámpago para pronunciarte
ahora debo entrar despacio
con las manos atadas
en un luto de afilados colores
que construyen otra costa oscura
y un monumento de sal
en el aire que circula por tu lengua
hay un estallido
una incisión delgada
un lenguaje breve
un río lento
tu piel que balbucea
conversaciones perdidas
caminamos en otra postal
timbramos con mentiras
una roca
sostienes pestañas en tus dedos
mientras pides un deseo
la luz deja un hueco a lo lejos
como un respiro que canta
como un oído que parpadea
al fondo el invierno se mece en tu silla vacía
y nos arranca la cabeza para dibujar
rosas rojas en la nieve
volvemos a casa entonces
la postal no tiene un destino
pero guarda un sonido de alerta
que ignoramos
tú cultivas las piedras
que guardas cuando huimos
nada crece en nuestro patio
***
Ángel Aviña Solís (León, 1997), Poemas suyos aparecen en las revistas: Tres pies al gato, Bitácora Random, Tachas, La Rabia del Axolotl, El Grito Literario y La Ubre Amarga. Ha sido participe en los proyectos de la poeta Romina Cazón: El poema del día es, Poetas en MP3 y Revista El Humo. Obtuvo el primer lugar en la categoría de Poesía Libre de los Premios de Literatura León 2019 por la antología Apolo. Ama Dark Souls y a David Lynch.
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