DISFRUTES COTIDIANOS
Tachas 520 • Tina Turner: La reina ácida que pudo haber sido y fue • Fernando Cuevas
Fernando Cuevas
Sus territorios fueron el R&B, el soul y el rockpop, trabajados a partir de una poderosa presencia y una hechicera vocal contralto, capaz de transitar de una emotividad resolutiva a una demandante intensidad. Bautizada como Anna Mae Bullock (Tennessee, 1939), desde pequeña se enfrentó a diversas adversidades como la pobreza, el abandono y la pérdida de seres queridos. Cantante avanzada en el coro, fue empleada doméstica y auxiliar de enfermería, así como jugadora de básquetbol. A mitad de los cincuenta se empezó a vincular con el escenario para desarrollar sus capacidades histriónicas y vocales.
Formó el exitoso dueto Ike & Tina Turner en 1960 con quien sería su esposo, un reconocido compositor y productor del cual se separaría en 1978 tras ser víctima de violencia, y firmaron The Soul of Ike & Tina Turner (1961), en clave góspel; la pareja produjo cerca de una veintena de álbumes en estudio, además de los grabados en vivo, y alcanzó diversos reconocimientos, en particular por las logradas versiones, arreglos lucidores y la voz que igual se desgañitaba que se aterciopelaba según las necesidades de la canción. Su obra final, cuando ya estaban separados, fue Dellilha’s Power (1978), integrado por las últimas grabaciones que se habían quedado en el tintero.
Ya en solitario, si bien había grabado el sencillo Too Many Ties That Bind en 1964 bajo su nombre, firmó Tina Turns the Country On (1974), incorporando un poco de country y arriesgándose a realizar algunas versiones de Bob Dylan, Dolly Parton, James Taylor y Kris Kristofferson, resueltas con soltura y de paso, echando un poco de combustible para, en efecto, encender la pradera; siguió con Acid Queen (1975), en plan bluesrocker británica con The Rolling Stones, The Who y Led Zeppelin, ni más ni menos, y todavía con alguna grabación al lado de Ike; cerró la década con Rough (1978), ya separada de Ike y con apuntes bluseros y discotequeros, que alcanzaron también al Love Explosion (1979), infectado por un funk afrancesado.
Tras una colaboración con el grupo BEF en 1982, presentó el rompedor Private Dancer (1984), cuya canción titular con esos regresos intimistas fue escrita por Mark Knopfler, y que significó uno de los mayores resurgimientos en la historia de la música popular. Antecedido por el sencillo Let's Stay Together, original de Al Green, el álbum no tiene desperdicio: desde la muy afamada What's Love Got to Do with It hasta I Can´t Stand the Rain, original de Anne Peebles, y pasando por la incombustible Better Be Good To Me, la voz combinaba el tono pedregoso con un espíritu de renovación emocional, por supuesto, exigiendo el respeto bien merecido. Incluso incluyó una versión de 1984, obra de Bowie con quien colaboró en la canción Tonight y por aquellos años colaboró con diversos colegas, como Bryan Adams con el sencillo It’s Only Love.
Ya con el reconocimiento ahora de las nuevas generaciones, participó en el filme Mad Max Beyond Thunderdome (1985) y su correspondiente soundtrack con dos cortes, uno de ellos, el muy sonado We Don't Need Another Hero (Thunderdome). La buena racha se extendió hasta Break Every Rule (1986) con canciones nuevamente de los ingleses Terry Britten y Rupert Hine y del escocés Graham Lyle, así como Knopfler y Bowie; Typicy Male, Two People, What You Get Is What You See y Back Where You Started, se constituyeron como las canciones responsables de la buena recepción del álbum, conservando esa justa combinación entre el pop y el R&B con toques roqueros. Culminó esta productiva década con Tina Live in Europe (1988) y Foreign Affair(1989), que contiene The Best, otro hit de largo alcance ideal para que el graderío celebre el triunfo de su equipo.
Después del recopilatorio Simply the Best (1991), presentó What's Love Got to Do with It (1993), banda sonora del filme biográfico acerca de su trayectoria con I Don't Wanna Fight como estandarte; Angela Bassett encarnó a Turner y Laurence Fishburne a Ike. Participó con la canción titular de la bondiana GoldenEye en 1995, escrita por Bono y The Edge e incluida en Wildest Dreams (1996), su siguiente disco en estudio al que le sucedería el cerrador Twenty Four Seven (1999), de cuidada producción. All the Best (2004), con un trío de canciones inéditas, antecedió a su último lanzamiento, Foreign Affair: Deluxe Edition (2020), una reedición del disco de 1989 con otro álbum en vivo y diversas versiones y lados B. Descanse en paz la gran cantante suiza, nacionalidad que consiguió en el 2013, reina ácida cuyas canciones forman parte de nuestro amoroso cotidiano.