Nos hallamos en un momento clave de la evolución humana. Por encima de cualquiera de las revoluciones tecnológicas desarrolladas a lo largo de nuestra historia, la rueda, los metales, la escritura y los libros, la imprenta o las máquinas, la inteligencia artificial presenta disyuntivas inéditas. Tan prometedoras como potencialmente desastrosas. Pero ¿en qué consiste y qué es la inteligencia artificial? 

Nexus (Debate, 2024) de Yuval Harari es un viaje a través de la historia de la humanidad, desde el punto de vista del manejo de la información y de las narraciones que han construido nuestra civilización actual. Hemos llegado al punto de crear entidades autónomas, capaces de perseguir objetivos, comunicarse a través de lenguajes propios, generar nuevas ideas y tomar decisiones por sí mismas dentro de las redes cibernéticas que cubren el planeta entero. 

Su poder lo percibimos de manera cotidiana a través de nuestros dispositivos electrónicos, cuyos mensajes son administrados por algoritmos inescrutables. Harari nos advierte a través de casos concretos; las elecciones de Brasil, de donde salió triunfador Jair Bolsonaro; o el genocidio contra la minoría rohinyá en Myanmar, atizado por los sistemas de Facebook que buscaban de cualquier forma implicar a más y más usuarios de la red. Si no tomamos las precauciones necesarias, los ordenadores muy rápidamente pueden asumir el control global o servir a un estado totalitario, como lo soñaron el fascismo y Stalin. 

Pero esto no lucirá como un calco de Terminator 2. Como un Rousseau del siglo XXI, Harari sostiene que el error no se encuentra dentro de la naturaleza humana sino en nuestras redes de información. En particular de aquellas que donde prima el orden sobre la verdad. Cuando la verdad es reprimida y perseguida, las redes son capaces de justificar los peores desastres; cuando el poder de una red se incrementa, sus mecanismos de autocorrección se tornan más importantes. La dificultad que plantea la Inteligencia Artificial es su carácter global, la capacidad de pensar más allá de lo humano, además de la falsa idea de infalibilidad que le otorgamos como usuarios. Harari propone mecanismos de autocorrección humano-digitales para auditarla, censura absoluta a los bots o suplantaciones máquina-humano. Además de principios básicos para el desarrollo de las nuevas redes de informática: benevolencia, descentralización, mutualidad y margen para el cambio y el descanso. 

Nexus es la puerta dorada para cualquiera que desee conocer el por qué y para qué de las nuevas tecnologías, un complemento al nivel de sus libros anteriores, 21 lecciones para el siglo XXI (Guía 284), Homo Deus (Guía 225) y De animales a dioses (Guía 130). 

Con la advertencia de que no se trata de un libro apocalíptico o desesperanzador, me despido con un fragmento que ilustra su pragmatismo y profundidad:

[…] si sorteamos la complacencia y la desesperación, seremos capaces de crear redes de información equilibradas que mantengan a raya su propio poder. Hacerlo no depende de inventar otra tecnología milagrosa ni de dar con otra idea brillante que de alguna manera haya escapado a todas las generaciones previas. Más bien, para crear redes más sabias debemos abandonar, tanto la idea ingenua como la populista de la información, dejar de lado nuestras fantasías de infalibilidad, y comprometernos con el trabajo duro y bastante prosaico de construir instituciones con mecanismos de autocorrección sólidos.

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