viernes. 19.04.2024
El Tiempo

La otra operación política

“Hoy hemos tomado la política en nuestras manos, y por más que en este 2018 intentarán arrebatárnosla una vez más quienes la han tenido secuestrada, estoy seguro de que no podrán...”

La otra operación política

La elección de este 2018 es, por muchas razones, la más diferente que ha vivido el país. 

Además de estar en juego mucho más que nunca, están operando otros actores que jamás lo habían hecho. 

Hasta hoy, el término operación política va acompañado de cierto olor a corrupción, carga los años de simulación que ha vivido nuestra democracia y, sin duda, nos parece algo de lo que no queremos ser parte. 

A pesar de eso, y tal vez sin querer queriendo, hoy habemos un ejército de operadores políticos en la calle, cambiando todas las reglas no escritas de esa actividad. 

Ese ejército tiene el rostro joven y una mirada llena de esperanza, pero cansada de revisar que la aplicación del INE capture bien, tanto la clave de elector como el OCR de las credenciales de las miles de personas que hoy ya no creen más en la vieja política. 

Quienes estamos recabando firmas para alguna candidatura independiente, conocemos la emoción de llegar en la noche y enviar las firmas recabadas: gozamos el resultado de nuestra propia operación política. 

En las vísperas de esta elección existe una cruzada por resignificar la política, por quitar las connotaciones negativas al concepto de ser y hacer política. 

Esta cruzada, comandada por los más jóvenes, se enfrenta a la otra política, a la que le ha dado ese sentido negativo al ejercicio, la que repudiamos, la que padecemos, y la que este año –más que nunca- estará “operando” a la antigüita para no perder su gallina de los huevos de oro. 

Sin que sea relevante cuántos independientes lleguen a la boleta, y más allá del resultado de la elección, lo que tenemos hoy es invaluable para el país: una generación que domina la geografía electoral. Distritos, secciones, municipios, mapas, lista nominal y demás conceptos, que hasta hace muy poco eran exclusivos de los cuartos de guerra de los partidos que de la política hacen conflicto. 

Esos jóvenes que conocen su distrito, que han experimentado la satisfacción de ir casa por casa escuchando y compartiendo historias, haciendo política, con ideas y sueños y no con despensas y amenazas, son la verdadera esperanza de México. 

Hoy hemos tomado la política en nuestras manos, y por más que en este 2018 intentarán arrebatárnosla una vez más quienes la han tenido secuestrada, estoy seguro de que no podrán. 

Las candidaturas independientes no son una disputa por el poder; son un proceso de ciudadanización de la política, que siempre nos ha pertenecido, aunque la vieja guardia opine lo contrario.