Opinión • Los días y sus cosas • Arturo Mora Alva

“El contexto social vigente hace que el dolor, la frustración y la injusticia sean algo cada vez más común…”

Opinión • Los días y sus cosas • Arturo Mora Alva

Cuando eres joven quieres que tus emociones sean como las que se contaban en los libros. Quieres que te trastoquen la vida. Más tarde quieres algo más tenue, más práctico: quieres que sostengan tu vida tal como es. Quieres que te digan que las cosas están bien.
Julián Barnes

Y nada abreviare que deba sucederme, ni la pena ni el éxtasis, para que cuando sea vieja tenga como deleite la detallada historia de mis días.
Ángeles Mastretta

Sólo somos personas cuando nos situamos frente a otro, nunca de forma aislada. Lo que nos convierte en personas es el vínculo con el otro, la relación de amor.
Julia Kristeva



 

Ha sido un día soleado. La forma en que la vida se expresa me sigue asombrando cada mañana. Deja el corazón acelerado y se va apaciguando conforme la tarde deja que el sol llegue al poniente, donde se pinta el horizonte con colores de fuego. Los ojos y los sentidos de quienes nos damos unos minutos para observar ante la iluminación del crepúsculo es indescriptible e inefable, y hace que los pensamientos puedan tejer algunos sentimientos con los sentidos en el corazón que nos habita y habitamos.

Cada vez son más los relatos en donde las historias de vida dejan en jirones el alma de quien narra y de quien las escucha. La vida no tiene un guion preestablecido para cada persona, y las formas en que las personas van enfrentando la vida tiene un nivel de crudeza, de dolor y pena que rebasa lo imaginable, y más cuando nos aferramos a que querer hacer reales, aun en el imaginario, las narrativas del éxito, del confort o de la felicidad. 

Cada vez las historias que dan cuenta de la vida de algunas personas nos ponen en el filo de la cordura. Lo real está marcado con travesías que no llegan muchas veces a los libros, o son historias que se quedan en quien las oye, con la empatía y el respeto mínimo de hacerse humanamente solidario, si nos damos la oportunidad de oír sin prejuicios y sin adelantarnos a los desenlaces de historias sin un fin predeterminado. Para bien o para mal, la vida se expresa en el asombro de lo sublime y hermoso, a la vez terrorífico y catastrófico, entre el amor y el odio, entre la felicidad y el sufrimiento, entre placer y goce.

El contexto social vigente hace que el dolor, la frustración y la injusticia sean algo cada vez más común. Se van naturalizando la impunidad y discriminación, y las violencias se instalan como si fueran inevitables y permitidas. Las instituciones sociales y del Estado van legitimando el abuso del poder, a partir del juego en el que aparentan servir y procurar a todos, cuando en los hechos sirven y benefician solamente a unos cuantos.

La estructura social y económica se convierte en el escenario en el cual el mercado y el capitalismo convierten todo en mercancías, en efímeros logros que se venden como ilusión de felicidad y en los que lo desechable es el atributo casi único de las mercancías junto con las marcas comerciales, alentando un consumo desenfrenado,  como si fuera la verdadera señal de triunfo en la vida, donde lo que importaría es el individuo -solo y aislado-  que iza como único estandarte el poder comprar y tirar, que consume y desecha, pese a que puede aparentar una conciencia ecológica, pero nunca de clase, y cada vez menos compromiso con asumirse como parte de la ciudadanía activa.

Se ha realizado la Consulta Popular. Más allá de los resultados que se obtengan, la participación ciudadana habrá sido baja y dejará muchas lecciones sobre las tareas pendientes en la construcción de la democracia en México.

El contexto político y la cultura política nacional redujo las obligaciones ciudadanas al voto electoral, dejando de lado otras formas de participación social en la vida política de lo que implica tener una democracia. La consulta popular, junto con otras formas de la participación social en política, pudo tener una estrategia más adecuada, desde una pedagogía por ejemplo para impulsar la educación cívica. La Consulta Popular se quedó a medias, en mucho por falta de recursos presupuestales y de una adecuada difusión.

La llamada gobernanza, que busca incluir a la ciudadanía en diversos procesos de consulta de opinión, no deja de ser una tarea urgente que se deberá impulsar, y a la que le falta mucho por recorrer. Por un lado, se necesita una actitud seria y real de los gobiernos para incluir a la ciudadanía en la toma de decisiones. Por otro, se requiere construir credibilidad y confianza hacia las instancias de poder y de gobierno. En ese sentido, habrá que seguir exigiendo transparencia y rendición de cuentas, como un mínimo necesario.

En cualquier caso, debemos aceptar que la dimensión política de la vida social está también marcada por la realidad humana del uso y abuso del poder. Buena parte de las tragedias personales están marcadas por la ineptitud, impunidad, corrupción e ineficacia de buena parte de las instituciones de la administración pública en todos los niveles de gobierno. Así, hoy la situación de inseguridad que se vive en México, en Guanajuato es detonante del sufrimiento de cientos de miles de familias, y exige resultados inmediatos de los responsables de investigar y sancionar a los culpables de homicidios dolosos, feminicidios, secuestros y extorsiones y desapariciones.

A veces lo único que vamos teniendo para encontrar algo de paz y tranquilidad en el corazón, es dejarnos tocar por las cosas más sencillas de la vida, asombrarnos por el amanecer con su fuerza de vida, por los atardeceres que pueden rodear de luces cálidas el espíritu, y entre todo ello, voltear a vernos y reconocernos para dar paso a una fraternidad  y sororidad que necesitamos construir todos los días.