viernes. 19.04.2024
El Tiempo

Sí se toca • David Herrerías

“Pasa como en el sexo: todo se puede tocar… pero hay formas y momentos…”
Sí se toca • David Herrerías


Pasa como en el sexo: todo se puede tocar… pero hay formas y momentos. Los primeros marchantes por la defensa del INE repetían la consigna “El INE no se toca” y a mi me cuesta decirlo, porque durante muchos años hemos tratado de impulsar cambios que serían benéficos para la democracia. Gran parte del arreglo electoral actual nos ha llevado a esta partidocracia que ahoga nuestra democracia.

Por ejemplo: hace años nos hemos quejado de las carretadas de dinero que se dan a los partidos, y mediante una reforma constitucional se aseguraron de que nunca disminuyera, sino que aumentara conforme creciera el padrón electoral. No se trata de ahogarlos, pero el financiamiento podría fácilmente reducirse a la mitad. Ese financiamiento no sólo es excesivo, sino que pervierte a los partidos mismos.

El tema de los plurinominales ha estado también en discusión de desde hace mucho. Es bueno que exista una forma de representación de las minorías, pero al dar facultad a las dirigencias partidarias de formar las listas fortalece el poder de las cúpulas y aleja a los partidos de los electores. Se pueden mantener los legisladores de representación proporcional (quizá menos) pero buscando formas de elección en las que el voto ciudadano sea más decisivo. Junto con esto vale la pena pensar en legislar sobre elecciones primarias obligatorias, para que el voto ciudadano pueda influir más desde la elección de los candidatos al interior de los partidos.

También se puede repensar la forma de elegir a los consejeros del INE, porque el mecanismo actual siempre termina siendo un asunto de cuotas: no se busca un INE imparcial, sino uno más o menos cargado hacia uno u otro lado. Hace unos meses escribí en este espacio a propósito de un libro de David Van Reybrouck que el azar puede funcionar en muchos casos para fortalecer la democracia. En la elección de consejeros bien se podría tener un comité nombrado por las principales universidades del país, que hiciera un listado de 30 o 50 personas idóneas y que fuera el azar quien las eligiera.

Podemos poner a revisión un modelo de organización de elecciones que hemos construido a lo largo de treinta años y que es excesivamente caro. Debemos desterrar esa idea de que pagar sueldos estratosféricos blinda a las personas contra la corrupción. Martín Faz Mora, después de una vida dedicada a la defensa de los Derechos Humanos, es ahora miembro del Consejo del INE y ha insistido en bajar su sueldo, lo cual demuestra que podemos tener consejeros honorables sin necesidad de pagar sueldos estratosféricos.

Ahora bien, es claro que debemos segur perfeccionando nuestro sistema electoral, pero lo que propone el llamado Plan B son tocamientos obscenos fuera de tiempo y lugar. Las reformas tienen que surgir de consensos amplios, no en momentos de crispación y polarización como el actual. Hay que discutirlo ampliamente, y establecer fechas de aplicación de mediano plazo, para que no se legisle con la finalidad de obtener ventajas inmediatas. Qué bien que en la marcha del próximo domingo se promueva el eslogan: “mi voto no se toca”, porque eso, con cualquier INE, el reformado o el actual, es el punto de partida para cualquier sistema que pueda ser llamado democrático.