sábado. 28.06.2025
El Tiempo

Latinismos en los medios

"Los medios de comunicación en muchos casos son responsables de la difusión de barbarismos, formas inapropiadas de expresar algo..."

Latinismos en los medios

Los medios de comunicación en muchos casos son responsables de la difusión de barbarismos, formas inapropiadas de expresar algo, sea por voces trastocadas, construcciones incorrectas o francos contrasentidos (ello sin restarle responsabilidad a profesores, padres de familia y oficinas públicas).

Decía Mao Tse Tung, líder de la Revolución China: «Cuando uno escribe para sí mismo, el problema es uno. Pero cuando se da a leer a otro un texto, el error se duplica; y si se publica, lo incorrecto se multiplica». Me refiero a la responsabilidad de quien escribe. Sea como fuere, escribir siempre conlleva la responsabilidad de afectar a quien lee (esa es la pretensión de cualquier texto, que la otra persona tome conocimiento; eso ya implica influir).

Alex Grijelmo, cuando era director de la agencia española de noticias EFE, consciente del riesgo de publicar barbaridades, promovió la formulación de un Manual de estilo para los periodistas y correctores de la Agencia. El documento fue tan bien recibido y del interés no solo sus trabajadores que con el paso del tiempo ha propiciado la Fundación español urgente, Fundéu. Esta institución publica regularmente información para apoyar a reporteros y correctores de los medios. Cuenta con la asesoría de la Real Academia Española, lo que garantiza que la información no represente la opinión de un redactor, sino de los especialistas del lenguaje.

Reviso una de las recomendaciones sobre el uso de latinismo por el uso, en ocasiones, abuso; y no pocas veces imprecisión al enunciarse. En los documentos públicos, ya hablando de nuestro ámbito, no son admitidos pues la ley establece que debe escribirse en idioma español (tanto la Ley Federal de Procedimiento Administrativo como el Código de Procedimientos y Justicia Administrativa para el Estado y Municipios de Guanajuato). En el resto de textos (de particulares) se admiten, pero no se recomienda porque para muchas personas son de difícil interpretación. Entonces, incluirlos propicia el efecto contrario de una comunicación.

Los latinismos deben distinguirse de las voces incorporadas. Su grafía se parece, pero al aparecer en el Diccionario, registran las reglas del idioma. Así tenemos que ‘memorándum’ y ‘currículum’ –por citar ejemplos muy comunes– no son latinismos y por eso no se deben escribir en cursiva, pluralizar bajo las normas de esa lengua y deben tildarse, como corresponde a cualquier vocablo en nuestro idioma.

Diferente cuando palabras y frases pertenecen al latín: en cursivas y sin tilde (acento gráfico). Por supuesto, debe evitarse la modificada por semejanza a algún vocablo del español, como cita un artículo de Fundéu relacionado con el tema. Esta es la razón de muchos usos inapropiados. 1. corpore insepulto, no ‘de corpore insepulto’: significa ‘con el cuerpo sin sepultar/de cuerpo presente’; 2. grosso modo, no ‘a grosso modo’: significa ‘aproximadamente’ o ‘a grandes rasgos’; 3. ipso facto, no ‘de ipso facto’: significa ‘en el acto, inmediatamente’; 4. modus operandi, no ‘modus operandis’: significa ‘modo de obrar’; 5. modus vivendi, no ‘modus vivendis’: significa ‘modo de vivir’; 6. motu proprio, no ‘de motu propio’: significa ‘por propia iniciativa’; 7. mutatis mutandis, no ‘mutatis mutantis/mutatis mutandi’: significa ‘cambiando lo que se deba cambiar’; 8. peccata minuta, no ‘pecata minuta’: literalmente significa ‘pecados veniales’, pero se usa para señalar una culpa o error menores; 9. sub iudice o sub judice, no ‘subiudice/subjudice’ o ‘subiúdice/subjúdice’: significa ‘pendiente de juicio’; 10. vox populi, no ‘voz populi’: significa ‘voz pública/del pueblo’; 11. inter vivos,  no ‘intervivos’ ni ‘ínter vivos’: significa ‘entre los vivos’; 12. mortis causa, no ‘mortiscausa’: significa ‘por causa de muerte’.

He resaltado con negrita la frase en latín, en un texto normal se enuncia sin negrita, pero obligada la cursiva. Cuando no sea posible escribir cursiva, se admite usar comillas, como en los textos de las redes sociales.