Se definieron los equipos finalistas del certamen. En ambos casos, fueron los visitantes quienes lograron calificar, aprovechando la ventaja que sacaron en los partidos de ida y manejando los tiempos y movimientos con oportunidad, dramático uno y relajado el otro, si bien en los dos encuentros se suscitaron conatos de bronca al sonar sendos silbatazos finales.El líder y el sublíder del torneo regular se quedaron en la orilla y verán la serie por el título desde fuera del campo.

DIABLO MILAGROSO

Como cabría esperarse, el América se lanzó desde el inicio del partido sobre la portería de Volpi, impulsado por su gente y su condición de favorito. El costado derecho era bien aprovechado para construir llegadas que ponían en predicamento a una rebasada defensa roja, empujada hacia atrás por los vuelos continuos de las Águilas. El planteamiento del Toluca se antojaba demasiado precavido, metido en tres cuartos de cancha y no lograban tener la pelota, rápidamente de en posesión del rival una y otra vez. Parecía cuestión de tiempo para que cayera el gol, pero las paradojas del fútbol se volvieron a presentar: un balón peinado por Navarro terminó siendo empujado por Torres Nilo con la panza para mandar al frente al visitante, aprovechando la única llegada que tuvo en todo el primer lapso. Poco después, Zendejas remató una pelota que se elevó por los aires para emparejar el cartón y seguir uno abajo en el global.

El segundo tiempo se fue dramatizando porque el resultado seguía pendiendo de un solo gol. Los azulcremas siguieron insistiendo por todas partes sin bajar el ritmo, mientras que la visita se trataba de multiplicar para evitar la caída de su arco, que dadas las circunstancias, sería definitiva. Fuentes, Valdés, Lara y Martin lanzaron disparos que no encontraron feliz destino e incluso este último logró anotar el gol ya en tiempo de compensación pero el VAR intervino y fue anulado: un pie era la diferencia entre llegar a la final y quedarse fuera. Los Diablos Rojos tuvieron un par de aproximaciones con las que pudieron sentenciar el partido pero tampoco lograron concretar.Efectividad altísima en la relación opciones-goles; resistencia a la frustración de saberse dominado y seguir de pie; una defensa que se dobla todo el tiempo pero se rompe poco; saber jugar con la desesperación ajena y su respectiva dosis de suerte: el Toluca está en la final.

TUZO EFECTIVO

El Monterrey tuvo su momento para anotar el primero y abrir la esperanza pero lo desaprovechó. Desde el inicio, los de casa se lanzaron en busca de acortar diferencias para ir paso a paso y ganar en motivación. Los primeros 25 minutos fueron de una presión constante ante un Pachuca que se plantaba muy atrás, rompiendo con su estilo de tener más la pelota y atacar de forma estructurada. El estadio BBVA no se llenó pero quienes asistieron no dejaron de apoyar a sus esforzados pero inefectivos Rayados, quienes tuvieron al menos tres opciones para abrir el marcador con Funes Mori muy activo, mientras la visita intentaba adelantar un poco las líneas y presionar en algunas ocasiones desde la salida, en vista de la forma en la que estaban siendo dominados. Pero la energía fue disminuyendo y a pesar de insistir, las opciones para los locales se fueron diluyendo de a poco. 

En la segunda mitad continuó la tendencia: el cuadro Tuzo se fue asentando mejor en la cancha, sobre todo en zona defensiva y los de casa seguían intentando pero ya sin la continuidad y pujanza suficientes. Algunos ajustes desde las bancas y Montes, Berterame, Aguirre y Vegas intentaban acortar distancias con pelotas de peligro que saludaban los postes o que eran controladas por el arquero. Ya sobre la hora, Hurtado convirtió un penal que simplemente confirmaba la superioridad del equipo visitante, ganando ambos partidos y dirigiéndose a la final para enfrentar al Toluca en partido inédito en esas instancias. En la liguilla, el Pachuca mandó a su casa a los dos equipos de Nuevo León.