viernes. 19.04.2024
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Liguilla Apertura: La final • Fernando Cuevas

Liguilla Apertura: La final • Fernando Cuevas

LIGUILLA APERTURA 2021 (IV): LA FINAL

Inédita combinación para definir al campeón del torneo mexicano de fútbol. Dos equipos que empezaron a ser importantes a finales de los 40’s y principios de los 50’s del siglo pasado, cuando el León conquistó cuatro títulos y el Atlas uno, además de algunos subcampeonatos. Vinieron años difíciles para ambos: mientras que La Fiera vivió un duro descenso,  después de ser campeón en la temporada 1991-1992, para volver al primer nivel en años recientes, los Zorros no lograban salir de los puestos bajos en la mayor parte de los certámenes, salvo alguna final hace más de dos décadas.

Así, con cierto aliento cincuentero, llegó una final entre dos conjuntos con gran tradición en nuestro fútbol, contando con aficiones sólidas, entregadas y de una fidelidad a prueba de largas sequías y descensos prolongados. Los de verde en busca de la novena y los rojinegros persiguiendo la anhelada segunda corona, después de terminar como tercero y segundo lugar en la fase regular, respectivamente.

FINAL DE FÁBULA: EL ZORRO Y EL LEÓN EN BUSCA DE LA COPA

El primer partido mostró equilibrio en el funcionamiento y que ambos están en plena disposición de buscar la puerta contraria, entendiendo que esta instancia se decide por goles y nada más. Titubeantes al inicio los de casa y astutos los visitantes, tratando de aprovechar el descontrol inicial presionando alto. Así fue: apenas pasados los diez minutos y posterior a un par de avisos, Reyes mandó al frente a su equipo con buen disparo tras un saque de manos. Era el momento de los rojinegros con algunos acercamientos, si bien el anfitrión se fue acomodando de mejor manera, primero teniendo la pelota y después organizando las exploraciones a la guarida rival, hasta que Dávila emparejó al 37’ con sólido disparo de primera intención, después de una oportuna peinada.

Para la segunda mitad, Furch volvió a poner al cuadro jalisciense adelante al 65’, pateando con plena convicción una pelota que se quedó suspendida en el área, lista para ser enviada a la red. Los de verde no se desanimaron y siguieron en pos de generar hacia delante. Y fue cuando se apareció, ahora sí, el Ángel ecuatoriano: primero volvió a igualar los cartones al 78’, aprovechando que el usualmente confiable portero Vargas cedió un rechace, y sentenció el resultado al 86’ con buena ejecución penal, tras una marcación discutible: una buena lección para los de la Academia, que podrían aprovechar en el enfrentamiento de vuelta, mientras que los de guanajuatenses se trasladaban con un gol de ventaja, insuficiente pero valioso.

Inicio cauto de los dos equipos con una jugada peligrosa del anfitrión al 5’ y respuesta de la visita al cuarto de hora en el segundo duelo. Ajustes en las formaciones sobre la marcha, según cómo se planta el rival, modificando líneas y posiciones. Los del Bajío se mostraron confiados y solventes los primeros veinticinco minutos, conquistando el ánimo del campo, ante un efusivo ambiente en la tribuna, también haciendo su parte. Alrededor de la media hora, un gran servicio largo del arquero Vargas, fue tomado por Quiñones que puso la pelota en el poste, en jugada de dos toques. El lapso final vio como los Zorros metieron un poco más el acelerador y generaron algunas aproximaciones que, sin ser de absoluto peligro, resultaron una patente manifestación de la búsqueda de la igualada en el global, ante cierto desdibujamiento de la Fiera.

Empezó acelerada la segunda mitad con una llegada que resolvió en emergencia el arquero leonés, salvando otra frente a disparo de Rocha pero ya no logrando sacar una peinada del mismo jugador, al filo de la posición, para anotar el primero con dedicatoria a su padre y emparejar la serie a tres tantos en el 55’. El cuadro esmeralda intentó recuperar memoria y estilo, llegando a la puerta de enfrente y poniendo hielo a partir de la posesión, reforzado por los cambios, si bien el equipo rojinegro siguió proponiendo alternativas, una de las cuales no terminó en gol de manera inverosímil ante la puerta abierta de par en par, a diez del final. Otra gran desviada de Cota y dos arribos del visitante para incrementar la tensión pero el marcador ya no se movió, aunque sí el número de jugadores ante la expulsión por absurda doble amarilla (una exagerada) del recién ingresado Gigliotti, dejando a su equipo disminuido para los tiempos extras.

A pesar de la desventaja numérica, el León se mostró con buen control de espacios y movimientos a lo largo de los primeros quince minutos de la prórroga, en tanto el Atlas parecía no tener demasiado apuro para aprovechar el hombre más, quizá también ya acusando cierto cansancio por el esfuerzo realizado para emparejar los cartones. Tuvo una opción la visita en un mano a mano que resolvió bien el portero de casa, ya en el segundo tiempo del alargue, desperdiciado por el conjunto anfitrión, al que le faltó empujar con mayor convicción sobre todo considerando la superioridad cuantitativa. Se puso de manifiesto la solidez del conjunto panza verde para resolver una situación adversa.

Llegaron los penales y ahí se definió el título tras los cinco disparos iniciales: ambos acertaron el primero, tercero y cuarto disparo, y fallaron el segundo cobro. Fue en la quinta ejecución donde una gran atajada del portero atlista se combinó con un disparo que por poco contiene su colega leonés para definir el campeonato: Furch anotó el gol decisivo para coronar un gran semestre colectivo de un equipo sin mucho cartel, sin grandes estrellas y sin expectativas tan altas, pero al fin rompiendo poco más de siete décadas de no alcanzar la copa. Quedarán algunos aficionados que han sido testigos de los dos títulos, aunque ahora todos podrán empezar a contarse un nuevo relato, más allá del sufrimiento eterno: el de la posibilidad de ganar sin perder la esencia de un club formador de jóvenes, amigos del balón y campeones del torneo Apertura 2021.