Se cierran procesos futboleros en nuestro país y en el torneo principal de clubes del mundo. Veamos.

Triunfo de la ciudadanía

Terminó una edición más de la Champions con el juego decisivo entre el Manchester City, buscando su primer título en este certamen, y el Internazionale de Milán, ganador de un par de torneos seguidos (1964 y 1965) y el que se definió en el 2010. El cuadro inglés saltó al campo como favorito, mientras que el italiano lo hacía con un dejo de sorpresa en cuanto a que al inicio de la competencia no se esperaba que llegara a estas instancias, si bien lo fue mereciendo con creces. El desarrollo terminó resultando mucho más sinuoso de lo que se esperaba, con menos pirotecnia y más fuegos prematuramente apagados.

Silva tuvo la primera opción al 5’, como intentando presagiar el acostumbrado dominio y posesión de la pelota, pero vinieron momentos más bien de equilibrio y lucha por controlar tiempos y espacios, con un equipo milanés encarando el partido sin complejo alguno. Cerca de la media hora, a Haaland se le presentó otra opción resuelta por Onana, mientras que el medio campo era disputado con plena convicción por el Inter, incluso poniendo en algún predicamento a Ederson, vía Lautaro. El saldo de la primera parte dejaba en igualdad a los equipos con De Bruyne siendo sustituido por Foden debido a una lesión y con el consecuente reacomodo.

Para la segunda mitad mejoró el conjunto ciudadano y aunque le seguía costando mucho generar peligro gracias a un armado impecable de la defensa rival, fieles a su genética del calcio, se notaba con mayor proyección. El conjunto italiano empezaba a retrasar líneas y apuntar al contragolpe, en tanto el City empujaba con un poco de mayor sensación de peligro. A poco más de 25 minutos por jugarse, Bernardo encontró un resquicio para recibir servicio de Akanji y mandar centro atrasado cuyo rebote tomó Rodri y con una definición de altos vuelos, incrustó la pelota pegada al palo derecho por la única rendija abierta. 

Reaccionó bien el rival y tuvo el empate en dos ocasiones pero el poste y un desafortunado Lukaku que estorbó y luego dejó ir una grande, mientras Foden hacia lo propio en su intento por ampliar el marcador. Primer título para un equipo al que se le ha criticado que se arma de puro billetazo (como si los demás tuvieran a seis canteranos en el campo) y que no tiene historia: así se va formando, de a poco. Fue campeón quien mejor jugó a lo largo del torneo y al final logró derrotar a un digno y férreo rival que llevó el juego decisivo hasta el punto de equilibrio.

Otra raya más al tigre

Como suele suceder, el primer partido de la final resultó muy apretado y con escasa emoción al frente: como que la Universidad de Nuevo León, séptimo lugar en la tabla general, y el Guadalajara, tercer puesto, salieron con la mira puesta hacia un largo enfrentamiento en la lógica de la dosificación. Fueron los locales quienes tuvieron más la pelota en la primera mitad pero con escaso margen de maniobra al frente, mientras que los rayados visitantes seguían la estrategia de contención ordenada desde la banca. Fue hasta la segunda mitad cuando una pelota pegó en el travesaño y el rebote no pudo ser aprovechado por el delantero francés: la de mayor peligro se diluyó como el recuerdo de un encuentro gris.

El partido de vuelta empezó en una tesitura muy distinta al anterior. Ambos equipos se mostraban dispuestos a buscar la puerta contraria y fueron los Tigres quienes primero avisaron en un par de ocasiones, pero las Chivas abrieron el marcador al 11’ con gran jugada de Alvarado, quien terminó de poner la pelota fuera del alcance de Guzmán; al 20’, despu´s de que Gignac tuvo el empate pero mandó su cabezazo por fuera, Guzmán colocó el segundo en la frente con buen remate en tiro de esquina y el cuadro rojiblanco se ponía en ventajosa posición, con el fantasma aquel del engañoso marcador. Siguió buscando la visita pero el primer medio se diluyó.

Buenos ajustes de Siboldi para el segundo tiempo, en el que el dominio empezó a crecer con intensidad, mientras el local, una vez más, bajaba notablemente su rendimiento en este lapso: una aproximación de alto riesgo anticipó el descuento para los de amarillo, vía penal ejecutado por Gignac y seis minutos después Córdova de nuevo, ya convertido en todo un amuleto, emparejó el marcador con 20 minutos por jugarse en el tiempo regular con certero cabezazo; Paunovik trataba de hacer ajustes al ver a su equipo rebasado en tanto el tigre seguía oliendo la sangre chiva: fue hasta el tiempo extra cuando los de Nuevo León sentenciaron la final con un gol de Pizarro, sellando un mejor desempeño a lo largo de los 210 minutos de juego. Expulsiones al filo y un cierre dramático para darle término al Clausura 2023.

Gran torneo para el Rebaño Sagrado después de varias temporadas sin encontrar el rumbo e inesperado el título de los Tigres, que tuvo tres cambios de entrenador y que, sobre todo en la liguilla, demostró una gran capacidad para remontar y no darse por vencido ante las adversidades: a pesar de ser un cuadro con varios jugadores de larga trayectoria, mostró el necesario dinamismo para integrarlo a la experiencia y así sacar los resultados justos para llevarse el título.