Tour de Cine Francés en León: Comedramas familiares

“Ya vuelto toda una tradición en las alternativas artísticas de nuestra ciudad, este desfile de películas galas poniéndose el suéter amarillo, se hizo presente en nuestra ciudad a lo largo de un par de semanas…”

Tour de Cine Francés en León: Comedramas familiares

Ya vuelto toda una tradición en las alternativas artísticas de nuestra ciudad, este desfile de películas galas poniéndose el suéter amarillo, se hizo presente en nuestra ciudad a lo largo de un par de semanas. Enseguida, tres de ellas rondando algunas peripecias entre padres, hijos y hermanos, incorporando a su dinámica la muerte reciente de uno de sus miembros, con los consecuentes entresijos relacionales.

Reconciliarse para liberarse

En El Reencuentro (Sage femme, Francia, 2017) una mujer madura dedicada a traer bebés al mundo, es contactada por ex pareja de su difunto padre, mientras lidia con su hijo a punto de ser padre y con el vecino querendón. Las tocayas Catherine, Frot como la seria partera y Deneuve como la mujer reaparecida que gusta del juego y la buena vida, sostienen con sus actuaciones esta historia sobre la alternativa de aprovechar las últimas oportunidades, sobre todo para superar el pasado y construir un presente afectivo o al menos tolerable.

Escrita y dirigida con libertad y soltura por Martin Provost (Violette, 2013; Séraphine, 2008), aprovechando y confiando plenamente en sus protagonistas, la cinta transcurre y avanza fluidamente entre destellos de humor, sutiles apuntes de crítica social (el hospital cual fábrica de bebés) y diálogos confrontantes que bien pudieran provenir de nuestras propias realidades. El cuadro actoral se refuerza con Olivier Gourmet, como el galán otoñal que gusta de manejar camiones y ve la vida sin demasiados recovecos y Quentin Dolmaire como el vástago en brusco proceso de madurez.

El tiempo de la uva

En El viñedo que nos une (Ce qui nous lie, Francia, 2017) un hombre (Pio Marmaï) regresa al hogar paterno después de diez años de ausencia para reencontrarse con su hermano (François Civil) y hermana (Ana Girardot). La madre murió hace tiempo y el padre acaba de fallecer, por lo que habrá que pensar sobre el futuro de las tierras y, por ende, las expectativas de cada uno de ellos. El mayor ha recorrido el mundo y sostiene una relación difícil con su pareja y madre de su pequeño hijo; el de en medio tiene que aguantar a su suegro, también dedicado al ramo vitivinícola, y la menor ha tomado las riendas de la cosecha y del negocio familiar.

Recordando a Entre copas (Payne, 2004) en cuanto al mundo de la etnología y los significados para la vida, Cédric Klapisch (Un aire de familia, 1996; París, 2008; Mi vida es un rompecabezas, 2013) vuelve a los terrenos de los vínculos consanguíneos para posar su mirada en la relación de estos tres hermanos ante el momento de tomar decisiones más allá de los designios de sus padres, entre hermosos campos que huelen a tradición, puntualmente fotografiados, pero que representan un dilema entre la continuidad o el cambio: ante sentimientos encontrados, recuerdos agridulces y futuros inciertos, nada mejor que un brindis con el vino recién sacado de la historia familiar.

Paternidad responsable

En Una familia peculiar (Cigarrettes et chocolat chaud, Francia, 2016) un padre desenfadado (Gustave Kervern, a tono) y sus dos hijas (Héloïse Dugas y Fanie Zanini, entrañables) con la figura de David Bowie como referente cultural, tratan de sacar el día a día mientras recuerdan con afecto a su madre fallecida. La aparición de una trabajadora social (Camille Cottin) cambiará la dinámica familiar. Aunque la resolución se antoja facilona, los personajes terminan por sostenerse entre ciertos apuntes de humor bien insertados, drama dirigido a la pronta resolución, así como un discurso social enclavado en las dificultades laborales que se viven en los países desarrollados y en cuanto al papel del estado como juez de los vínculos familiares desde un deber ser homogeneizador.

Dirigido con naturalidad por la usualmente editora Sophie Reine, apoyándose en la buena química que muestra el casting, incluyendo las interacciones entre el padre y la mujer recién aparecida, en términos de romance contenido, el filme apunta hacia la importancia del afecto paterno-filial para sostenerse como personas comprensivas y funcionales, si bien las falencias en el cuidado de las hijas, sobre todo cuando se tiene una condición como el síndrome de Tourette, ameritan algo más que las buenas intenciones y el voluntarismo que nos lleva a creer como padres que nuestro conocimiento basta y sobra para apoyar a los vástagos.

Abundancia

Además de haber disfrutado el Tour, se amontonan en nuestra ciudad las alternativas para gustos diversos: el Festival Cervantino ya está entre nosotros y el Foro de la Cineteca coincide en estos días. En tanto, siguen las actividades cotidianas en materia cultural, por si hiciera falta.