Jaime Panqueva
05:24
27/01/18

Año de Hidalgo para la cultura

“Aunque algún despistado lance elogios y serpentinas sobre las ruinas de lo que fue un trabajo serio que acostumbraba reunir producciones nacionales con artistas internacionales de primer nivel…”

Año de Hidalgo para la cultura

No se vale que nos quieran dorar la píldora o meter el dedo en la boca. Aunque sabíamos que la programación del Teatro del Bicentenario iba a resentirse con la salida infamante de Alonso Escalante de la dirección, y la desbandada de su equipo ante el terror impuesto por Arturo Joel Padilla, director omnímodo de Fórum Cultural Guanajuato, no pensamos que el nadado de muertito de este año sería tan descarado. Ayer se presentó con bombos y platillos ante los medios “Un año de extraordinarias actividades” para este escenario que en el 2017 había visto a estas alturas nada menos que a la mezzosoprano Elīna Garanča, y que hasta ayer mismo no había tenido ni un día de actividad durante 2018.

Aunque algún despistado lance elogios y serpentinas sobre las ruinas de lo que fue un trabajo serio que acostumbraba reunir producciones nacionales con artistas internacionales de primer nivel, lo anunciado ayer por el Fórum apenas cubre la cuota de presentaciones habituales de orquestas nacionales en el TdB (OSUG, OSN, Orquesta Sinfónica Juvenil Eduardo Mata), y se recuesta en las retransmisiones de la ópera del Met de Nueva York, que sí sabe programar y sostener un año de actividades, en la ahora Sala de Conciertos Mateo Herrera.

Como gran novedad se anuncia la reposición de la Traviata en marzo, sin mencionar ningún intérprete destacado, y eso que se representará dentro de menos de dos meses. ¿Dentro de su improvisación y desconocimiento del género no sabrán que el público está siempre atento a conformación del elenco vocal?

Se ofrece ópera y teatro para niños con la intención de formar nuevos públicos, como si no hubiera ya un auditorio acostumbrado a las “soberbias” producciones que durante siete años brindó ese escenario. Se mantiene el programa Ópera Picnic con una ocurrencia tan estúpida como descarada: habrá “por primera vez, una producción invitada”, algo que contraviene un principio básico de la actividad: mostrar de forma gratuita y a todo público el trabajo de producción de Ópera realizado en León, a pesar de los presupuestos y de las grillas políticas. Traer una producción invitada, traducido al castellano ordinario, significa poner un DVD o BluRay en una pantallota para que la bola constate que en otros lados se hace lo que aquí ya no. Se les hará parecido a lo que hacen en el Auditorio, perdón Sala de Conciertos Mateo Herrera.

Penosa la programación exhibida en teatro: sólo “para niños y niñas”. Tal vez para colgarse la medalla de incluyentes y ratificar las palabras de Boris Schoemann, quien el año pasado me comentó lo sorprendido que estaba porque en la Muestra Nacional de Teatro, desarrollada en León, apenas había representación guanajuatense. Y le sorprendía que tras cuatro décadas de Cervantinos el teatro producido en este estado fuera un cero a la izquierda respecto al realizado en el resto de México. No se anuncia nada del convenio realizado el año pasado con el Teatro el Milagro, que poco antes del exabrupto Escalante ofrecía un taller que incentivaba la profesionalización de la actividad. Tampoco se programan actividades del Teatro Estudio en este año de maravillas.

El yermo absoluto en el campo de la danza en este año de tres meses se libra con la presentación del Taller Coreográfico de la UNAM. ¿Debemos aplaudir?

Este “año extraordinario” lo conforman actividades que inician en febrero y cierra el cinco de mayo cuando se celebrará el Día internacional de la danza. Me pregunto: ¿Finalizará el mundo para estos funcionarios públicos antes de las próximas elecciones o con la conmemoración de la batalla de Puebla? o ya están remojando la barba los directivos del Fórum; porque no es sólo el programa del Teatro Flexi Plasencia, la capacidad escénica del conjunto está subempleada de una forma tan vergonzosa que nos recuerda a todos que es año de elecciones y los fondos deben irse a la compra de votos. Y según se ve la mayor parte de los rubros de la cultura este año nadarán de muertito o estarán trabajando con la uñas. Yo no aplaudo, a mí me gusta y creo que es un buen momento para rechiflar.

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