Opinión • Cinco años del premio Federico Ramos Sánchez • Jaime Panqueva
“Ante la ausencia de una visión estatal o federal que integre estas ciudades con actividades y espacios de cultura y artes…”

En abril del 2020, con la actividad cultural presencial totalmente detenida a causa del encierro decretado por la pandemia de covid-19, un grupo de asociaciones civiles dedicadas a la promoción cultural (Centro Regional de Expresión Artística, CREA; Fomento Cultural Irapuato AC, y Consultoría en Experiencias Culturales, CEC) nos apuramos en definir las bases para la creación de un premio como forma de promoción y difusión para las artes plásticas en el estado de Guanajuato. Con la autorización de los deudos, convinimos bautizarlo con el nombre del maestro Federico Ramos Sánchez, formador comprometido, promotor incansable e irapuatense de cepa, fallecido el 13 de junio de 2019.
El contexto de la pandemia, cuya duración era por entonces una incógnita, exigió reasignación de recursos públicos que se centraron en ámbitos ajenos a la cultura, algo que aunado a las políticas de austeridad que ya habían afectado la actividad cultural en Guanajuato, auguraba un difícil regreso cuando se reestablecieran las condiciones de convivencia. Por tal motivo buscamos en lo posible dotar al premio con una bolsa atractiva. El primer año fue de $60.000, con un primer lugar de 30.000, un segundo de 20.000, y un tercero de 10.000, todos provenientes de patrocinadores privados de las asociaciones mencionadas.

La convocatoria se diseñó en dos fases: una preselección a cargo del coordinador de la Galería Renart en Irapuato, en colaboración con dos artistas plásticos locales no participantes en la propuesta. Con ésta se conformaría una muestra itinerante, con el fin de aumentar la difusión de los trabajos y crear lazos con otros circuitos de arte estatal. Para esto se realizarían convenios con galerías y casas de cultura a lo largo del año de vigencia de la Muestra.
La premiación final se realizaría el primer día de exhibición de la Muestra, para lo cual se recurrió a artistas plásticos de renombre. En la primera edición participaron los pintores irapuatenses Salvador Almaraz (1930-2022) y Jazzamoart, además del guanajuatense Javier Hernández, Capelo.

La participación de obras recibidas a partir de la primera edición se ha mantenido en unas 75 a 80 piezas, de las cuales entre 37 y 55 han sido seleccionadas para la muestra itinerante. A partir de la edición 2021, ésta se realiza en cuatro ciudades: Irapuato, Salamanca, Celaya y León. De igual forma, se abrió en 2022 la categoría de grabado, y se vinculó al proyecto G12.tres como ente patrocinador. La bolsa para la convocatoria 2023 fue de $100.000 pesos, y contó con la participación como jurados de Federico Ramos Delgado, curador de los museos del estado de Guanajuato, y Antonio Beltrán, director de G12.tres.
Si bien el detonante para el lanzamiento del premio consistió en la emergencia económica que constituyó la pandemia para el arte regional, el proyecto descansa también sobre la base de crear nuevos espacios para la difusión de las artes plásticas, y lugares de encuentro para la socialización a través de la creación artística. La región del llamado corredor industrial León-Celaya sigue sumida en la violencia generada por el mercado negro de combustibles de México, que ha tenido como epicentro ciudades como Irapuato, Salamanca y Celaya, además de las actividades incesantes del crimen organizado en otros ámbitos. Ante la ausencia de una visión estatal o federal que integre estas ciudades con actividades y espacios de cultura y artes, el premio busca generar desde la sociedad civil una dinámica continua por medio del intercambio de piezas de arte realizadas por artistas locales. Las obras que han hecho parte de esta selección, además de retratar nuestro presente, buscan inventar ese suelo en medio del abismo desde el cual podamos propulsarnos en busca de oxígeno.

La quinta edición, cuya premiación se realizó el pasado jueves 7 de noviembre, la dedicamos exclusivamente a técnicas de artes gráficas, con el ánimo de mantener el premio como un referente regional y un difusor del trabajo de artistas consagrados y emergentes en este campo. El jurado para tal efecto fue compuesto por el Bea Galván Saldierna y José Luis Méndez, ambos reconocidos maestros y exponentes de este ramo en el ámbito nacional e internacional.
Entre las menciones honoríficas se encuentran los trabajos de Miguel Ángel Mireles Rodríguez por Mi ofrenda y dolor para mi guardiana hermosa (litografía); María José Martínez Torres por Una incomprendida maleza en el altar del reino natural (litografía); Valeria Hernández Juárez por Así eres y así está bien que seas (linóleo); y Pamela D'Liz Rocha Sánchez por Floreciendo en el interior, detrás de mi corteza(xilografía).

El tercer lugar lo ocupó la xilografía La tristeza que no calcificó de Patricia Velázquez Velázquez, una pieza que manifiesta la introspección del luto familiar inspirada en la poesía de Emory Hall: Deja que la tierra blanda y húmeda sea un recordatorio de la dureza que no venció, de la tristeza que no se calcificó…
Teoría de la conspiración IV: el hermano del presidente se divierte más que el presidente, aguatinta y aguafuerte de Ulises Arcadio Ascencio Frías, artista radicado en Celaya, obtuvo el segundo lugar.

El primer premio recayó en el guanajuatense Job Solórzano Ramos con Crónicas de tianguis, pieza que explora el tema de la cotidianidad y la memoria mediante la combinación de xilografía en placa perdida y mezzotinta. En palabras de su creador, la obra “destaca la interacción entre las personas y el espacio, capturando la dinámica y movimiento de la vida cotidiana en este entorno. La técnica de placa perdida… simboliza el paso del tiempo y la naturaleza efímera de la memoria. Así como en este proceso gráfico se van perdiendo capas sucesivas, los recuerdos también se desvanecen y transforman, pero dejan huellas que construyen una narrativa compleja y rica de lo vivido.”
Felicitamos a los ganadores de esta edición 2024, agradecemos a nuestros patrocinadores, y de manera especial a los encargados de acoger las muestras en las casas de la cultura: Carlos Núñez de Salamanca, Gerardo Martínez en Celaya, y Ulises Torres en León.

Confiamos en que el Premio Federico Ramos de Artes Plástica siga consolidándose y regrese el año entrante con el formato de premio doble (pintura y artes gráficas), como se realizó en la tercera y cuarta edición, y con una bolsa atractiva para todos los creadores del estado.
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