Festival Internacional del Folclore en Tierra Blanca
“Invertir en educación y cultura es construir paz”
Invertir en educación y cultura es construir paz. Esta vez se unieron esfuerzos de por lo menos tres estados —Zacatecas, Querétaro y Guanajuato- para realizar el Festival Internacional del Folclore. La región Noreste del estado de Guanajuato recibió a grupos en los municipios de Doctor Mora, San José Iturbide, Victoria y Tierra Blanca.
La plaza de la Fundación de Tierra Blanca durante 4 días acogió a los grupos de Argentina, Panamá, Bolivia y Chile. Las actividades iniciaron el jueves 11 de agosto de 2022 con una caravana que partió del Monumento Bicentenario para llegar al escenario equipado con la mejor tecnología: pantalla gigante, sonido, luces y sillas. La presencia multitudinaria recordaba las fiestas patronales de diciembre o el día de la fundación el 4 de julio. Aun cuando había mucha gente, llama la atención que las actividades del festival en Facebook Tierra Blanca administración 2021-2024 tienen un promedio de más de 3 mil 200 vistas, dependiendo del día y ballet participante. El impacto en relación con la asistencia y las vistas en Tierra Blanca ha sido intenso.
Pude asistir a la presentación del Ballet Folklórico de la Paz BAFOPAZ de Bolivia; su director Javier Lizarraga —músico, trovador y bailarín– estaba muy contento por la recepción de la gente del lugar. La compañía visitante estaba integrada por 29 bailarines. La logística para motivar que la gente asistiera a la plaza el sábado 13 de agosto inició a las 19 horas con la participación del grupo “Coctel musical”. Tres cantantes que estuvieron amenizando, apoyados de la lectura de las canciones en una computadora. Después llegaron las autoridades encabezadas por el Presidente Municipal Rómulo García Cabrera, su esposa y parte del gabinete. La presentación del grupo jarocho “Los arribeños”, de Guanajuato capital, fue muy grata. El grupo integrado por 3 mujeres y 3 hombres, todos familia: padre, madre, hijo, hija, sobrina y sobrino, interpretaron desde sones antiguos como “Los chiles verdes” hasta modernos como “La contradicción” pasando por “La Tarasca”, “La Bamba” y otros también conocidos. El baile con la música incluyó una mezcla entre el flamenco y el jarocho, que motivó el aplauso espontáneo de la gente. Con la alegría del son de “La Iguana” y la interpretación dancística de Ricardo Lara Montiel el público recibió a FABOPAZ.
El ballet nos trasportó a una Bolivia sensible, amable, alegre, fuerte, contrastante. En sus primeras estampas las mujeres bailaron descalzas, como acariciando la tierra. En la primera pieza impresionaron con su faldeo, tanto por los movimientos como porque las faldas cambiaban de color resaltando los colores de su bandera (rojo, amarilla y verde), con esa primera pieza dancística como homenaje a su país. Después mostraron bailes de diferentes zonas de Bolivia, recordando que la gente vive en zonas de 3,600 metros sobre el nivel del mar. Con la música y la danza hicimos un recorrido por Cochabamba, Valles Centrales, Altiplano, y lo mismo estuvimos en la representación de un carnaval con la presencia de arlequines y “cholitas” que escuchamos cueca. Llamaba la atención cómo las mujeres, cuando la estampa era con los pies descalzos, las faldas con varios fondos por debajo hacían lucir los olanes y al mismo tiempo resaltaban sus brazos, casi siempre con los codos elevados y las manos hacia arriba, libres, como conectándose con el cielo. Los sombreros de bombín, de diferentes colores y con adornos, casi siempre estuvieron presentes, incluso cuando en las estampas donde se usaron botas con tacón y arriba de la rodilla. Los hombres en algunas piezas utilizaron vestuario como de toreros. El vigor y la entrega la mostraron cuando en una de las estampas del final, parecían imitar una carrera sin moverse del sitio y braceando con fuerza, inclinando su cuerpo hacia adelante desde la cintura. La noche inició cálida, el viento poco a poco la volvió fresca. La gente aplaudía con euforia, valorando el esfuerzo de las y los bailarines. El evento pasó muy rápido, entre lo sutil y dulce de las primeras piezas al ímpetu y entusiasmo con el que cerraron.
Al término, el presidente municipal y su gabinete ofrecieron un reconocimiento. Después de la entrega se tomaron la foto del recuerdo. La gente seguía observando y se quedó un rato más, porque un dj estuvo amenizando la noche. La exposición artesanal en el jardín seguía abierta. Había productos que vendían directamente artesanas y artesanos locales (cestería, bordado, tejido, cosméticos naturales, licores, plantas, joyería, manualidades, entre otros),[1] con visitantes de Taxco, Guerrero y Ecuador.
Este festival se presentó por primera vez en Tierra Blanca, en tanto que para Zacatecas fue la edición número XXV y se organizó en honor de “Gustavo Vaquera Contreras”. En aquel estado el evento incluyó funciones en la capital, en el municipio conurbado de Guadalupe y en 12 más: Fresnillo, Jerez, Cañitas de Felipe Pescador, General Francisco R. Murguía, Miguel Auza, Morelos Tabasco, Tepechitlán, Teúl de González Ortega, Villa de Cos, Villa García y Villanueva. Como parte del Festival se presentó una exhibición del Juego de Pelota, con los estados participantes: Coahuila, Durango, Jalisco y Zacatecas. Como parte de la recepción y apertura del festival participó la Banda de Guerra de la Cofradía de San Juan Bautista. En Tierra Blanca también participaron danzas tradicionales y grupos de danza folklórica de Doctor Mora y músicos de Xichú.
La educación formal o informal permite acceder a nuevos mundos a partir de la lectura, comprensión e integración. La cultura fortalece además nuestros vínculos. Todas y todos somos portadores de cultura por el sencillo hecho de haber nacido en un lugar y tiempo determinado, de madre y padre específico. Somos seres únicos que nos formamos a partir de la interacción cotidiana. Cuando podemos disfrutar de eventos como el aquí descrito, al promover el arte se abren espacios de diálogo donde la convivencia no distingue religión, partido político o divisiones étnicas, y hace vernos como una comunidad humana que respeta, disfruta y trasciende.
Como lo dijo el presidente municipal, esta emisión del festival se replicará el próximo año, dando la oportunidad de que sus habitantes conozcan así otros países. En esta ocasión fue Latinoamérica; para el 2023 no sabemos. Ojalá que si se haga.
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La autora es etnóloga, profesora de la Universidad de Guanajuato adscrita al Departamento de Estudios Sociales, División de Ciencias Sociales y Humanidades, Campus León e integrante del Cuerpo Académico: Agua, Energía y Cambio climático.
[1] En el Centro Turístico de Desarrollo Económico (CENTUDE) ubicado en la comunidad de Arroyo Seco, Tierra Blanca, Gto., existe una exposición permanente de productos artesanales de la región a la venta. https://www.facebook.com/Centude-Tierra-Blanca-Gto-105462271920551