sábado. 20.04.2024
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Medio ambiente y salud • De matrias en la patria • Maricruz Romero Ugalde

"¿Qué queda del sentimiento patrio?"

De matrias en la patria - Foto, Maricruz Romero
Foto: Maricruz Romero
Medio ambiente y salud • De matrias en la patria • Maricruz Romero Ugalde


 

A Lourdes Paredes, por su presencia aun en la partida

 

En 2022, ahora con el retorno presencial a las escuelas, los trabajos, a la vida aun coexistiendo con la pandemia  COVID-19. ¿Qué queda del sentimiento patrio? 

Luis González en su libro Pueblo en vilo (1968) puso en juego un concepto que no existe en el Diccionario de la Real Academia Española: matria. Con este subrayaba la importancia del lugar de nacimiento y las relaciones que nos forman como personas, narraba el acontecer histórico desde lo local para con una mirada personal llegar a lo nacional. En su caso era hablar de San José de Gracia una pequeña localidad de Michoacán donde había nacido y crecido, pero sobre todo donde entre familiares y conocidos había aprendido a ser observador, a escuchar y disfrutar de los vaivenes de la vida cotidiana. Llevando esa idea al dominio urbano de la convivencia social actual, podríamos decir, que nuestras matrias se pueden circunscribir al barrio, la colonia, el fraccionamiento, el coto o a aquel espacio que se construye con base en las relaciones que nos son significativas, es decir sobre el espacio, lo que predomina es el vínculo social con la gente. Aquello que nos da sentido de pertenencia. Visto así, en una patria de acuerdo con el concepto más básico como herencia del vocablo en latín, se refiere a la “Tierra natal o adoptiva ordenada como nación, a la se se siente ligado el ser humano por vínculos jurídicos, históricos o afectivos” hay muchas matrias. 

Cada uno de nosotros tenemos una matria pero cada vez más desdibujada como consecuencia de relaciones superficiales o alta incidencia del uso de las redes sociales tecnológicas, a veces sabemos más sobre acontecimientos del otro lado del mundo que de la vecina de la esquina a quien quizá ni conozcamos. 

En estos momentos que en las escuelas, la presencialidad podría invitar a volver a ver niños con paliacates rojos en sus cabecitas al estilo Morelos, o niñas con largas trenzas de estambre, faldas circulares de colores vivos y blusas con olanes. Los puestos con la infinidad de objetos con los colores patrios: verde, blanco y rojo, o los vendedores ambulantes en los cruceros con sus banderitas. ¿Qué nos indica?

Pregunté a algunas personas y, una señora con risas me comentó, ¡Hay que luego está el día de muertos, la revolución y navidad!; un niño sólo volteó los ojos y miró a su papá, quien sin dudarlo dijo: La Independencia. 

En un planeta con interconexión entre los mercados energéticos, financieros y alimentarios donde la pandemia, la guerra Rusia-Ucrania, la muerte de la reina Isabel contrastan con los avances parlamentarios nacionales en relación con la prisión preventiva oficiosa que en realidad pone al centro la discusión de cómo garantizar los derechos humanos que están reconocidos en nuestra Constitución desde 2011.

Ante el exceso de información, la falta de conexión con nuestro propio sentir y el de las personas cercanas con las que convivimos, las contradicciones entre lo local y lo global, la incidencia de las grandes corporaciones al manejar información sensible como servidores a los diferentes órdenes de gobierno la patria se vuelve más un referente ideológico en proceso de extinción que lo recuerdas cuando quieres o deseas salir a otro país, sin pasaporte no hay salida o entrada legal a otra nación. Entonces tomas conciencia que la globalización requiere de una filosofía diferente, un referente como “globalpatria” que tenga como eje el bien común incluyendo lo humano y lo no humano y donde la lógica no puede seguir siendo el individualismo y la idea de la máxima ganancia. Estas patrias en la lógica del capitalismo global/financiero/corporativista sólo existen porque cada uno de nosotros hemos cedido nuestro poder al consumir/aceptar/producir/reproducir sin corazonar[1], actuar desde el sentir. 

 


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La autora es etnóloga, profesora de la Universidad de Guanajuato adscrita al Departamento de Estudios Sociales, División de Ciencias Sociales y Humanidades, Campus León e integrante del Cuerpo Académico: Agua
 

[1]  Concepto tomado de Guerrero Arias, Patricio (2010) https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=279021514007