Como parte de la agenda cultural en el Museo de las Identidades Leonesas, el 01 de diciembre de 2022 se anunció el conversatorio “En busca de la huella negra. Presencia africana en el Bajío”, con la participación de María Guevara Sanginés, de la Universidad de Guanajuato, además de Rodolfo Herrera y Mario Vázquez, ambos trabajadores del Archivo Histórico del Municipio de León, el primero como investigador y el segundo, entonces director en funciones. 

La sala Juan Nepomuceno Herrera, que albergó la exposición “En busca de la huella negra. Presencia africana en el Bajío” de la artista Vanessa Quintero, y conla curaduría de Carlos Quintero, fue el marco donde el conversatorio se transformó en la presentación del libro Negros y mulatos en la Villa de León, de Rodolfo Herrera Pérez, (2022) publicado por el Ayuntamiento 2021-2024 a través del Archivo Histórico Municipal de León. 

La presentación estuvo a cargo de Guevara Sanginés,quien inició comentando que el libro es “como una mina de oro y plata”, en tanto comparte información documental que pueden ser utilizada por la antropología -específicamente la etnografía-, la sociología y hasta el derecho procesal, para profundizar sobre temas poco abordados para León y el estado mismo, como son el estudio de los vascos, la presencia de nahuas y tarascos,misma que se diluyó con el predominio de los otomíes; o bien dar seguimiento de las poblaciones africanas presentes en León, negros que vinieron de Angola, El Congo, Cabo Verde, las guineas, entre otras.

Sobre los esclavos, mencionó la doctora Guevara, es importante subrayar que ante la ley eran personas, aun cuando, en las diferentes épocas donde dominó su comercio, fueron tratados como mercancías valiosas que se incluían en los testamentos. Incluso algunos esclavos son “arrendados”. En relación con su ubicación social y relaciones laborales, en la documentación se les puede encontrar con diferentes denominaciones como: siervo, sirviente, esclavo, liberto (personas no totalmente libres pero cuyos hijos si tendrían la libertad), libres. Los negros en León dominantemente trabajaban en el servicio doméstico, o bien eran vaqueros o arrieros. Para 1886 llama la atención que los hijos de una mujer esclava heredaban la condición de esclavitud; de ahí que hombres o mujeres en esa condición buscaban contraer matrimonio con gente libre, para que sus descendientes fueran libres;una de las estrategias era buscar el enlace con indios para adquirir la libertad. 

En relación con la pureza de sangre, María Guevara subrayó que el tema fue tratado de diferente manera en Europa. Del otro lado del Atlántico, para tener un cargo administrativo se exigía el documento que probara no tener en línea de sangre vestigios de relación con poblaciones negra, judía o mora. Mientras, en el Bajío sólo se requería tener un árbol genealógico que diera cuenta de sus antecedentes familiares. 

El libro de Herrera muestra la riqueza documental del AHML al difundir información transcrita, con una arquitectura primigenia que permite la lectura y el conocimiento de información diversa que da cuenta del proceso de llegada, desarrollo y aportes de la población de origen africano en León. Así, nos acerca a fondos documentales como el Archivo de Notarías (1580-1620), procesos judiciales o  el Censo de 1719, por mencionar algunos ejemplos de la riqueza que está esperando su consulta en la mina que es este archivo. 

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La autora es etnóloga, Profesora de la Universidad de Guanajuato adscrita al Departamento de Estudios Sociales, División de Ciencias Sociales y Humanidades, Campus León e integrante del Cuerpo Académico: Agua, Energía y Cambio climático.