sábado. 07.06.2025
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Votar o no votar. Breve crónica de muros, música y puentes • Sara Janeth Esquivel

“…ahorita esa es la cuestión…”

'Ministros, magistrados y jueves', rótulo en un muro  - Foto, Sar Janeth Esquivel
'Ministros, magistrados y jueces', rótulo en un muro - Foto, Sara Janeth Esquivel
Votar o no votar. Breve crónica de muros, música y puentes • Sara Janeth Esquivel



Lo único que te pido a cambio es que,
cuando hables conmigo, cuides tus palabras.
Que tus palabras sean justas.
Que sean del tamaño de tus sentimientos.
Porque si tú me dices “no” para mi es no.
Y si me dices “llueve” para mi está lloviendo.
Y si me dices “amor”, para mi es amor.

Rosario Castellanos.

 

Votar o no votar…ahorita esa es la cuestión. Sumergida en mi soliloquio como Hamlet, pensé en la razón por la cual algunos se encuentran considerando si votar o no este primero de junio; y en su caso, por quienes; como si de deshojar una margarita se tratara. Voto, no voto, voto, no voto…números, cargos, colores, nombres, muchos nombres.

Algunos me han preguntado si iré a votar o no, pero ¡hey! ¿Qué no el voto (o la abstención de) es libre y secreto?

Y es que no se presentaría dilema alguno si, así como la frase en el epígrafe, nos dijeran “democracia” y fuera realmente democracia. Los que nuestra postura fue (y es) en contra de la llamada reforma judicial y que ahora motiva estas votaciones, estamos convencidos de que la elección popular de juzgadores amenaza con quebrantar la arquitectura del derecho que construye la justicia constitucional, pues es claro que la injerencia de intereses políticos o ajenos a la verdadera justicia imparcial e independiente sería inminente.

Pero ¡henos aquí! Después de infames y hasta dramáticos pasajes de la historia que llevaron esa propuesta a la realidad. Ya está frente a nosotros, con el primero de junio a la vuelta de la esquina.

En el presente estado de las cosas, hay quienes no votarán para no legitimar este proceso. Y por el otro lado, hay quienes consideran que no hay que entregar en bandeja de plata la independencia del Poder Judicial al oficialismo, por lo que es importante salir a votar por buenos perfiles. Así el dilema que surge cuando, en principio de cuentas, “la democracia” no es democracia.

Mientras más se acerca la fecha, más llenas están las calles de propaganda, invitando a la población a participar en la votación.

De los muros

Llamó especialmente mi atención la propaganda en un muro. Iba transitando una calle larga, volteé hacia la pared y se leía “Ministros, Magistrados y Jueces del nuevo Poder Judicial”, antecedido con la fecha 1 de junio, con letra grande, sobre un fondo blanco y letras grandes pintadas.

Seguí transitando esa misma calle y a unos pocos metros, se encontraba otra propaganda igualmente pintada en el muro, pero anunciando una presentación del intérprete Luis R. Conríquez.

'Luis R. Conríquez', rótulo en un muro - Foto, Sara Janeth Esquivel
'Luis R. Conríquez', rótulo en un muro - Foto, Sara Janeth Esquivel

Entre un anuncio y otro hay muy poca distancia. De hecho, es el mismo muro, los dos igualmente pintados con letras grandes en un área muy transitable. El primero invitando a la población a votar por cargos de juzgadores; y el otro, a una presentación del intérprete de regional mexicano.

Un mismo muro, dos llamativas propagandas, dos mensajes… una ironía. Me explico.  

De la música

Recordarás, querida persona lectora, que en recientes fechas se dio la noticia a nivel nacional de la prohibición de los narcocorridos en diversas partes del país. Vino a mi mente esta noticia porque fue justo en una presentación de Luis R. Conríquez que el público se puso agresivo, luego de que el intérprete se negara a tocar corridos bélicos. Después la noticia de la persecución a “Los Alegres del Barranco”, y algunas fuertes declaraciones de intérpretes del género, tales como Natanael Cano y su historia en Instagram diciendo que «…quieren tapar el sol con un dedo».

Sin duda, la prohibición de los narcocorridos es un tema que amerita un análisis más amplio —y que lo haré en el siguiente artículo— aunque lo que en estas líneas me interesa destacar, es que, nos guste o no el género, estos eventos se encuentran en la delgada línea de la censura, una limitación a la libertad de expresión, incluso, a una libertad creativa.

Habrá quienes cuestionen si tales expresiones son arte. Insisto, es un tema más amplio, pero es innegable que es un género muy popular que, más allá de la discusión artística, subyace un fenómeno social, el cual ha encontrado en este género una válvula de escape para reflejarse.

Bajo tales condiciones ¿ocupa al oficialismo “mediar” entre la libertad creativa y las prohibiciones del género por la apología del delito y fomentar la cultura de la violencia? ¿Es esta la raíz del problema que hay que arrancar o solo es el producto, reflejo, el fruto de lo que subyace en el fondo?

Hoy es este género musical, pero ¿y si desde una sola voz llamada oficialismo, el día de mañana bajo algún otro discurso, se apunta con el dedo a algún otro género musical, alguna otra expresión artística? Los artistas podrían enfrentar consecuencias legales, y si el tema llega a tribunales ¿habrá contrapeso para esa sola voz que apuntó? O ¿será posible que ese artista encuentre en los juzgadores una justicia independiente e imparcial? Aquí yace la ironía que mencioné.

Pues mientras en una parte del muro se alienta a ser partícipe de un sistema que pone en riesgo inminente la independencia judicial; por la otra parte del muro se anuncia a un intérprete que en recientes fechas encarnó las consecuencias de una abrupta prohibición de un género musical, y que invita al debate sobre la censura de libertad de expresión y creativa, los cuales están en riesgo inminente sin una verdadera justicia imparcial e independiente. Necesitamos construir puentes que nos salven de caer al abismo de esta ironía.

De los puentes

Sólo espero que las personas que, a través de la votación popular, están próximas a ocupar un cargo de juzgador federal, no olviden crear el puente que las lleve a esa tan significativa frase atribuida a Morelos «Que todo el que se queje con justicia tenga un tribunal que lo escuche, lo ampare y lo defienda contra el arbitrario», que la abracen como realidad y entonces —siguiendo las palabras de Rosario Castellanos— cuando nos digan “justicia” sea JUSTICIA.

Sara Janeth Esquivel Soto.
Abogada especialista en Propiedad Intelectual y maestra en Justicia Constitucional.
Profesora de la materia de Propiedad Intelectual en la Universidad de Guanajuato.

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