Es lo Cotidiano

VIBORERO

Carlos Chimal - Creaturas de fuegoOctavio Paz calificó a Carlos Chimal como una “rara avis” de la literatura mexicana. Esta novela lo confirma. Quijotesca y rabelesiana Creaturas de fuego es una sutil broma alrededor de los que están imposibilitados para morir durante centurias y viven bajo el lema: actúa como si fueras un cadáver. El viaje posmodermo ha terminado, sólo resta prepararse para explorar parajes ignotos y nunca volver. Para ello habrá que llevar un diario.

Esta novela de fino trazo poético es un elogio de aquellos que viven en el límite de su indolencia y experimentan combustión externa de manera espontánea, como una antigua alegoría de las vicisitudes del fuego en su camino por el Universo. Bonzos sin causa, androides desmemoriados, gemelos vampirescos, supermodelos zombies, japongleses surgidos de animés y mangas desfilan ante la mirada impasible del tiempo, el que todo lo disuelve.

Fabrizio Mejía MAdrid - Nación TVUn gobierno, una televisora, tres generaciones… “Esto es México.” ¿Qué ocurría dentro de la televisora más grande de habla hispana? ¿Qué tanto de México y América Latina es el resultado de lo que sus habitantes vieron durante cincuenta años en las pantallas? ¿Somos todavía lo que vivimos? Esta novela es, en cierta forma, una respuesta.

Aquí está la historia de medio siglo de la televisión mexicana, desde su primera transmisión —una misa—, hasta los líos familiares para hacerse de su control. Por sus páginas desfilan lo mismo comediantes, cantantes, productores de telenovelas, conductores de noticieros, que presidentes de la República, gobernadores, jefes policiacos. Nación TV  —narrada con la agilidad punzante de Fabrizio Mejía Madrid— cuenta la historia de la televisión y del poder, sea éste partidista, presidencial, religioso o económico. Medio siglo de una televisión monopolizada cuyo espíritu se mantuvo inamovible: “entretener a los jodidos”.

Tomás Segovia - El tiempo en los brazosDesde su primera juventud Tomás Segovia llevó un diario, o mejor dicho unos cuadernos de apuntes, en los que reflexionaba sobre la vida, la literatura, el amor, la amistad, el acontecer inmediato y el sentido de su vocación. A lo largo de los años fue constituyendo el río subterráneo que fluía bajo los poemas, los ensayos y narraciones que hacía públicos. Hace unos años el poeta decidió hacer tirajes caseros muy reducidos —20 o 30 ejemplares— para los amigos. Él decía: para quien me los pida. Ante la envergadura de la tarea decidió después subirlos a la web. Los que tuvieron la fortuna de leerlos supieron desde el principio que estaban ante una “obra” mayor del escritor a la que habría que quitarle las comillas y hacerla de todos. La editorial Pre-Textos publicó en 2009 este primer tomo de El tiemñpo en los brazos (1950-1983) que hoy aparece en su edición mexicana. En una literatura —la escrita en español— en donde no son abundantes los libros de este tipo, estos dos volúmenes están llamados a volverse un hito.