Cuando era niño, por ahí de principio de los años ochenta, visité por primera vez Venezuela. Viajamos con mis padres y hermanas a Cúcuta, ciudad colindante con la frontera. Entonces era muy fácil cruzar la línea sin necesidad de pasaporte y hacer compras en los extraordinariamente surtidos comercios de San Antonio del Táchira. Recuerdo que para comprar un bolívar debíamos pagar algo así como 15 pesos colombianos. Y valía la pena, mientras en nuestro país las importaciones eran muy restringidas por el modelo económico, del otro lado los anaqueles estaban atiborrados de productos norteamericanos a muy buenos precios. Tras la apertura económica, que en Colombia se dio más o menos por los mismos años del TLC, las cosas habían cambiado. A pesar de la violencia y de los problemas locales de seguridad, nuestro peso cotizaba a menos de mitad, como unos 7 por bolívar. Tras el régimen Chavista y en medio de la difícil situación de abastecimiento que vive Venezuela, el flujo de compradores cambió: ahora los venezolanos ahorran para poder conseguir los productos más básicos y cruzan la frontera, con poco beneplácito de su gobierno, para poder surtirse en Colombia. Aquellos que dudan del poder de la ficción, un buen ejemplo: hoy en día el gobierno de Maduro tasa su Bolívar Fuerte en unos 280 pesos colombianos; sin embargo, en las calles de Cúcuta se cambia esa misma moneda por 65 centavos de peso, o menos.

María Paulina Camejo proviene de una familia venezolana que vivió ese deterioro de las condiciones de vida: su padre, un ex-banquero, estuvo preso por razones políticas y económicas durante dos años; ella debió abandonar su país hace seis. En el exilio, cursó la licenciatura en Historia del Arte y Literatura Hispana en la Universidad de Miami, y se inició en la escritura de relatos breves. El próximo miércoles, 17 de mayo, a las 16:00 horas, presentará en el Centro de las Artes de Salamanca una de las dos novelas que publicó este año con la conocida editorial Harper Collins, Beatriz decidió no casarse, donde se escuchan ecos del exilio entremezclados con una historia de amor. Durante la presentación, la autora, de 26 años, que también denuncia de forma constante en los diarios la dura realidad de su país, conversará con el escritor irapuatense Luis Felipe Pérez. Una oportunidad para escuchar a jóvenes promesas de las letras americanas.

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