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GUÍA DE LECTURA

Cazadores de microbios, de Paul de Kruif

Jaime Panqueva

Tachas 182
Tachas 353
Cazadores de microbios, de Paul de Kruif


A lo largo de casi un siglo desde su publicación, Cazadores de microbios ha sido fuente de inspiración para miles de jóvenes que optaron por una carrera científica, así como ganadores de Premios Nobel, que lo han citado en no pocas ocasiones como el libro que los marcó para elegir su carrera. Paul de Kruif, médico rebelde, investigador expulsado en 1922 del ya por entonces prestigiado Instituto Rockefeller, a raíz de un artículo que criticaba procedimientos médicos de sus colegas, decide incursionar por entonces en el campo de la escritura e inicia su colaboración con importantes plumas de su época, como H. L. Mencken, Carl Sandburg y Sinclair Lewis. Con este último, que obtendría el Premio Nobel de Literatura en 1930, colaboró en la célebre novela Doctor Arrowsmith que fue publicada en 1925 y ganaría el premio Pulitzer, que a la postre sería rechazado por el autor. Un año más tarde, en 1926, aparecería Cazadores de Microbios, bajo la autoría completa de De Kruif. A partir de entonces y hasta fecha en un fenómeno editorial de características globales al ser traducido a decenas de lenguas.

De Kruif había estado incubando durante años la idea del libro, desde que uno de sus estimados colegas de De Kruif del Rockefeller, Jules Bordet, Premio Nobel de Fisiología y Medicina por sus descubrimientos sobre la inmunidad y descubridor del bacilo que produce la tos ferina, se sentó una tarde en su laboratorio y conversar. "Su estilo de escritura científica es puro", le dijo. "Debería pensar escribir una novela sobre microbios. Puedo ver que sientes que son tan novelables como la ciencia."

La impronta en la escritura científica de De Kruif se alarga hasta nuestros días, por medio de esas historias de 14 científicos pioneros, desde Leeuwenhoek, inventor del microscopio y descubridor del mundo microbiano, pasando por Louis Pasteur hasta Walter Reed y Paul Ehrlich, quien acuñó el término de balas mágicas. Clave de su éxito radica quizás en su estilo, intenso en su admiración por el trabajo científico, y al mismo tiempo despiadado al desenmascarar a estos héroes como seres humanos complicados e imperfectos como cualquiera de nosotros.

Qué mejor lectura puede recomendarse en estos días de pandemia para tomar conciencia de los enormes avances médicos a lo largos de los últimos siglos. Ante el pánico desinformado y las especulaciones de las redes sociales vale la pena reconsiderar la situación actual de la humanidad y reconocer que nuestros científicos avanzan sobre hombros de gigantes. Gracias a los actuales cazadores de microbios, el recuerdo futuro del coronavirus será equiparable al que tenemos actualmente del SARS, la gripe porcina o el AH1N1. Keep calm, read a book.

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