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LA ESTUPIDEZ HUMANA PRESENTA… [X]

La admiración como forma postmoderna de estupidez • José Luis Justes Amador

José Luis Justes Amador

La estupidez humana presenta... 01
Tachas 380
La admiración como forma postmoderna de estupidez • José Luis Justes Amador

143. Lo de Miguel Bose no es, ojalá lo fuera, una excepción. 144. En un hilo de Twitter es capaz de escribir dos, al menos, afirmaciones falsas sobre temas en las que la ciencia está de acuerdo, mezclando vacunas, 5G y una conspiración mundial.
 

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145. Por eso muchos lo llaman “conspiranoico”, en un intento de convertir en una enfermedad mental (ese final “-noico”) como si fuera un arreglable desarreglo mental lo que es —simple y llanamente– una estupidez.

146. Hasta en la estupidez hay clases sociales y grados de perdonabilidad.
147. Gwyneth Paltrow, que logró enamorar al mismo Shakespeare, hace dudar con su tienda online Goop si esto de la pseudociencia es un convencimiento o una oportunidad de negocio, ya que en ella se pueden comprar, a precios que van de carísimos a exorbitantes, productos como agua que tiene buenas o malas vibraciones según lo que ponga en la etiqueta de la botella, aceites para reequilibrar los chakras, dietas para detoxificar o curar casi cualquier enfermedad, tiritas para regular la frecuencia de la energía corporal, baños vaginales de vapor para equilibrar las hormonas femeninas, o huevos vaginales de jade que además mejoran los orgasmos.
148. Pero el primer lugar en estupidez pseudocientífica se lo lleva, sin lugar a dudas, Tom Cruise.
149. ¿Cuál sería nuestra reacción si viéramos a un científico explicar en la televisión o en una rueda de prensa que “los seres humanos fueron traídos a la Tierra por Xenu, el dictador de la Confederación Galáctica”? Cuanto menos de risa.
150. Sin embargo, cuando el actor apoya a la Iglesia de la Cienciología (atentos a ese “cienciología” que le da un halo, imprecisamente, científico) que propone la frase del punto anterior, lo disculpamos con un “ay, estos famosos a los que se les va la cholla”.
151. Los ejemplos podrían continuar hasta llenar esta columna durante varias, bastantes semanas. Valgan algunos de ejemplo.
152. Ni Silicon Valley se libra de la estupidez. El fundador de Twitter, Jack Dorsey, sigue una dieta OMAD ("una comida al día"), además de tener una sauna portátil con una malla protectora que bloquea la radiación electromagnética de los cables, de la wifi y de las antenas de los móviles. O el genial e inteligentísimo Steve Jobs que renunció a la medicina para tratar su cáncer de páncreas con zumos y acupuntura. 
153. ¿Qué pensar de Pamela Anderson, con esas glándulas mamarias tan desarrolladas, cuando afirma que hay una relación directa entre al autismo y el consumo de lácteos? ¿O de Robert de Niro, tan serio y buena persona que parece, cuando relaciona el mismo trastorno con las vacunas? ¿O, por terminar, con el siempre combativo Manu Chao, que apoya al agricultor Josep Pàmies y su defensa del MMS —líquido similar a la lejía industrial- como cura del autismo, la malaria y el VIH?
154. Y la lucha por defender estas pseudoterapias es tal que se creó hace poco la Asociación Nacional de Profesionales y Autónomos de las Terapias Naturales ya que, cito, la “medicina natural está maltratada” y “despreciada”. 
155. Pero no hace falta ser actor o celebridad para caer en esos errores. Los científicos no se libran: Isaac Newton apoyó un trabajo que describía los diferentes dragones que habitaban en los montes suizos; Linus Pauling, Nobel de Química en 1954 y de la Paz en 1962, ha pasado a la historia también como uno de los más célebres defensores de teorías pseudocientíficas, y en 1968 sorprendió a muchos publicando en la revista Science un artículo titulado “Orthomolecular Psychiatry”, en el que culpaba a la falta de vitaminas de las enfermedades mentales; los enormes James Watson y Francis Crick, Nobel en 1962 por el descubrimiento y descripción del ADN, tampoco se libran, ya que Watson se ha distinguido por sus declaraciones racistas basadas en evidencia científica, mientras que Crick defendió en 1973 la panspermia dirigida, la teoría de que la vida en la Tierra fue sembrada deliberadamente por una civilización alienígena. 
156. Hay algunos más, no tantos como entre famosos, pero mención aparte merece Michio Kaku, físico y uno de los creadores de la teoría de cuerdas, cuyas afirmaciones —en congresos de ufología y no científicos– son del tipo “Creo que en este siglo podremos comunicarnos con una civilización extraterrestre escuchando las señales de radio. Será difícil hacer esta mensajería porque estarán muy lejos de nosotros. El hombre quedará como trogloditas frente a la vida extraterrestre”.
157. Y, como alguien le contestó desde la prensa: “Ser un buen físico no te exime de decir estupideces”. Sustituyan la palabra “físico” por la profesión del estúpido, y aplica igualmente.
158. Abro al azar un libro de Jardiel Poncela, “Máximas mínimas”, comprado en un tianguis de uno de los fraccionamientos más apartados y desastrados de mi ciudad: “admiramos para que los demás se admiren de nuestra admiración”.

 

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