viernes. 19.04.2024
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LA ESTUPIDEZ HUMANA PRESENTA… [XXI]

Tachas 391 • La estupidez humana presenta... [XXI] Halo y cuerno • José Luis Justes Amador

Henry III versus Simon de Montfort, from the British Library manuscript Royal 16 G VI, Chroniques de France ou de St Denis, after 1332, before 1350
Henry III versus Simon de Montfort, from the British Library manuscript Royal 16 G VI, Chroniques de France ou de St Denis, after 1332, before 1350
Tachas 391 • La estupidez humana presenta... [XXI] Halo y cuerno • José Luis Justes Amador

ANTETITULO:

Tachas 391 • La estupidez humana presenta… [XXI] • AUTOR:

322. Vale la pena citarlo entero, ya que es un momento de inteligencia, rodeados como estamos de tanta estupidez.

323. “La unión de estudiantes de la Universidad de Montfort está pidiendo un cambio de nombre para librar a su institución de la asociación con Simon de Montfort (c. 1205-65), sexto duque de Leicester, líder del levantamiento de los barones contra Enrique III y una figura clave en la prehistoria de la democracia parlamentaria. Y también un «odiador de judíos» (el concepto antisemitismo no aparecería hasta seiscientos años después) que expulsó a la comunidad judía de Leicester. Sus seguidores atacaron y asesinaron a judíos por todo el país.

De Montfort no fue el único en señalar a los judíos. Veinticinco años después de su muerte, fueron expulsados de Inglaterra, el primer país que tomo una acción tan extrema. Los líderes europeos tenían una relación de explotación con la comunidad judía, convirtiéndolos en ingresos (con una especie de impuesto indirecto, ya que los judíos más ricos eran los principales prestamistas) y expulsándolos cuando resultaba más efectivo política y financieramente.

Entonces, ¿no estaría bien que de Montfort ya no fuera homenajeado y conmemorado en el nombre de una institución educativa? La primera pregunta que surge es: ¿qué diferencia lograría? Sería un acto simbólico pero que no parece que vaya a tener ningún impacto en el antisemitismo moderno. La publicidad alrededor de la campaña quizá fuera útil educativamente, aumentando la conciencia sobre los orígenes del antisemitismo en la cultura inglesa y sobre la asociación de los judíos con el dinero, algo que hunde sus raíces tanto en la propaganda cristiana antijudía como en la moralidad medieval. Pero el hecho de quitar a una institución su asociación con un odiajudíos no va cambiar las formas modernas de discriminación. El antisemitismo está apuntalado en un prejuicio que se remonta a la edad media (como, por ejemplo, la teoría conspiratoria de QAnon que hace eco de las acusaciones contra los judíos de asesinatos rituales), pero de Montfort no tiene la más mínima relevancia en la expresión contemporánea del racismo antisemita.

Pero al igual que está quedando claro cómo bastantes de los grandes y buenos estaban implicados en el tráfico de esclavos, sería más sencillo contar a los líderes de la historia británica que no fueron antisemitas, que los que lo fueron. Siendo una adolescente libresca de una familia judía (mi abuelo judío-irlandés cambió su nombre de Goldberg a Glanville en los años veinte), me sorprendió encontrarme con tanto antisemitismo en la literatura clásica que leía, y me di cuenta con asombro, cada vez que descubría que yo no era el público que pretendía esa novela o poema.

Si los estudiantes de la Universidad de Montfort piensan que es realmente valioso despojar a los antisemitas y odiajudíos de sus homenajes, es un trabajo sin final. El Museo Rold Dahl tendrá que encontrar un nombre nuevo o, quizá, cerrar. (‘Hay un rasgo en el carácter judío que provoca animadversión’, dijo Dahl. “’Hasta un cerdo como Hitler los eligió por algún motivo’). La placa azul de T. S. Eliot tendría que ser retirada (‘Las ratas están bajo las pilas / El judío está bajo el montón / De dinero en pieles’). La campaña para erigir una estatua para homenajear a Virginia Woolf tendrá que detenerse. (‘No me gusta la voz judía’, escribió en su diario en 1915 sobre su cuñada Flora. ‘No me gusta la risa judía’. Se refería a su marido, Leonard, como ‘mi judío’). Y esos son apenas tres escritores del siglo XX.

Una purga completa de los antisemitas que están actualmente homenajeados en la cultura británica vaciaría las estanterías, las galerías y las salas de conciertos. Resistirse a semejante purga, incluso si no va más allá de Simon de Montfort, no implica una tolerancia del racismo. Es reconocer que el antisemitismo era algo aceptable hace muy poco tiempo y que Woolf, Eliot y muchos otros eran criaturas de su tiempo, con todo lo problemático que pueda resultar. Sería más útil trazar las razones de la supervivencia de esas visiones en el presente. Las purgas, en cualquier caso, han sido históricamente una de las tácticas favoritas de los antisemitas. No es el tipo de cosas que hace sentirse a un judío cómodo”.

324. Acaba de escribirlo Jo Glanville en la London Review of Books.

325. Halo y cuerno, la semana entrante.

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