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RESEÑA

The Deuce: un mundo construido por hombres, habitado por mujeres • Karla Gasca

Karla Gasca

The Deuce, fotograma de la serie
The Deuce, fotograma de la serie
The Deuce: un mundo construido por hombres, habitado por mujeres • Karla Gasca

Globalmente, se puede tener la impresión de que casi no se habla del sexo. Pero basta echar una mirada a los dispositivos arquitectónicos, a los reglamentos de disciplina y toda la organización interior: el sexo está siempre presente.
Michel Foucault

 

La primera vez que vi una película porno tenía unos doce años, cuando mi amiga L robó un VHS a su primo y aprovechamos la ausencia de mis padres en casa para echarle un vistazo. Nunca antes habíamos visto una, pero después de unos 5 minutos la quitamos. Recuerdo bien a un hombre blanco, calvo, penetrando salvajemente a una rubia cuyo goce era más bien dudoso. Nunca volvimos a hablar del tema, ni siquiera como anécdota. Aquello nos pareció más bien grotesco. En ese momento no entendí por qué algo así podría resultar placentero o siquiera entretenido. Ahora, muchos años después y con más bagaje sobre el tema, lo entiendo. Aquello era porno fabricado para un público masculino. Fue imposible no recordar esto cuando comencé a ver The Deuce.

The Deuce, serie de David Simon y George Pelecanos, narra una intrincada historia profundamente humana, que arranca (en su primera temporada) a inicios de los años 70 mostrando el negocio de la prostitución y el inicio de la industria porno en Nueva York, y termina (con la tercera temporada) en 1985 con la inevitable gentrificación de Times Square, la paranoia causada por la epidemia del VIH y el desplazamiento de todo aquel que no encajara en los estándares impuestos por los empresarios y políticos que devoraron La Gran Manzana hasta convertirla en esa atracción turística de luces brillantes y anuncios coloridos que vemos hoy.

La serie producida por HBO sorprende no sólo por su excelente recreación de las décadas de los 70 y 80 en Estados Unidos y por sus actuaciones de primera categoría, con James Franco interpretando a un carismático bartender de nombre Vince y a su ludópata hermano gemelo Frankie junto a Maggie Gyllenhaal, quien interpreta a la prostituta y pornógrafa Candy, cuyo personaje termina por llevarse el papel protagónico. (En este punto cabe destacar que David Simon incorporó a algunos actores de The Wire que brillaron por su participación en esta serie de culto). Sorprende principalmente por ser una serie que presta especial atención al discurso de las mujeres, mismo que termina por ser el hilo conductor de la historia.

En una entrevista, tanto Simon como Pelecanos reconocen ser dos hombres heterosexuales de mediana edad que, a pesar de los esfuerzos que hicieran, nunca lograrían por si solos contar una historia fuera de estas limitantes, por lo que incorporaron a algunas talentosas guionistas y escritoras como Iturri Sosa (Gotham, The Florist), Lisa Lutz (The Spellman Files) y Megan Abbott (The Turnout) en esta aventura.

Su talento para narrar historias, sumado al de Maggie Gyllenhaal como productora ejecutiva, da como resultado un producto de gran calidad que no sólo ofrece perspectiva de género, sino que logra sumergirnos en la psique de una serie de personajes femeninos atrapados en un mundo masculino, un mundo hostil del que es imposible escapar.

En The Deuce la mayoría de los personajes masculinos son empresarios, apostadores, pornógrafos, mafiosos, policías corruptos y proxenetas que tienen que lidiar todo el tiempo con su ego. Sin las mujeres, sus negocios (y sus vidas) se vendrían abajo.

Ellas construyen su propia historia en un mundo gerenciado por estos hombres, perdiendo su identidad en el camino, como le sucede al personaje de Lori (Emily Meade), prostituta que asciende a pornostar pero nunca deja de ser explotada, o bien encontrándolo, como le sucede a Darlene (Dominique Fishback), quien después de pasar noches viendo películas con uno de sus clientes, termina convirtiéndose en una ávida lectora.

También están Abby (Margarita Levieva), universitaria que renuncia a sus privilegios burgueses para convertirse en barista y luchadora social, y la más compleja de todas, Candy (Maggie Gyllenhaal), quien después de recibir una golpiza trabajando como prostituta decide incursionar en la industria porno hasta crear su propio sello, haciendo algo hasta ese momento inimaginable: pornografía para mujeres, dando de ahí el paso a cineasta de culto.

Todas estas mujeres nos cuentan una historia, una que no siempre termina bien pero que al fin y al cabo les pertenece. Reconocen que viven en un mundo en el que no tienen voz ni voto y apenas cuentan con herramientas para enfrentarlo. Algunas logran surfear en él, salir a flote. Otras se ahogan.

Si alguna de ellas intenta sobresalir en este mundo administrado por hombres, ellos se encargan de recordarles una y otra vez de dónde vienen, como si la prostitución (de la que viven y mantienen a sus familias) fuera una labor denigrante, cuando “es sólo trabajo”, como repite Candy una y otra vez. Sin embargo, la intención siempre es la misma: recordarles a todas aquellas que pretendan destacar por encima de ellos, quién ha escrito las reglas.

Las tres temporadas de The Deuce (2017) están disponibles en HBO max.

 

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