Champions 2025 [IV]: La vuelta de las semifinales • Fernando Cuevas
“Después del nivel alcanzado en el partido de ida, parecía difícil mantener el listón a semejante altura…”

Al final ganaron los locales, uno en el tiempo regular y el otro en el complementario para definir una final inédita en el torneo. Los resultados terminaron de igual forma que los partidos de ida tras los noventa minutos de juego, triunfo y empate, a manera de espejo que reflejó la condición de cada uno de los contendientes.
LA VOLTERETA COMO FORMA DE JUEGO
Después del nivel alcanzado en el partido de ida, parecía difícil mantener el listón a semejante altura, pero el Inter de Milán, impulsado por su vibrante tribuna, y el casi siempre lucidor Barcelona, lo consiguieron: terminaron por regalarnos una de las grandes semifinales de la historia del certamen. Tras un inicio tenso, Yamal y Barella enviaron sendos avisos bien controlados por el arquero, hasta que Lautaro anotó al 21’ al recibir un servicio de Dumfries tras una recuperación y filtración de Dimarco en zona alta. El juego se mantuvo equilibrado y el gol no modificó mayormente los esquemas iniciales; vinieron un par de aproximaciones por equipo, y cerca del final de la primera mitad, se decretó un penal revisado por el VAR en favor de los de casa y Çalhanoglu, quien había tenido una buena oportunidad, se encargó de poner el segundo en favor de los suyos, sellando un muy prometedor primer tiempo para el cuadro italianos.
El equipo catalán salió al segundo medio en plan presionador, justo para buscar la igualada: con medido toque a la red, Eric acercó a su equipo al 55’ tras servicio de Martín y Dani Olmo, cinco minutos después, puso el empate con cabezazo letal, si bien antes Sommer ya había salvado su arco. Así, sin decir agua va, el partido estaba nuevamente empatado pero con el flujo motivacional en favor de la visita: no era empezar de nuevo. Y así fue como el equipo español supo detectar su momento y siguió empujando al frente hasta que logró dar una inesperada voltereta con gol de Raphinha al 87’, pero cuando todo parecía sentenciado, incluso después de un disparo al poste de Yamal, otra vez apareció Dumfries al 93’ para poner un pase que remató Acerbi como todo un delantero para dejar el marcador 3-3, igual que la ida, aunque todavía el propio Yamal tuvo para anotar el de la diferencia.
En el tiempo complementario, Thuram tejió un gran desborde y Frattessi, tras recibir una dejadita de Taremi, se encargó de colocar la pelota en las redes al 99’ con fino y paciente toque, decretando una nueva voltereta, ahora en favor de los suyos. Y como a lo largo de la eliminatoria, la figura del arquero Sommer se plantó con firmeza en la puerta de los anfitriones para impedir el empate con lances por todas partes, ante la insistente presión de la visita, poniendo en juego toda su capacidad ofensiva para buscar el empate. Al final no llegó, pero tanto el equipo culé como el combativo Internazionale nos obsequiaron una semifinal memorable a lo largo de los 210 minutos disputados, más la compensación, en la que se vivió la angustia, el drama y la explosión de júbilo.
AFIANZAR EL RESULTADO
El equipo del Arsenal saltó al campo legendario de El Parque de los Príncipes con firme mentalidad para buscar la igualada en el global, poniendo todo su ídem al frente. Rice y Martinelli lanzaron sendos remates cuando el partido apenas iba naciendo y que demostraban ese empuje inicial del cuadro londinense, mientras que los anfitriones, Paris Saint-Germain, buscaban acomodarse en el terreno propio. Ødegaard continuó con la andanada de oportunidades pero Donnarumma salvó por segunda ocasión su arco y fue hasta pasado el cuarto de hora de juego que el local despertó, vía disparo al poste del georgiano Kvaratskhelia; el cuadro parisino se empezó a animar y después de otra aproximación gracias al robo de una pelota, Fabián disparó con gran colocación al filo del área, después de recibir un rebote, para romper el cero al 27’. A pesar de haber merecido más, los de rojo siguieron con ánimo para generar al frente, aunque en una contra por poco reciben el segundo si no fuera por la intervención de Raya.
Para la segunda mitad, la tónica se mantuvo durante los primeros veinte minutos, con un París cauteloso y un Arsenal insistente, al punto de que Saka lanzó un disparo preciso pero el gigante italiano alcanzó a desviar con felino lance. El partido continuó en esta lógica hasta que un penal en favor del cuadro francés parecía poner las cosas cerca de la definición, pero un displicente Vitinha no consiguió concretar, también gracias a un buen recostamiento de Raya: la jugada podría implicar una inyección motivacional para la visita pero pronto Hakimi se encargó de anotar el segundo con buen disparo al 72’. Cuatro minutos después, en jugada atropellada, Saka descontó para los suyos, dándoles un poco de vida para tratar de buscar dos goles en el cuarto de hora restante de partido. Todavía tuvo una clara el propio Saka y Dembélé, del otro lado, pudo ampliar la ventaja, pero el tiempo se agotó y el cuadro galo consigue presentarse en el juego definitivo. El Arsenal, por su parte, cumplió un gran torneo pero le faltó mayor empuje, sobre todo en el partido de ida.