martes. 16.04.2024
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De “revuelo de golondrinas” a “mirada atónita de un murciélago expuesto al sol”

Alejandro García

De “revuelo de golondrinas” a “mirada atónita de un murciélago expuesto al sol”

Halagada por la galantería del mulato otoñal, que se había quitado la camisa para lucir sus recios pectorales, Mireya sintió en el estómago un revuelo de golondrinas. Negro santo, pensó, cuando quieras te la canto en la cama.

Cuando empezaba a venirse con una intensidad telúrica, Uriel tuvo convulsiones epilépticas y emitió un ronco gemido. Tras la descarga se quedó inmóvil con los plomos fundidos. Tenía la piel azul, los brazos flácidos, la cara tiesa, la mirada atónita de un murciélago expuesto al sol.
Enrique Serna

La ternura caníbal (México, 2013, Páginas de espuma, 270 pp.) consta de 10 relatos de la autoría de Enrique Serna. Fiel a su conocida virtud de la fluidez narrativa y de la creación de situaciones divertidas, es muy fácil avanzar en este enjambre de narraciones y a la vez ir reconociendo elementos de sorpresa propias de la intriga o cuestiones temáticas que enriquecen la aventura y la trascienden.

El libro bien se puede leer como un actual Decamerón pues buena parte de las historias es la de las habilidades de hombres y mujeres para engañar a su pareja o a quien se deje, pues podemos incluir intereses no eróticos y no sexuales, que tienen que ver con soledad, fama y exilio. Los personajes de Serna suelen estar en el límite, pero no siempre se salen con la suya, a veces son burlados o ven frustradas sus intenciones, de allí que el lector se ande con cuidado a la hora de adelantar desenlaces y sentidos.

“Soledad coronada” (2°), “La vanagloria” (4°), “El manco Rodríguez” (7°), son las tres narraciones que ponen pausa al amor y desamor de las 7 restantes. En el primero el personaje conoce todos los renglones de la soledad y de la negación de los otros. Lo rehúyen, lo evaden, rechazan sus invitaciones y no le queda más que gozar tal estado de cosas. En el segundo el rechazo es porque después de haber conseguido llamar la atención de amigos y adversarios, gracias a que ha recibido una misiva de Octavio Paz en donde alaba su poesía, la carta se esfuma y con ella el prestigio y viene la violencia. A pesar de las tribulaciones del Premio Nobel, podrá enviarle unas nuevas líneas, pero la historia no podrá repetirse. Y en el tercero un español conoce los sinsabores del exilio y las condenaciones de amigos y enemigos, incluso será expulsado del Partido, en el exilio, de tal manera que no le quedará más solución que abrazarse a México. Los tres personajes pueden retornar y cambiar las cosas, pero ya no lo juzgan necesario.

En las otras 7 piezas el pleito se pone bravo y el enfrentamiento entre miembros de la pareja no deja contento a los dos y a veces a ninguno. Allí está lo más atractivo de los relatos, el paso de cuerpos altivos, el cruce del río que lleva al paraíso, pero también el juego tenebroso que permite eliminar al otro, cerrarle el paso, arruinarle el futuro cuando se siente el olor de la fortuna.

El general de “Entierro maya” decide no privarse de las grandiosas carnes de su mujer, aunque sabe que allí se le va la vida, “Nubia lo cabalgó con destreza, regulando sabiamente el ritmo de la pelvis para exprimirle hasta la última gota de semen. Dámelo, papito, ya no sufras, dámelo todo” y allí el narrador nos contará la estratagema para morir contento y no tener la tentación de molestar desde el más allá.

Tania descubre la aventura de Ramiro y la explota, pero pronto éste asumirá el evento y la irá llevando a una experiencia swingers de donde no sabrá salir y en donde ella descubre que aún en el sin retorno se puede dar un goce: “Al reclinar la cabeza en los recios muslos de Arturo no le disgustó sentir los dedos de Karen caracoleando en su ombligo, ni opuso resistencia alguna cuando ambos comenzaron a lamerle los pezones. Ya estaría de Dios, pensó, y se dejó querer por su nueva familia.

Mireya y Nicolás, en “Material de lectura” libran su guerra en un viaje por el Amazonas, con pequeñas venganzas. Ella soporta la frustración del marido desocupado por senilidad dentro del gobierno en turno, resuelto en maltrato, delirio y alcoholismo. Y una caída en tan ubérrimos parajes puede resolver la vida sin mayores averiguaciones.

En “El cine Cosmos” (6°) Fedro, el vigilante de la última fila, el cazador homosexual, rescata a Chava, Kid Azteca, de un par de policías que lo acusan de haberle robado la cartera a otro tira, mientras éste y Kid se lían sexualmente en las butacas del cine. Son golpeados y desposeídos de lo poco que cargan. Fedro los lleva a su casa y les entrega sus ahorros. Al final, el buscón renuncia al premio. Aquí el desenlace hermana a este cuento con los 3 que he mencionado en primer término y tampoco existe una relación de pareja, pero el contenido de nexos lo lleva a la segunda serie y no deja de registrarse una relación así sea pasajera cuando son maltratados por los agentes del orden..   

De los tres últimos relatos, “Los reyes desnudos” narra la competencia entre el músico y la escultora Nadine. El sexo y la atracción física a veces los salva, así como la búsqueda de un hijo, pero los fracasos amenazan con imperar en sus profesiones. Claude buscará la manera de romperle el orgullo en el momento en que ella se embaraza. “La incondicional” es el susurrar de una asistente a un enfermo en su fase terminal, es el recuerdo de las humillaciones y de les excesos, es la vida que le pertenece a ella y que a él se le va.

 En el penúltimo relato, “El converso”, relata las aventuras de un cura de pueblo con fantasmas y cuerpos reales. Aquí Serna revitaliza las historias de muertos con su saludable sentido del humor y con ese cantar al cuerpo que suelen tener (y que se ignoran) esas historias: “Me dejaste con las ganas, papito, por eso ahora no te permito andar de caliente y voy a seguir quejándome cada vez que violes el voto de castidad”.

La ternura caníbal es un libro ampliamente recomendable para los irreverentes y amantes de las atracciones y repulsiones del amor y otros recovecos del hombre.