Sueños
Blanca Parra
A veces recuerdo vagamente lo que soñé. Si acaso algo muy general, una imagen. A veces no recuerdo, o en cuanto abro los ojos lo olvido. Anoche soñé con mi padre, mi madre y mis hermanos. Y fue bueno.
Con mi madre andábamos los hijos en algún pueblo con calles empedradas y amplias. Una de las calles iba a un arroyo, hacia donde se dirigió mi madre con mis hermanos. Mi padre se unió al grupo pero permaneció conmigo. Me recosté en el pasto para descansar y me quedé dormida. Mi padre me besó en la frente y estuvo conmigo hasta que el resto del grupo regresó del arroyo y todos juntos emprendimos el regreso a casa en algún autobús o tren.
Ahí mi padre se acurrucó en el regazo de mi madre y se quedó dormido.
Mi hermana Irma y yo nos quedamos en algún punto del trayecto en un hotel muy confortable, lleno de árboles y plantas, en un cuarto con terraza a la que algunos amigos acudieron a saludarme. Irma se había quedado en el interior, organizando el espacio y encendiendo la multitud de velas puestas como parte de la decoración.
Paz y afectos. ¿Qué más se puede pedir a los sueños?
30 de enero 2014