DISFRUTES COTIDIANOS
Primero y diez
PRIMERO Y DIEZ: FÚTBOL AMERICANO EN PANTALLA
Además de los notables programas producidos por la NFL, aprovechamos el Súper Tazón para hacer un recuento de algunas cintas alrededor de este deporte que busca expandirse más allá de las fronteras estadounidenses.
LOS INICIOS
Es posible empezar el yardaje con Jugando sucio (Leatherheads, 2008), dirigida e interpretada por George Clooney en la que exploró, a partir de una estructura de comedia romántica, los inicios de la liga con un jugador que va de salida en relación conflictiva con la estrella en pleno apogeo: algunas claves de cómo se conformaría tiempo después una de las ligas deportivas más importantes del mundo.
De las primeras obras al respecto fueron las dos versiones de Brown Harvard (Beaumont, 1918; Conway, 1926), basadas en una famosa obra teatral con trío romántico incluido. Durante aquellos años en plena transición del cine silente al sonoro, se realizaron varias películas entre las que destacaron The Quarterback (Newmeyer, 1926), The Drop Kick (Webb, 1927) y West Point (Sedgwick, 1927), sentando algunas de las bases argumentales de futuras incursiones al campo de juego.
Grandes comediantes no dejaron pasar el tema sin hacer valiosa aportación: Harold Lloyd buscaba reconocimiento en The Freshman (Newmeyer y Taylor, 1925), mientras los hermanos Marx hacían lo propio en Plumas de caballo (1932), dirigida por Norman Z. McLeod, quien había realizado Touchdown (1931). También está el divertido corto Tres magos del fútbol (Three Little Pigskins, Mccarey, 1934), comedia de confusiones con The Three Stooges. Ya después vendrían comedias mediáticas como Entrenando a papá (The Game Plan, Fickman, 2007)
EL ENTRENADOR EN JEFE
Figuras legendarias o producto de la ficción que han sido retomadas por varios filmes con distintos niveles de profundidad, desde los que se enfocan al mensaje motivacional más o menos obvio, hasta los que tratan de contextualizar y humanizar a estos personajes. Creador de campeones (Knute Rockne All American, Bacon, 1940) retoma la vida del famoso entrenador de Notre Dame; Levantándose de nuevo (When the Game Stands Tall, 2014) hace lo propio con Bob Ladouceur, que transformó al equipo preparatoriano al que entrenó y The Bear (Sarafian, 1984) del responsable del equipo de la Universidad de Alabama. Ed Harris encarnó a un inspirador coach en Radio (Tollin, 2003).
Para triunfalismos ahí está Duelo de titanes (Remember the Titans, Yakin, 2000), en la que se muestra las posibilidades que ofrece el fútbol americano para desactivar prejuicios raciales. Exenta de maniqueísmos resulta la también vuelta serie televisiva Juego de viernes por la noche (Berg, Friday Night Lights, 2005), que aborda a un equipo preparatoriano en Texas a principios de la década de los ochenta, comandados por un discreto y efectivo entrenador (Billy Bob Thornton) y sujetos a presiones tanto familiares como del fanatismo inútil que pone su felicidad en un juego cuyo resultado depende de otros.
Somos Marshall (McG, 2006), por su parte, se centra en la etapa posterior a la tragedia sufrida por un equipo de la Universidad, en donde Matthew McConaughey encarna al entrenador encargado de rescatar el programa. Llena de lugares comunes pero aún emotiva, El equipo no se rinde (When the Game Stands Tall, Carter, 2014) el equipo preparatoriano de los espartanos de Concord lograron la mayor racha de victorias al hilo, comandados por un sencillo entrenador (Jim Caviezel) que usaba el juego como medio para la formación de los jóvenes.
PROTAGONISTAS EN EL CAMPO
Son los principales protagonistas y los que se llevan tanto la gloria como los golpes. Harmon of Michigan (Barton, 1941) retrata al jugador de los Wolverines y posterior locutor, interpretado por sí mismo. La relación entre los coequiperos Brian Piccolo y Gale Sayers quedó bien retratada en el drama La canción de Brian (Kulik, 1971), así como el vínculo de John Cappelletti y su hermano en Trofeo a la vida (Antonio, 1977), ambas realizadas para TV.
En tono de comedia fantástica, Warren Beaty dirigió y actuó en El cielo puede esperar (1979), en la que el alma de un pasador sobrevive para encontrar un cuerpo adecuado y jugar el Súper Tazón con los Carneros otra vez de Los Ángeles. Los suplentes (The Replacements, Deutch, 2000) toma como pretexto la huelga de los jugadores que sacudió a la NFL y que provocó la entrada de otros jugadores, llamados esquiroles por algunos medios: Gene Hackman y Keanu Reeves hicieron inesperada mancuerna en esta cinta.
Por su parte, Rudy (Anspaugh, 1993), retoma la vida del pequeño pero decidido jugador y otro caso real se despliega en Invencible (Core, 2006), que narra la increíble historia de un fanático común que, dada la inteligencia atrevida del mítico entrenador Dick Vermeil (Greg Kinnear), consiguió participar con las Águilas de Filadelfia: se trata del treintón profesor y barman a medias Vince Papale (Mark Wahlberg). The Express (Fleder, 2008) narra con solvencia narrativa la historia de Ernie Davies, primer jugador afroamericano en ganar el trofeo Heisman.
EN LAS AFUERAS
Dentro de las cárceles también se han creado algunos equipos, como se puede ver en Un juego contra el destino (Gridiron Gang, Joaunou, 2006), basado en el caso real de Kilpatrick Mustangs, y en El rompehuesos (The Longest Yard, Aldrich, 1974), en donde se enfrentan presos contra guardias y que merecería un remake: El juego final (Segal, 2004) con Adam Sandler, también actor en El aguador (Coraci, 1998); en ambas versiones apareció Burt Reynolds. Muy en el tono del cine de desastres setentero, se filmaron Pánico en el estadio (Peerce, 1976) y Domingo negro (Frankenheimer, 1977) con tintes de thriller.
Cameron Crowe siguió a un promotor en picada pero siempre resurgiendo de sus cenizas (Tom Cruise) y a un jugador segundón que insistía que le mostraran el dinero (Cuba Gooding Jr.) en Jerry Maguire (1996), navegando entre el drama y la comedia de amistad, mientras que en Un domingo cualquiera (1999), Oliver Stone se entromete en las negociaciones y conflictos que sostiene un entrenador (Al Pacino) tanto con sus jugadores como con la hija del dueño del equipo, en un contexto de altas presiones.
Dos por el dinero (Caruso, 2005) se asoma al mundo de las apuestas; Touchback (Handfield, 2011) bordea la difícil situación de las lesiones como ingrediente de las carreras de los futbolistas; Un sueño posible (The Blind Side, Hancock, 2009) revisa la importancia de los apoyos afectivos para los jóvenes y Decisión final (Reitman, 2013) al de la selección de jugadores, quienes viven sus propias dificultades, sobre todo en el tema de las lesiones, como se muestra en All-American (Pizzo, 2015). Está también la motivacional Greater (Hunt, 2016), biopic sobre el luchón Brandon Burlsworth.
Para cerrar, un trío de documentales: Undefeated (Lindsay y Martin, 2011), que sigue a tres estudiantes y los esfueros de su coach para apoyarlos; Namath (2012), en donde se le da voz a este peculiar jugador y Last Day At Lambeau (2012), que explora la relación entre los aficionados de los empacadores y Brett Favre, sobre todo cuando se cambió a los Vikingos, uno de sus acérrimos rivales. Y por supuesto La verdad oculta (Concussion, Landesman, 2015) la película que retomó el caso del médico Bennet Omalu (Will Smith), quien puso sobre la mesa las consecuencias de los golpes en la cabeza, reflejadas en varios jugadores y que obligó a la liga a establecer nuevos protocolos.