Es lo Cotidiano

GUÍA DE LECTURA

La cabaña del Tío Tom, de Harriet Beecher Stowe / Jaime Panqueva

Jaime Panqueva

Harriet Beecher Stowe
Harriet Beecher Stowe
La cabaña del Tío Tom, de Harriet Beecher Stowe / Jaime Panqueva

Sólo la Biblia vendía más ejemplares que la recién impresa novela de Harriet Beecher Stowe en aquel año de 1852. 300.000 volúmenes se vendieron en los Estados Unidos, unos 200.000 en la Gran Bretaña, donde pronto el tiraje llegó a un millón de volúmenes. Por una parte, la gente se conmovía por esta historia llena de sentimentalismo, sus descripciones de la vida de los esclavos negros en las colonias del sur y las tragedias por las separaciones de las familias. Beecher Stowe no había viajado en su vida a las plantaciones, pero se nutrió de muchas historias escuchadas en boca de antiguos esclavos, pues fue parte del Ferrocarril Subterráneo, una organización clandestina que ayuda a escapar esclavos del sur hacia los territorios libres del norte. Su esposo, pastor protestante igual que el padre de la escritora, era también un abolicionista militante.

Publicada primero por partes a lo largo de casi un año en un periódico antiesclavista, The New Era, la novela sacudió la sensibilidad de los lectores por cuestionar sin cortapisas, desde una postura moral plagada de comentarios cristianos y citas bíblicas, la legitimidad de la esclavitud, además de denunciar a sus promotores, varios de ellos renombrados ministros de culto. El impacto fue tal que en el mismo año de edición, empezaron a publicarse novelas Anti-Tom, que formaría un género por sí solo; se han detectado unas 27, escritas en un periodo de ocho años. Menciono algunos, porque los títulos son muy simpáticos:  La cabaña de la tía Phillis (1852); tío Robin con su cabaña en Virginia, y Tom sin una en Boston (1853); Antifanatismo, una historia del Sur (1853); La novia norteña del  plantador (1854); Acre blanco vs. Acre negro (1856).

La apreciación de los libros cambia de forma constante a lo largo del tiempo. En su momento, La cabaña fungió como un eficaz panfleto antiabolicionista que abonó el ambiente para orillar a los Estados Unidos hacia la temible Guerra de Secesión. En los años 60 de siglo X, fue cuestionado por los militantes de derechos civiles pues consideraban que la figura principal, con su conducta sumisa ante los blancos, traicionaba a su raza. También existen ediciones actuales que han censurado el vocabulario racista del texto original.

Tras las protestas derivadas de la muerte en Estados Unidos de George Floyd y el desarrollo del movimiento Black lives matter, se han cuestionado libros como Lo que el viento se llevó, con su consabida adaptación cinematográfica, que fue retirada de la pantalla por HBO por considerarla racista. ¿Qué pasará con La cabaña? porque la lectura de este clásico en siglo XXI, quizás nos hace verla como una caricatura divulgadora de estereotipos raciales o como una novela de propaganda religiosa. Tal vez por ello no se adapta a la gran pantalla desde hace más de cincuenta años.

Comentarios a mi correo electrónico: [email protected]

[Ir a la portada de Tachas 375]