285. Ya dice el refrán que “el que tiene boca se equivoca”, y sabemos que quien habla o quien escribe, tarde o temprano dirá o escribirá una estupidez.

(286. Al igual que hizo Steiner con el amor en los sordomudos, alguien debería contestar en un ensayo a la pregunta de si los sordomudos pueden cometer estupideces. La respuesta es “sí”. Pero ¿y el cómo?

287. Y el lenguaje es tal vez la actividad humana más manipulable y manipuladora.

288. Veamos un caso reciente.

289. Las circunstancias de ambos casos son semejantes: titular en el mismo periódico hablando del caso de una persona y una descendiente, arrojándose tras una discusión de pareja, por una ventana.

290. Lo asombroso son las diferencias en el modo en el que se redacta el titular.

291.  “Un padre mata a su bebé al tirarse por una ventana del Hospital La Paz”.

292. “Una mujer muere en Murcia tras tirarse de un sexto piso con su hijo en brazos”.

293. Lo primero que llama la atención son los verbos. Mientras que “tirarse” se mantiene, hay una gran diferencia en que el hombre “mata” mientras que la mujer “muere”.

294. Y también el hombre es el que mata a su bebé, mientras que en el titular no se sabe si el hijo de la mujer que se tiró del sexto piso sigue vivo o no (al leer la noticia se descubre que también murió).

295. No hace falta ser muy inteligente o muy profundo para darse cuenta de cómo el lenguaje ha construido dos noticias totalmente diferentes que son casi exactamente iguales.

296. Pero no sólo ocurre en los medios generalistas; también se da en los científicos.

297. Esta semana apareció en una revista científica indexada y seria un artículo que se titulaba “Nephrite-Jade amulets, a calcium-ferromagnesian silicate, may prevent COVID-19”; o sea: “Los amuletos de jade, un silicato de calcio ferromagnesiano, pueden prevenir el COVID-19”.

298. Cuando una página dedicada a perseguir bulos o artículos no muy científicos en revistas científicas pidió a uno de los autores del artículo que explicara su evidencia, recibió una respuesta poco menos que absurda.

299. “Lo que le sugiero amablemente es que lea el artículo y examine la evidencia que aporta. También le sugiero que lea la historia de la ciencia y cómo los fanáticos han intentado siempre bloquear y ridiculizar las ideas nuevas que retan el paradigma predominante de individuos a los que no se les considera lo suficientemente inteligentes. No me sorprende que el artículo haya levantado respuestas irritadas. Claramente, la idea de que un científico negro pueda ofrecer un paradigma que cambie ciertas ideas ofende a mucho individuos. Seré cándido: mi color de piel no tiene nada que ver con mi inteligencia. Si tiene alguna preocupación legítima sobre el artículo y quiere discutirlo, estoy a su disposición; sin embargo, no toleraré racismo o intolerancia intelectual dirigida a mí”.

300. O sea, nada sobre el jade o sus supuestos efectos preventivos.

301. Aunque la respuesta del otro coautor del artículo tampoco se quedaba atrás.

302. “Por favor, lea y entienda el artículo en profundidad antes de tomar una decisión apresurada. Si me permite, especula usted; no sabe ni de física cuántica ni de química. Está tomando una decisión apresurada, basada en su conocimiento de las teorías clásicas que dominan la biología. También, con toda certeza, el hecho de que usted sea un varón blanco le otorga el privilegio de pensar que tiene el derecho de determinar quién puede proponer ideas que reten al paradigma dominante. Otras culturas no son primitivas, ni la gente de color o los pueblos indígenas son intelectualmente inferiores”.

303. O sea, más de lo mismo.

304. Y de ciencia, nada.

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