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DISFRUTES COTIDIANOS

Disfrutes Cotidianos • Lidiar con expectativas religiosas y sociales • Fernando Cuevas

Fernando Cuevas
Shiva Baby (EU-Canadá, 2020)
Shiva Baby (EU-Canadá, 2020)
Disfrutes Cotidianos • Lidiar con expectativas religiosas y sociales • Fernando Cuevas

 

Lidiar con expectativas religiosas y sociales

Ya sea por estructuras morales, familiares o escolares, un par de jóvenes se enfrentan a la dificultad de compaginar sus propios deseos e intenciones con los imperativos que se posan sobre ellas, usualmente contradictorios. Un par de prometedoras directoras debutantes recurren a la comedia con salpicadas irónicas para retratar a sus protagonistas con las que se siente una identificación inmediata, según el caso, gracias a sus imperfecciones y a la cercanía de las situaciones con las que tienen que lidiar. Curiosamente, las dos cintas tienen la misma duración: 78 minutos.

Danielle en un funeral asfixiante

Dirigida con base en un corto propio por Emma Seligman, en tono de comedia negra, Shiva Baby (EU-Canadá, 2020) vemos a una joven que después de tener un encuentro sexual con una especie de sugar daddy (Danny Deferrari), asiste presurosa a un funeral con sus padres (Fred Melamed, sin preocupación alguna y Polly Drapper, cuidando al retoño), en donde se encontrará con una serie de personajes de la comunidad judía a la que pertenece, incluidos una ex novia (Molly Gordon) y el hombre con el que recién estuvo, apareciendo con su modélica esposa (Dianna Agron) y su bebita de llanto fácil, además de algunas mujeres que dan consejos no pedidos y siempre tienen una opinión (sensacionales Jackie Hoffman y Deborah Offner).

A partir de un imaginativo manejo de la cámara que resalta la falta de espacio vital y los resquicios al interior de la casa, brindando esa sensación de asfixia que experimenta la protagonista y entrometiéndose en las conversaciones, así como en los cruces de miradas, se despliega un conjunto de diálogos en su mayor parte incómodos acerca de cómo las expectativas sociales ejercen una fuerte presión para la vida de la joven (Rachel Sennott, hastiada y traviesa): la indefinición sobre qué estudiar; la forma de comer y la conservación de la “línea”; la ausencia de pareja estable y en general, un futuro que resulte acorde a lo que los adultos suponen debiera ser lo adecuado.

Más allá del ejercicio de estilo con sabor artesanal y aguda mirada descriptiva, la novel realizadora consigue construir un retrato humorísticamente claustrofóbico sobre las exigencias que se ciernen en una joven judía que rompe el molde pero no del todo el cascarón, a pesar de su bisexualidad, de andar con un hombre casado y, sobre todo, no tener un plan preciso de vida romántico, profesional y laboral, cual predestinación asignada religiosa y culturalmente, y por no dejar, seguir cometiendo imprudencias en la reunión fúnebre, como tomarse una foto íntima y enviarla. Ni siquiera al salir de la casa podrá terminar el encierro y la convivencia forzada para los involucrados, al fin apretujados en la camioneta del optimista padre.

Alicia en un retiro esclarecedor

Por su parte, Karen Maine escribió y dirigió Yes, God, Yes (2019), comedia de crecimiento en la que una adolescente (Natalia Dyer, inocente y mordaz) vive la contraposición entre la curiosidad sexual y los designios de la perspectiva católica sobre el tema, remarcados en la escuela a la que asiste. Envuelta en un chisme, termina en un retiro junto con su amiga (Francesca Reale), dirigido por el sacerdote de la escuela (Timothy Simons) otros jóvenes mayores, en el que conocerá de primera mano ciertas incongruencias propias y de los demás, y experimentará la posibilidad de revisar el sentido de la culpa no gracias a los ejercicios o charlas religiosas, sino al encuentro con una lesbiana dueña de un bar (Susan Blackwell) al que escapó tras sentirse por completo confundida.

Con diálogos creíbles en función de la edad y contexto, tanto fuera de la lógica de la escuela como los que refieren al discurso institucional, la historia transita de manera ágil por los conflictos que se van presentando alrededor de la protagonista antes y durante el encuentro: con su amiga por los malentendidos y con el joven guía (Wolfgang Novogratz) por la confusión de sentimientos, así como con la también ayudante en el retiro (Alisha Boe), con el propio sacerdote aclarando posturas y la ruda prefecta (Donna Lynne Champlin). Entre confesiones, penitencias y exploraciones, algunos secretos y necesarias reconciliaciones, no queda más que seguir adelante y, de paso, disfrutar de alguna película como Titanic.

 


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