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Tachas 511 • Los discos del 2022 [IV]: 15 debuts • Fernando Cuevas

Fernando Cuevas

If My Wife New I’d Be Died
CMAT - If My Wife New I’d Be Died
Tachas 511 • Los discos del 2022 [IV]: 15 debuts • Fernando Cuevas

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Caroline es un octeto londinense que navega entre un folk casi inasible envuelto por un celofán emo que va creciendo en intensidad a fuego lento, transmutándose en un postrock abrasador, tal como se manifiesta en el homónimo Caroline, lleno de paisajes amplios que se van descubriendo paulatinamente. CMAT se presenta en el planeta country con If My Wife New I’d Be Died, avanzando con destellos pop entre un homenaje al cineasta Peter Bogdanovich y algún recorrido guiado por el profesor de geografía, como si viviéramos en el día de la marmota, penas recurrentes incluidas. Chat Pile es un grupo de Oklahoma que recorre la desesperación y el abandono en su intensamente sufrido God’s Country, recordándonos la desigualdad reinante en su país con vocalizaciones de fuerte acento gutural que describen pesadillas con mascotas corporativas.

Por su parte, Horsegirl es un trío de Chicago de aliento noventero que entregó Versions of Modern Performance, apostando por bajos en sólida contención, batería geométrica y guitarras expansivas que apuntan hasta alcanzar la (anti)gloria: prometedor rock de Nora, Penélope y Gigi. Sadurn es una banda de Filadelfia dirigida por Genevieve DeGroot que produjo Radiator, carta de presentación que incluye apartados countryfolk e indie de sutiles armonías para enfatizar las dificultades entre los vínculos que se establece y se sostienen hasta romperse o sobrevivir al vendaval. Helen Ballentine, en tanto, produjo Quiet The Room bajo el nombre de Skullcrusher, folk vaporoso sostenido en electrónicas florituras y forjado desde la intimidad de la habitación, refugio de la infancia extraviada.

Formado en Londres por Georgia Ellery y Taylor Skye, el dueto Jokstrap se presentó con toda una caja de sorpresas que nos conduce por parajes contrastantes pero extrañamente familiares: I Love You Jennifer B se lanza por episodios de sicodelia que estallan en una electrónica noventera, misma que se encuentra con espacios en penumbra que, a su vez, salen a una luz multicolor de sonidos inquietantes, justo para preguntarnos de qué se trata todo esto y romper el concreto con el fin de llegar a rítmicas y acuosas atmósferas, como las que nos llegan desde Liverpool con Courting y su punk electrificado que recorre Guitar Music, emergiendo entre desesperadas distorsiones y destellos de algarabía que vuelven a tonos subterráneos, elevados por The Lindas Lindas, banda angelina que le apuesta a energía juvenil en pleno desarrollo emocional vía Growing Up, lindando con los territorios del movimiento riot grrrl.

Yard Act es un cuarteto de Leeds que retoma herencias roqueras propias del postpunk y el indie, tal como se plasman en The Overload, todo un despliegue de narraciones cargadas de ironía e instrumentaciones airosas que acompañan estas historias alrededor de la política y las condicionantes sociales. Y desde la isla de Wight, se presentó el dueto Wet Leg, integrado por Rhian Teasdale y Cámaras Hester quienes se encargan de confeccionar un pop de múltiples vertientes que incluyen rock, indie, punk, garage, synth y brit, entre otros lances claramente intencionados que conforman el homónimo Wet Leg, donde confluyen historias de relaciones y rupturas, travesuras juveniles y hasta crisis existenciales pasadas por humor negro.

Entre el soul y el blues con florituras de arreglos digitales, la cantante de Chicago, Ravy Lenae, entrega su primer largo tras un EP, titulado justamente Hypnos, viaje de recuperación desde el dolor de saberse traicionada hasta abrir la posibilidad casi astral de reencontrar el amor, encendiendo luces en lo más alto. Y desde el reggae con lances hipoperos, la jamaiquina Koffee se presentó con Gifted tras un EP previo, mostrando notable aprendizaje de las tradiciones rítmicas y cadencias propias del género, trayéndolo a su propio entorno lleno de dones, en tanto la inglesa Shygirl grabó Nymph, su debut completo después de varias grabaciones, pop intersectado por Hip-Hop y arreglos electrónicos en constante evolución. Y el rapero Fly Anakin produjo Frank, una conversación de variaciones emocionales entre apuntes soul y R&B.

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