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Tachas 561 • El urbanismo y la arquitectura en las corrientes culturales Utópicas • Stewart Home

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Tachas 561 • El urbanismo y la arquitectura en las corrientes culturales Utópicas • Stewart Home

Hay una tradición utópica que va desde el futurismo hasta Class War. Prácticamente todos aquellos implicados en las corrientes culturales utópicas desde 1945 han sido conscientes de que Dadá, el futurismo y –en mucha menor medida– el surrealismo eran sus precursores. Parte del interés de éstas por el entorno urbano se debe a que el anti-arte ha sido conceptualizado privilegiando el espacio sobre el tiempo. Pero, como se desprende del análisis comparativo entre estas corrientes, la crítica y las propuestas urbanas (y culturales en general) de estas corrientes es en muchos aspectos menos avanzada que la de sus precursores.

La propuesta inicial de COBRA

Uno de los proyectos más ambiciosos del movimiento era la creación de un nuevo entorno urbano en términos opuestos a los de la arquitectura racionalista de Le Corbusier. Michel Calle escribía en un artículo del primer número de COBRA:

... los edificios no deben ser ni angostos ni anónimos, ni deberían ser tampoco piezas de museo. En lugar de ello deberían comunicarse unos con otros e integrarse en el entorno con el fin de crear ciudades articuladas para un nuevo mundo socialista.

Iba a ser Constant quien desarrollaría el concepto COBRA de «urbanismo unitario» y quien se llevara consigo dicha idea a la Internacional Situacionista. Fue Constant también, en el editorial del cuarto número de COBRA, quien iba a elaborar una serie de tesis en relación con el deseo, lo desconocido, la libertad y la revolución, que pasarían a ser centrales en la Internacional Situacionista:

Hablar del deseo significa hablar de lo desconocido, del deseo de libertad [...] La liberación de la vida social que proponemos como nuestro principal compromiso abrirá las puertas a un nuevo mundo [...] Es imposible llegar a conocer un deseo sin satisfacerlo y la satisfacción del deseo es la revolución [...] La cultura actual, en su individualismo, ha reemplazado la creación por «la producción artística», y no produce otra cosa que signos de su trágica impotencia [...] Crear es siempre descubrir lo que se desconoce [...] Es nuestro deseo el que hace la revolución.

La Internacional Letrista

La Internacional Letrista se dispuso a trabajar en las teorías arquitectónicas que habían alcanzado una formulación embrionaria en el Movimiento Letrista. En el manifiesto letrista de Isidoro Isou (Introduction à une Nouvelle Poésie et à une Nouvelle Musique, 1947) decía que, en vez de construir «palacios para reyes, iglesias para dioses y arcos triunfales para los héroes, debemos construir palacios para albergar a los vagabundos y a los condenados a cadena perpetua, convertir las iglesias en urinarios, los arcos triunfales en bares [...] debemos construir como por azar, como deseemos y con los materiales que queramos».El texto más importante sobre arquitectura y urbanismo de la Internacional Letrista fue «Fórmula para una nueva ciudad» de Ivan Chtcheglov. Escrito en 1953, este ensayo permaneció inédito hasta 1958, en que apareció en el primer número de Internationale Situationiste. Chtcheglov, de diecinueve años, bajo el pseudónimo de Gilles Ivain, veía las ciudades como el lugar de una «nueva visión del tiempo y del espacio». La naturaleza precisa de tal nueva visión debía establecerse experimentando nuevos modos de comportamiento en el entorno urbano. La arquitectura iba a ser un modo de transformar la vida. Tal transformación era necesaria puesto que:

Una enfermedad mental ha barrido el planeta: la banalización. Todo el mundo está hipnotizado por la producción y los servicios: la red hidráulica, los ascensores, los baños, la lavadora.

Este estado de cosas, resultado de la lucha contra la pobreza, ha acabado traicionando su fin último: la liberación del hombre de sus preocupaciones materiales, y se ha convertido en una imagen obsesiva que pende sobre el presente [...] Se ha vuelto esencial provocar una completa transformación espiritual, devolviendo a la luz los deseos olvidados y llevando a cabo una propaganda intensiva de los mismos.

Una vez que se hubiera construido la «hacienda» -la nueva ciudad experimental-, todos deberían vivir en su propia «catedral». En la ciudad habría distintos barrios que se corresponderían con los «diversos sentimientos que uno experimenta por azar en la vida cotidiana». La actividad principal de sus habitantes sería permanecer en «una deriva continua». Es decir, discurriendo por el entorno urbano siguiendo los estímulos de la arquitectura y de los propios deseos. La Internacional Letrista desarrolló su teoría del «urbanismo unitario» a partir de Chtcheglov y de un «analfabeto de la Kabila» [Mustapha Khayati] que, en verano de 1953, propuso el término general «psicogeografía» para designar la investigación de fenómenos en flujo. Según Guy Debord, en su «Introducción a una crítica de la geografía urbana» (publicada en la revista surrealista belga Les Levres Nues, no 6, septiembre 1955):

La psicogeografía podría tomar para sí el estudio de las leyes precisas y los efectos específicos del entorno geográfico, esté conscientemente organizado o no, en las emociones y el comportamiento de los individuos. El adjetivo psicogeográfico, debido a su placentera vaguedad, puede aplicarse a los descubrimientos realizados por este tipo de investigaciones, a su influencia en los sentimientos humanos y, más generalmente incluso, a cualquier situación o conducta que parezca reflejar el mismo espíritu de descubrimiento.

Las teorías y resultados de la Internacional Letrista, incluida la muy vanagloriada «construcción de situaciones», nunca fueron más allá de la propuesta elaborada por Chtcheglov en «Fórmula para una nueva ciudad». En su «Introducción para una crítica de la geografía urbana» Debord escribe a un amigo que «vagaba por la región de Harz en Alemania siguiendo las pautas de un mapa de Londres».

De un modo parecido, los diversos «juegos psicogeográficos» y «ejercicios», aunque no carentes de humor, no produjeron unos datos a partir de los que se pudiera avanzar en una investigación científica seria, a pesar del bombo que la Internacional Letrista dio a sus resultados experimentales. Entre éstos estaba la «cita posible», que consistía en pedirle a un individuo que se presentara solo en un momento y un lugar precisos sin que hubiera nadie allí con quien encontrarse. Otras variaciones incluían el organizar un encuentro con un desconocido. También se proponían actividades tales como caminar sin descanso ni rumbo cierto, hacer auto-stop en París durante una huelga de transporte público, o pasear por las catacumbas durante el periodo en que estaban cerradas al público. Estos ejemplos ilustran el interés que la Internacional Letrista mostraba por la realización de juegos en el espacio urbano, y demuestran hasta qué punto su concepto del urbanismo era psicológico y fisiológico más que puramente geográfico. Sin embargo, la Internacional Letrista no introdujo innovación alguna en el urbanismo. Su idea de introducir estructuras móviles y transformables ya había sido propuesta por Chtcheglov, así como la existencia nómada implícita en ella.

En su «Plan para mejorar la racionalidad de la ciudad de París» (publicado en Potlatch, no 23, 13/10/55) la Internacional Letrista hace, entre otras, las siguientes propuestas: abrir el metro por la noche, abrir los tejados de París como zonas de tránsito mediante escaleras que les den acceso, abrir los parques públicos por la noche; colocar interruptores en el alumbrado público de modo que la gentepueda decidir el grado de luz que desea; la transformación o demolición de las iglesias, eliminando toda huella de religión; la supresión de los cementerios, con la destrucción total de los cuerpos; la abolición de los museos, trasladando el arte a los bares; la libre admisión en las cárceles, con la posibilidad de visitas turísticas; y el que las calles no tuvieran nombres de santos ni de personajes ilustres. Éstas, y las otras fórmulas urbanísticas de la Internacional Letrista, eran ya un lugar común desde los lejanos tiempos del Futurismo. Sin embargo, podía considerarse una novedad el lugar central que ocupaban en el programa de la Internacional Letrista.

No es de extrañar que la Internacional Letrista tuviera pocas -si es que tenía alguna- ideas originales, si tenemos en cuenta que, aparte del urbanismo unitario, su interés principal estaba en la «desviación».

La Internacional Situacionista La Internacional Situacionista

Los debates del Primer Congreso Mundial de Artistas Liberados (Alba, 2-8 de septiembre de 1956) concluyeron con un «acuerdo sustancial» y una resolución, en la que los firmantes declaraban «la necesidad de una construcción integral del entorno mediante un urbanismo unitario que utilizara todas las artes y técnicas modernas»; «el inevitable carácter demodé de toda renovación del arte dentro de sus límites tradicionales»; «el reconocimiento de la esencial interdependencia entre un urbanismo unitario y el modo de vida futuro», que debe situarse «en la perspectiva de una mayor libertad real y un mayor dominio de la naturaleza»; y la «unidad de acción entre los firmantes sobre la base de este programa». Ésta fue la primera vez que se utilizó públicamente el término «urbanismo unitario» que la Internacional Letrista había acuñado durante ese verano.

Constant había estado viviendo en Londres durante la primera mitad de la década, estudiando la ciudad. Cuando volvió a Amsterdam, abandonó la pintura para abrazar la arquitectura e investigar sobre el problema del espacio. Esto, combinado con su compromiso social, provocó la envidia y admiración de la Internacional Letrista.

Tras el congreso, Constant se quedó en Alba para trabajar en el primer proyecto de arquitectura móvil del urbanismo unitario. La construcción estaría destinada a ser utilizada por los gitanos que acampaban en un terreno que Gallizio poseía. Iba a utilizar un sistema de división de muros bajo un único tejado que podría ser modificado continuamente de acuerdo con las necesidades de sus habitantes. El modelo que hiciera Constant para el campamento era el manifiesto de una nueva civilización urbana basada en la propiedad comunal, la movilidad y la continua variabilidad de los ambientes unitarios.

Fluxus y el Arte Auto- Arte Auto-Destructivo Destructivo Destructivo

Al igual que otros movimientos utópicos, Fluxus se mantuvo ocupado en la introducción de posibles mejoras en su entorno más inmediato. El interés práctico de George Maciunas en cuestiones inmobiliarias encontró su reflexión teórica en Arquitectura Fantástica, editada por Vostell y Higgins (Something Else Press, Nueva York, 1969). Vostell marca el tono del libro desde la introducción:

Esta documentación de ideas y conceptos de una nueva realidad polimorfa se ofrece como evidencia de nuevos métodos y procesos que fueron introducidos por Fluxus, el happenning y el pop. Responden a una demanda de nuevos patrones de conducta, de nuevos entornas no consumidos.

El énfasis de todos los trabajos recogidos aquí recae en el cambio; es decir, en la expansión de los medios, las sensibilidades y los marcos físicos por medio de la descomposición de lo que nos era familiar.

¡La acción es arquitectura!

¡Todo es arquitectura!

Una nueva vida. La Wien de Ruhm, construida con las letras que en alemán forman Viena; el portaaviones de Hollein como ciudad para 30.000 habitantes; la desviación del Támesis que propone Oldenburg; mi superautopista considerada como entorno de una catedral; todo esto son utopías que contienen una visualización mucho más amplia de miras del pensamiento contemporáneo que la arquitectura represiva que desde la burocracia y el lujo impone restricciones a la gente. Todo está prohibido.

¡No tocar!

¡No escupir! ¡No fumar!

¡No pensar!

¡No vivir!

Nuestros proyectos -nuestros entornos pretenden liberar a la gente-, ¡sólo la realización de las utopías hará al hombre feliz y le liberará de sus frustraciones!

¡Usad vuestra imaginación! ¡Uníos... compartid el poder! ¡Compartid la propiedad!

Estas concepciones del urbanismo y la libertad se acercan mucho a las de COBRA y la Internacional Situacionista, veinte años y una década antes respectivamente.

Por último, los proyectos no realizados de Arte Auto-Destructivo, de Gustav Metzger mantienen una afinidad conceptual con el urbanismo unitario de la más temprana Internacional Situacionista. Como en los proyectos de la Internacional Situacionista, si se hubieran llevado a cabo habrían aumentado la visibilidad de la dinámica de cambio ya implícita en cualquier medio urbano. Y, como en la concepción que la Internacional Situacionista tenía del urbanismo, habrían alterado la relación psicológica individual con el medio urbano.




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Stewart Home.
 (Londres, Reino Unido. 1962). se autodefine como working class y ex-punk rocker, además de neoísta y reputado experto en vanguardias culturales. Home es un polifacético escritor inglés de culto además de director de cine, historiador del arte y activista. Es autor de novelas como 69 Things to do with a Dead Princess (2002), Tainted Love (2005) o la pandillera Red London (1994). En sus libros combina estilos tan dispares como el pulp, la pornografía, la non-narrative novel o el ensayo más político. 



 

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