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Tachas 573 • Elecciones en pantalla • Fernando Cuevas

The manchurian candidate (1962), fotograma de la película
The manchurian candidate (1962), fotograma de la película
Tachas 573 • Elecciones en pantalla • Fernando Cuevas

Una mirada fugaz por algunas propuestas que han retomado la temática de las elecciones, campañas y asuntos políticos alrededor de la toma de decisiones.

Empezamos con el director Frank Capra y el imbatible James Stewart en la clásica Caballero sin espada (Mr. Smith Goes to Washington, EU, 1939), encarnando a un honesto joven que llega al Senado para luchar hasta (casi) el final por los principios democráticos: suena extraño, pero quizá todavía se encuentren políticos así; el mismo realizador presentó El estado de la Unión (EU, 1947), en donde Spencer Tracy interpreta a un industrial metido a la política con los consecuentes conflictos matrimoniales con Katharine Hepburn, ni más ni menos, y de intereses. En esta tesitura, se presentó El candidato (Ritchie, 1972) con un Robert Redford en plan idealista, típico de quien sabe que no hay nada que perder, hasta que se puede ganar en el tenebroso mundo de las candidaturas al Senado, a las que se sumó Ciudadano Bob Roberts (Robbins, EU, 1992) con la presencia de un cantante de folk que le entra al juego sucio.

En clave de thriller con Frank Sinatra en el protagónico, El embajador del miedo (The Manchurian Candidate, Frankenheimer, EU, 1962) retomó la novela de Richard Condon para plantear la intención de colocar a un candidato fácil de manipular para beneficio de los intereses comunistas, a través de un lavado de cerebro; con Denzel Washington en el papel del comandante Marco, Jonathan Demme hizo otra versión en el 2002, todavía sin Trump en el panorama por aquello de ser potencialmente controlado por fuerzas ahora rusas. La novela de 1946 de Robert Penn Warren sobre un populista y sus enjuagues durante la Gran Depresión, ganadora del Pulitzer, fue adaptada en Decepción (All the King’s Men, Rosen, EU, 1949) y en Todos los hombres del rey (Zaillian, EU, 2006).

Año uno (Rossellini, Italia, 1974) presentó a un opositor de Mussolini en plena reconstrucción de una nación devastada por la guerra, mientras que El disputado voto del Sr. Cayo (Giménez Rico, España, 1986), basada en la novela de Migue Delibes, gira alrededor de la naciente democracia en España tras la dictadura franquista, particularmente durante la campaña electoral de 1977. Otra dictadura llegó a su fin gracias a un referéndum: en No (Larraín, Chile, 2012) se observa el proceso decisorio en torno a la continuidad del gobierno de Pinochet y la atrevida estrategia de marketing para evitarlo, apostando para convencer, en efecto, por la negativa.

Escándalo en la Casa Blanca (Wag the Dog, Levinson, 1997) es una deliciosa sátira sobre la manipulación en tiempos de elecciones, escenificada por un gran elenco (De Niro, Hoffman, Anne Heche) y desplegada a través de un ingenioso guion escrito por puro especialista (Beinhart, Henkin y Mamet). El escándalo (Primary Colors, Nichols, EU, 1998) siguió la pelea por parte de un gobernador sureño, interpretado por John Travolta y bien cobijado por un notable reparto, para alcanzar la presidencia, si bien una noticia sexual se atraviesa en el camino, por lo que se le relacionó con Bill Clinton, sobre el cual se produjo The War Room (Pennebaker y Hagedus, EU, 1993), sobre la impresionante campaña que lo llevó al poder en 1992, tras ir muy atrás en las encuestas.

Bulworth (Beatty, EU, 1998) recurre a la comedia negra para señalar la hipocresía reinante en el mundo de las candidaturas a través de la sinceridad que muestra un senador desencantado al ser crítico de varios componentes del país mientras busca la reelección, en tanto El candidato (Front Runner, Reitman, EU, 2018) muestra la caída de las aspiraciones presidenciales del senador Gary Hart, encarnado por Hugh Jackman, en 1988 dado un escándalo amoroso; por su parte, la sátira política Irresistible (Stewart, EU, 2020), muestra a un alto estratega del partido Demócrata se lanza a dirigir la campaña de un veterano que se postula como alcalde en un pueblo republicano-conservador en Estados Unidos. Los rivales políticos mandan a una asesora de buen nivel para que apoye al otro candidato, quien busca reelegirse y mantener intactas las tradiciones.

Jay Roach ha abordado el tema en varias de sus películas, tales como El recuento (EU, 2008), acerca de la tensión en Florida durante la elección del 2000; Game Change (EU, 2012), sobre Sarah Palin; la comedia Locos por los votos (The Campaign,EU, 2012) y All the Way (EU, 2018), centrada en la sucesión de Kennedy por parte de Johnson. Por su parte, George Clooney dirigió y estelarizó la tensa Los idus de marzo (EU, 2011), en el que un entusiasta miembro de la campaña que funge como jefe de prensa, encarnado por Ryan Gosling, se va adentrando en los sótanos del juego político; Paul Giamatti, Marisa Tomei y Philip Seymour Hoffman, complementan un enorme reparto.Pudimos apreciar una demostración de elevado sentido político y capacidad de negociación en Lincoln (EU, 2012) una de las obras cumbres de Spielberg con un imponente Daniel Day-Lewis.

En La batalla de Solferino (Triet, Francia, 2012), se brinda una mirada el día de la segunda vuelta electoral entre Sarkozy y Hollande, a través de los ojos de una reportera con sus propios asuntos domésticos por resolver, mientras que Promesas en París (Kruithof, Francia, 2021), sigue a la alcaldesa de los barrios parisinos, encarnada por Isabelle Huppert, en su etapa final como política, mientra que en El mundo de ayer (Diastème, Francia, 2022), la presidenta del país galo tiene que maniobrar para que el candidato de la ultraderecha no gane, sobre todo por el escándalo que se cierne sobre su elegido sucesor. El presidente desaparecido (Peyrefitte, Francia, 2022), en tanto, narra la historia de un rupturista candidato desconocido que gana sorpresivamente las elecciones en 1920, pero después se extravía, dejando el camino libre para el regreso de su contendiente.

En el documental President (Nielsson, varios países, 2021) se presenta la campaña presidencial de Nelson Chamissa en Zimbabwe, tras el régimen de Mugabe, en tanto Hungría 2018 (Hajdú, Hungría, 2018) analiza el voto, particularmente de la extrema derecha, que favoreció a Orbán para un tercer mandato; por su parte, Navalny (Roher, 2022) presenta al opositor ruso en torno al turbio envenenamiento del que sobrevivió, aunque después murió en prisión, envuelto en circunstancias por completo sospechosas.

Series como Tanner ‘88 (Altman y Trudeau, 1988), conformada por 11 capítulos entre realidad y ficción; la notable El ala oeste de la Casa Blanca (Sorkin y otros, EU, 1999-2006); la británica basada en la novela de Michael Dobbs, House of Cards (Davies, 1990), y su versión estadounidense adaptada por Beau Willimon que se transmitió del 2013 al 2018, y Veep (2012-2019), en clave de comedia, por mencionar algunas entre las que se puede sumar la mexicana El candidato (2020 - ) de Peter Blake. Desde tierras nórdicas, circuló la ilustrativa Borgen (Adam price, Dinamarca, 2010-2013) con una extensión que se proyectó en 2022, alrededor de una política y el entramado de los partidos, los cambios de poder y los reacomodos en tiempos de elecciones.

En otros contextos, el documental Boys State (Moss y McBaine, EU, 2020), retoma el encuentro de verano en Texas durante el 2018 donde los preparatorianos de diversas escuelas asisten para integrar un gobierno representativo, a través de construir y experimentar un proceso electoral del cual forman parte activa, ya sea como planillas y candidatos, periodistas u organizadores. Y ya se produjo la versión femenina, titulada Girls State (McBaine y Moss, EU, 2024), en la que se sigue el mismo esquema de su par masculino. Otro proceso decisorio, este en el ámbito escolar, fue retratado con acidez en La trampa (Election, Payne, EU, 1999).

Y para concluir, ahora que vayamos a las urnas, podemos acordarnos de Kevin Costner en El último voto (Swing Vote, Stern, EU, 2008), para resignificar el valor y la importancia que puede tener nuestra decisión.

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