lunes. 23.06.2025
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RESEÑA

Tachas 573 • Sobre Panqueva el polígrafo • Leopoldo Navarro

Qué culpa si es cierto, Jaime Panqueva - Portada
Qué culpa si es cierto, Jaime Panqueva - Portada
Tachas 573 • Sobre Panqueva el polígrafo • Leopoldo Navarro

Me regalaron el privilegio de comentar sobre un libro recién aparecido, pero aún no salgo del zarzal en que entré al encontrarme con un personaje que, según la solapa de esta publicación:

Nacido en 1973 en Bogotá, Colombia, ha recibido ya el Premio Juan Rulfo de Primera Novela 2009 por La rosa de la China (Planeta, 2011); es autor de El final de los tiempos (NortEstación, 2013), ganó el concurso literario del 9º Festival Internacional de Escritores y Literatura en San Miguel de Allende 2014; fue becario de la Asociación de Escritores de Shanghái para las residencias literarias 2014, además de tutor del PECDA y del Seminario para las Letras Guanajuatenses.

Algunos de sus relatos han sido traducidos al húngaro y francés, así como seleccionados por revistas literarias y diarios de Argentina, Colombia, Perú y México. Fundó y dirigió Argonauta, revista cultural del Bajío, que alcanzó heroicas xxx entregas.

Reside desde 2012 en lrapuato, donde publica una columna de opinión semanal en diarios impresos y digitales, edita las publicaciones culturales La trinca del cuento y Guía de Lectura (de aparición semanal); presenta el programa de radio por internet La nave de Argos; coordina los talleres de Escritura Creativa del Instituto Municipal de Cultura, Arte y Recreación IMCAR lrapuato y del Centro Regional de Expresión Artística, CREA.

Rayos... con dos o tres panquevas más este país sería otro, tanto en el aprecio del libro y su lectura como en el oficio de la creación literaria, entre otros ámbitos.

Pero no nos desviemos: se trata de presentar su libro Qué culpa si es cierto.

Pudiera intentar una descripción de la secuencia temporal (10 años) de los textos incluidos aquí, aunque para eso tenemos el gran apoyo de su indexación, establecida en cuatro trancos:

  • 2012-2013 (primeros años)
  • 2014-2015 (La transformación del valle)
  • 2016-2019 (los años de Argonauta)
  • 2020-2022, los años de la pandemia, que es el tranco último.

Cada tranco, por cierto, con su respectiva introducción-contextualización de temporada.

También me ayudaría mucho notar que la edición incluye una iconografía temática, tanto en el índice como en las cabezas de cada texto, que las clasifica así:

  • Microhistoria no intencionada, que es crónica
  • La sonrisa diagonal: temas de sátira, cuyo título global nos inclina ligeramente el eje vertical establecido por aquella colección de editorial Tusquets para adolescentes de todas las edades.
  • De aquí y de allá, Transposiciones geográficas y temporales
  • Comentarios musicales o teatrales
  • Cara a cara, entrevistas.

Sería interesante descubrir en esta diversidad el abordaje siempre redondo de este autor para los formatos del artículo periodístico, la reseña, la crónica, la entrevista, todo siempre comprimido en una nuez, y siempre aderezado por el estilo panqueviano, que va desde la erudición operística a un tono pariente de nuestro Ibargüengoitia, con el conejo de cierto humor siempre presto a saltar de su chistera mágica.

Aquí pudiera decantarme por una u otra de sus vertientes, o de todas, por qué no: desde el humor corrosivo con qué despoja de su siempre dolorosa presencia un tema como el covid, sus orígenes y consecuencias, hasta el paseo por sus reseñas sobre ópera, como manifestación de su vigencia actual con la que nos resistimos a declarar difunto un género de puesta en escena en apariencia decadente, que en sus más afortunados casos recurre a la recreación vanguardista en espacios que, créalo usted, viven con esas representaciones su clímax, aunque luego sean asaltados por informes de gobierno y congresos de todo tipo. En espacios ávidos de ser seducidos por el talento en sus foros y por la eficacia en su operación.

LOS HOMENAJES

A fin de cuentas -o para empezar-, en el genio y figura de Jaime Panqueva se antoja homenajear a quienes escriben y publican sin escamotear sus dones de lectores, espectadores, formadores de público y creadores de algo que hemos reducido -por lo pronto- a la denominación de 'contenidos', reduciendo a productos industriales y de sustancia fugaz los géneros periodísticos, en este mundo glocal infestado de youtubers, influencers, tiktokers y demás entes que, sin pasar por el juicio de una elemental mesa de redacción-edición, se dedican a disparar verdades eternas… que permanecen mientras llega el siguiente vagón del tren del mame.

Hablo entonces de articulistas y periodistas culturales -oficios que en ocasiones son diferenciados apenas por la frontera de un velo-, y en aparente vía de extinción. Por su parte, los medios formales (que, aunque usted no lo crea, aún existen) mantienen su resistencia a cubrir un ingreso digno a quienes se proponen entregarnos el producto de su trabajo a quienes quisiéramos enterarnos sobre qué oír, ver o leer, o reconocernos en el espejo de quienes también estuvieron ahí pero además lo reseñan.

En los espectáculos, arte y literatura de la región hablo aquí del evidente Jaime Panqueva, de plumas como las de Deusdedit Díez de Sollano, Fernando Cuevas, Amador Rodríguez Leyaristi -cuyos artículos deberán ser recuperados como consecuencia de alguna investigación-, Juan Ramón Velázquez Mora -quien suele ocultarse en las entretelas de un festival cinematográfico-,  Esteban Cisneros, Tania Preciado en medios electrónicos, José Luis Meza en sus episodios de reportero, Kennia Velázquez misma, cuando en su adolescencia universitaria producía un suplemento cultural para El Nacional de Guanajuato, y... por favor ayúdenme ustedes con la lista. En cuanto a personajes escapados del universo waltdisneyano, favor de abstenerse.

En fin, esto trataba sobre presentar Qué culpa si es cierto, el libro de Jaime Panqueva. Tratemos tan relevante asunto.

(Texto leído en la presentación del libro Qué culpa si es cierto de Jaime Panqueva, ediciones La Rana, en la FeNaL 35, mayo del 2024.)






 

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