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Tachas 582 • Bill Viola: Iluminaciones en movimiento pausado • Fernando Cuevas

Fernando Cuevas

Bill Viola
Bill Viola
Tachas 582 • Bill Viola: Iluminaciones en movimiento pausado • Fernando Cuevas

El videoarte fue su campo de expresión para explorar el mundo de la conciencia y la naturaleza humana a partir de su desarrollo vital, a través de diversas tecnologías auditivas y visuales, siempre con la mira en las posibilidades innovadoras de los propios medios y artefactos, conectándolas con tradiciones pictóricas renacentistas, intersectando ambos campos artísticos: la imagen en movimiento, frecuentemente ralentizada al extremo, y la pintura figurativa. En su propuesta están muy presentes los elementos naturales, particularmente el agua, que refieren a estados anímicos y formas en las que se vinculan con las personas, ya sea en incierta espera o afectivamente capturadas, incorporando perspectivas místicas tomadas del budismo, el islamismo y el cristianismo, en particular las relacionadas con los ciclos vitales, la trascendencia y el eterno retorno. 

Bautizado como William John Viola Jr. (Queens, Nueva York, 1951), mostró pronto su interés por el mundo visual y estudió la licenciatura en Bellas Artes en la Universidad de Syracuse, incluyendo el programa Synapse, origen del afamado CitrusTV, el estudio de la institución educativa. Tras graduarse en 1973, se unió a Rainforest, un grupo musical experimental comandado por David Tudor, para después colaborar en Art/tapes/22, un estudio de video en Florencia, donde entró en contacto con Nam June Paik, Bruce Nauman y Vito Acconci, impulsores artísticos de la videoinstalación y del video como manifestación artística.

Fue a partir de los primeros años de la década de los setenta cuando inició una producción constante de videos de orientación experimental como Instant Replay (1972), Localization (1973), Bank Image Bank(1974) y Return (1975), entre varios más, expresando algunas de sus ideas primigenias sobre la circularidad y permanente alteración dual. Durante los años siguientes y hasta 1983, formó parte como artista en WNET, una estación televisiva de Nueva York y empezó a consolidar sus ideas en obras que formarían parte importante de su corpus artístico, como The Space Between the Teeth (1976), en el que se grabó a él mismo gritando, como si a través de esa exclamación mostrara su interioridad alterada, por medio de una cámara que viaja por un pasillo de manera entrecortada y reposa en una cocina.

Grabó el reconocido The Reflecting Pool (1977), en donde una cámara fija atestigua la aparición y desaparición de una persona en un estanque, cuyo reflejo parece tener vida propia y reflexionó en torno a la luz y sus significados a través de Sweet Light (1977) y Chott el-Djerid (1979), así como en torno a las realidades líquidas y sus significados en Mount Rainier (1979). Por estos años viajó a la Polinesia para capturar tradiciones artísticas y a Melbourne, invitado por Kira Perov, responsable artística que después se convertiría en su esposa y gran aliada, con quien después viviría en Japón y entraría en contacto con el budismo, influencia presente en su obra.

A partir de los ochentas, etapa en la que presentó Ancient of Days (1981), donde explora la subjetividad del paso del tiempo, y Reverse Television (1983), mostrando a quince personas cual televisores humanos, colaboró en el Instituto de Artes de California y recibió la beca Guggenheim; entre otros trabajos, presentó el notable I Do Not Know What It Is I Am Like (1986), incursionando en rituales propios del mundo natural y las conexiones que se pueden establecer con el ciclo vital de las aves, en particular.

En la década final del siglo, continuó desarrollando su propuesta audiovisual con base en el avance de las posibilidades de los artefactos y de sus propias ideas acerca de la vida, la muerte y el trayecto vital intergeneracional, como lo expresó en The Passing (1991), yuxtaponiendo fotos de su madre ya fallecida con las de su su hijo, quedando el propio artista como una especie de puente entre las dos personas. En Slowly Turning Narrative (1992), utilizó dos canales de videoproyección, uno en color y el otro en blanco y negro, y una pantalla rotatoria que termina por absorber la atención en doble sentido.

Después de realizar Déserts (1994), collage con imágenes del Gran Lago Salado de Utah acompañadas por la música de Edgar Varèse, representó a su país en la Bienal de Venecia en 1995 con la serie Buried Secrets con The Greeting como parte de ella, actualización del clásico La Visitación de Pontormo con la consecuente irradiación de esperanza a partir de ese encuentro memorable. Hacia el final del siglo, fue becario del Getty y miembro de la Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias 

A lo largo del siglo XXI recibió múltiples reconocimientos y su obra fue objeto de muestras y exposiciones, misma que consolidó su amplia mirada en torno a las dualidades naturales y humanas, como el vínculo entre la trascendentalidad y la emoción más instintiva, la iluminación y la oscuridad aplastante: ahí está su colaboración con Nine Inch Nails y obras de la fuerza expresiva de Silent Mountain (2001) como muestra de explosividad a través del grito; Going Forth By Day (2002), propuesta digital que se conecta con al arte medieval.

En esta tesitura, transitan las series The Passions (2000-2003), serie de enfoque religioso, y The Quintet Series (2001), que va del asombro a la invisibilidad, de la remembranza al silencio o en las que aprovecha la fuerza expresiva de la ralentización para adentrarse en la expresividad de rostros que transmiten diversas emociones, tal como se expresa en Observance (2002), donde un grupo de personas muy juntas manifiestan angustia, tristeza y cierta resignación dentro de un espacio pequeño del que parecen no poder -o querer- salir.

The Tristan Project (2004) fue su incursión en el mundo de la ópera, tras la invitación del connotado director Peter Sellars, para acompañar con una serie de vídeos el desarrollo de la representación escénica, para después cobrar vida independiente y presentarse en varios recintos; le entró al mundo de los videojuegos con The Night Journey (2005), cuya última actualización fue en el 2018 y en donde se propone un tránsito rumbo a la iluminación desde una perspectiva mística, con fuerte trasfondo filosófico y espiritual, como se advierte en The Dreamers (2013), cual bucle onírico, e Inverted Birth (2014), corto de ocho minutos que plantea cinco radicales transformaciones vitales que se presentan del nacimiento a la muerte, a través de una persona en fondo oscuro.

En esta tesitura de vincular el fenómeno religioso con los elementos esenciales de la naturaleza, presentó su serie Martyrs (Earth, Fire, Water, Air) (2014), en la que cuatro personas, cada una por separado, padece la intensa presencia de uno de estos componentes y la aceptan con entereza, acaso esperando la luz definitiva que surja tras el sufrimiento. Tras varios cortos en similar vertiente, respondió a la invitación a la 52.ª Bienal de Venecia con una de sus instalaciones más memorables: Ocean Without a Shore (2017), en donde se van presentando personas de las que emanan chorros de agua, encuadradas en su mayoría en un plano entero con fondo oscuro e iluminación cenital, cual si se tratara de un bautismo desde el interior, una renovación espiritual o una purificación incesante.

Siguió produciendo en los últimos años de su vida, hasta que la muerte sobre la que tanto reflexionó se lo llevó el 12 de julio del 2024, en Long Beach: acaso ahora esté viendo o participando directamente en muchas de las representaciones que desarrolló sobre la conciencia, el ciclo vital, los misterios de los elementos naturales, las emociones al filo de la manifestación y el universo de la espiritualidad.
 

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