EXPERIMENTAL
Tachas 588 • Lo que veo • Jeanne Karen
Jeanne Karen
Al caminar, a veces sin querer escucho, veo, percibo, parte de la vida de los otros, de las demás personas que como yo, salen a pasear, a vagar, a divertirse, a pensar. Hoy, casi al caer la noche, estaba sobre mi ruta conocida, por la que más ando, cuando de pronto, un solo contacto, una imagen, llamó mi atención.
No era alguien en particular, más bien fue algo, un suceso, un par de frases escuchadas al azar, pero que me llenaron de alegría. Un muchacho, pasó cargando un perro, casi un cachorro todavía, y le dijo: “recuerdo cuando eras más pequeño y te traía por aquí, ibas en mis brazos siempre, porque no me podías todavía seguir el paso”. Una escena tan conmovedora, de las que una espera que se queden en la memoria o en un libro, en un cuento o en un pequeño poema.
Así nace la literatura, pienso, luego me pongo a recordar los cuentos que me han gustado; hay uno de José Donoso, que se llama “La Señora”, el que narra está en la calle, mirando la gente que va y viene, con sus vidas a cuestas o en los brazos, como el chico y su mascota, y de pronto ve a una señora, que se queda en su mente, no por ser hermosa o especial, simplemente por haberse cruzado en su camino. Recordé esa narración en especial, y pensé cómo alguien o algo, puede llamar tan poderosamente nuestra atención, que en los siguientes minutos, días, semanas, no sale de nuestra mente. En el cuento, Donoso nos deja con la sensación de que las cosas mágicas pasan en el día a día, en lo cotidiano, en el tranvía por ejemplo o en una larga peatonal donde sucede todo, donde pasa el mundo, así como si nada.
No hay que esperar los grandes sucesos para escribirlos, para vivirlos, nuestra propia existencia debe ser ese gran acontecimiento o más bien, esa colección de pequeños grandes acontecimientos.
Para escribir -a algunos-, nos hace falta respirar, cerrar los ojos, llegar al papel, al teclado y eso es todo; para vivir, nos hace falta arrojarnos, salir de nuestro cascarón, deslizarnos sobre las olas del día como la luz.
¿Cuánto surge de una imagen, cuántas ideas se reúnen alrededor de un instante? Pienso en la creatividad del ser humano, en el asombro que está presente, en la resistencia. Como escritora he tenido que usarla siempre, la última. Resistir es parte de la escritura de las mujeres, estar en contra de lo que dicta la moda, el régimen, los clubes de los señores escritores, -donde imagino que se reúnen en una gran mesa-, para aplaudirse e indicar lo que es o no una buena historia, lo que es o no es literatura.
También las mujeres tenemos respuestas, también nosotras hemos leído ampliamente. Tenemos una gran cualidad, que es leerlo todo: los pequeños trazos, los aromas en la cocina, la delicadeza de la hierba que crece, los sueños. Cuando escribimos, tenemos la inteligencia de Marie Curie, la sensibilidad de Emily Dickinson, la imaginación de J.K. Rowling.
Ahora me alejo sobre la misma calzada, me llevo mis pensamientos, también llevo para toda la vida, la imagen hermosa de ese muchacho con su perro, como una escena que sucede una y otra vez y no nos cansa.
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Jeanne Karen (San Luis Potosí, México, 14 mayo 1975). Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Temas como la muerte, la introspección y la complejidad semántica en la comunicación en relación con el autismo y las ciencias exactas como las matemáticas y la física, influyen su trabajo en un debate casi ético. Premio estatal de poesía Viene la muerte cantando (1998) Premio de Poesía Salvador Gallardo Dávalos (1999), de Poesía Manuel José Othón (2002 y 2006) Premio de Periodismo Francisco de la Maza por Publicación o Programa de Difusión Cultural (2009).
Ha publicado los libros: Simulación dinámica (Bitácora de Vuelos, 2015), Cementerio de elefantes (Múltiples editoriales). Hollywood (Ponciano Arriaga), Menta (Ponciano Arriaga).