POESÍA
Tachas 627 • Niégate a vivir • Reynaldo Flores Muñoz
Reynaldo Flores Muñoz

Pudieron habernos ahorrado
algunos millones de años.
Observa dicha constelación:
Dos camellos copulan
hasta quedar secos.
Nuestro Dios
no es más que un procrastinador crónico.
Sé que nos ideó
observó su creación desde lo más alto
y dejó caer sobre nosotros
el peso de su diversión.
¿O una tormenta de lava
acompañada
de fuertes ventiscas de azufre?
¿De estalagmitas de carne?
Sé qué planeó regenerarnos desde las cenizas
como cualquier bosque maligno
en el llamado eslabón perdido
y después las sopló sin decir nada
sin carne de espectro
que tenga que limpiarse del hueso.
Somos tan sólo un capricho
de su imaginación
que se mantiene aislada como alguien
cuyo único amigo es una motosierra.
Somos esferas rojas dinamitando
un árbol de navidad.
Niños malcriados
arrojan bolas de boliche
por las escaleras.
Todo es culpa del pez idiota
que salió del agua
y poco a poco fue abandonando las branquias
en el Mioceno tardío.
***
Reynaldo Flores Muñoz (León, Gto. 1994). Estudió letras en la Universidad de Guanajuato y fue a clases lo más que pudo, pero desistió porque admitió que la literatura no iba a ser su trabajo. Su inspiración artística tiende a inclinarse más hacia una plática con un indigente que a un libro recién recomendado. Si hay algo que se puede considerar como una formación literaria fue la experiencia en el taller de Eduardo Padilla. En la actualidad trabaja como carpintero por herencia familiar y estipula a la posteridad alimenticia dedicarse al negocio de los muebles, escribir y leer cuando haya tiempo. Algunas de sus vocaciones espirituales más importantes son: David Lynch, una que otra banda trillada de shoegaze y el Trilce de César Vallejo que suele tener cerca de su cama.