jueves. 18.04.2024
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El libro de los oficios tristes, de Miguel Maldonado

Jaime Panqueva

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El libro de los oficios tristes, de Miguel Maldonado


Hace unas semanas me regalaron el libro de poemas que recomiendo en esta ocasión. Sí, leyó bien, poesía. Y si algo le falta a este planeta es que se lea más poesía, porque afortunadamente aún quedan poetas, y por fortuna también dentro de esta laya hay quienes escriben como Miguel Maldonado (México, 1976). De sus trabajos anteriores recuerdo haber leído Lobos (Taller Ditoria, 2012) y algunos poemas de S’attarder aux détails o Detenimiento, una antología personal que poemas escritos a lo largo de diez años, de los cuales puedo destacar además de su capacidad de observación, la preciosa síntesis con la que condensa el mundo, sin excesos retóricos o formales. La calidad de su poesía radica en la aparente sencillez, en concentrar la mirada y liberar los sentidos de la palabra con una calidez entrañable. Su poemario El libro de los oficios tristes, de ediciones Monte Carmelo, se imprimió a principios de este año, y se podría relacionar con la poesía de lo cotidiano, pues propone una revisión a las tareas y a los seres humanos que las realizan en este México tan surreal, y quizás por ende tan apto de poetizar. Así se abre el poemario:

Los oficios tristes
Quienes profesan los oficios tristes
tienen hijos que no saben responder
la incómoda pregunta que llega siempre
¿A qué se dedica tu padre?
Tienen también la certeza
que por la misma paga
cambiarían pronto aquel empleo
Se vuelven grandes sabios
y no culpan nunca a nadie
por no querer lo que han tenido.

Y para que conozcan uno de los oficios mencionados, tangible y próximo a todos:

La botarga
Si se tropieza
no podría levantarse
Sufriría la agitación
de las tortugas cuando a espaldas
tendrían que ayudarle los paseantes
siempre bondadosos al disfraz
Sabemos que las botargas
nos miran por la boca del muñeco
Ven que sonreímos
a unos ojos de cartón
 Descubren una bondad
que no es para personas
Quisieran estar a la altura
de los ojos del muñeco
y recibir ellos
la amabilidad de nuestros gestos

Si desea conocer más del autor, le recomiendo visitar su página de internet, y le invito a aprehender nuestra realidad a través de la poesía, que no sólo puede hacernos soñar, sino también nos empuja a merecer lo que soñamos. 

Comentarios a mi correo electrónico: [email protected]