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POESÍA

Tachas 485 • El Valle • Yohanna Jaramillo

Yohanna Jaramillo

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Tachas 485
Tachas 485 • El Valle • Yohanna Jaramillo

Vine al Valle a explorar sus volcanes,
a cimentar sobre arenososo y húmedo piso,
a vitaminar lo que en el hormigón no puede crecer,
no traje chamarra
porque pensé en los abrazos,
en la fogata comunitaria
cuando nevara en las montañas de San Pedro.

Pero, parece Karen que no nos quieren,
ni siquiera me devuelven el saludo,

-Si somos sangre-
pienso, 
- ¡si somos paisas compa! -

Intentan no venderme su Arte al darme caro,
y yo venía a proveerme de sus manos, 
a aprenderles para no ser ya una carga,
huyendo de las grandes corporaciones
que nos esclavizan, 
       yo venía,
 y ya no sé.



***
Y niégame el nombre de la hierba 
que utilizas en tus alimentos,
no me vendas tus granos, 
ni me enseñes tu lengua,
pero no me mires feo, 
que lo feo es lo primo de lo raro,
y siento angustia, 
me pones 
      borrosa  
la poesía.



***
De la vaca y la cabra:
el queso,
la leche para el café.

Del jardín: 
ahuyentar topos,
rastrillar la arena 
como a mis axilas, 
por si llegan, 
por si las moscas blancas,
el orden, ante todo.

De la arena aceitosa:
los colores de las plantas,
el pájaro gordo que dice tortilla con chile,
la cagapalos paloma de collar turco,
el pecho amarillito silbido largo,
y ellos que para mí son 
el tic tac del reloj, 
los que nos dan el compás,
los aves-niños.



***
A veces siento que ya hablo 
lenguaje alquímico,
pero no sé qué les diría,
soy tan ellos mimetizando
una alarma de carro en la ciudad.

Entendí que entre el cenzontle
y yo, hay diferencias,
no canto cuando debo
y vuelo para no distraer.

De molcajete,
de la centrífuga,
de la alta fidelidad
y lo sintético:
el recuerdo.



***
Cuando la depresión social,
pienso en Dios creando a la codorniz,
cómo fue que pensó en esa plumita en su cresta
para después ¨darnos¨ la idea 
de cómo matarlas,
desplumarlas,
comerlas,
en el Rancho Ombligo del Diablo.

Ese vato tiene muchos pedos,
hace un sotfware para acompañarse,
vive entre inventos dañinos,
pensaría que 
dios es un niño rata,
y nosotros sus bitcoins.



***
Por las carreteras las cuevas del tiempo,
entré al pasado del año 2017,
pero aún no encuentro quién seré,
es como si todo se estuviera desapareciendo.




***
Llevo semanas con los pulmones arenados
con la visión nublada;
las montañas en abril las esconden,
como lo hicieron con los sembradíos de mariguana
hace unos años,
hasta eso,
los vallecinos siempre se protegen,
y entre ellos
hubo un hacker
un día,
que les regaló la señal.

Pero decía que llevo semanas
con la piel cortada,
camino entre montículos de arena,
como por encima de los surcos,
en una pesadilla donde estoy a punto 
de ser transgredida por el capataz.




***
1989

Pero si aquí se dan las sandías y los tomates,
por qué no nos quedamos,
pensaba mientras mi apá nos avanzaba en el carro
y yo capturaba los verdes como un óleo difuminado.

En mi cabeza sonaba 
el acordeón de Ramón Ayala,
en mi entorno Police.

Extraído del poemario El Valle – Cinosargo 2021- 2022

***

Yohanna Jaramillo (Baja California, 1979) ha publicado los libros Pacíficos (Editorial Casa Poesía, Costa Rica, 2007), Yohismos (Propia Cartonera Uruguay, 2010), Trotamentes (Torre de Babel Ediciones, 2010), Diarios del Este(Colección La Ceibita, Conaculta, 2012), 32°/33 (Editorial Piedra Cuervo, 2013; segunda edición en Ediciones El Humo, 2014). Dirige desde 2006 el Festival Internacional Poesía Caracol, Tijuana

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