En el fulgor de la mañana,

el gato enteramente blanco,

como un comienzo, como un

lienzo, pide ser

colmado de sentido

(hambre, mierda, libertad,

¿qué quiere?).

Pero no es

hasta que el sol

le da en la siesta

que su paz adquiere

atribuciones de

revelación: este animal

ve algo que ni vos ni yo, ni el hombre

que arregla en el techo las antenas

vemos: la obra

desde siempre terminada

y por eso, tal vez,

prefiera dormir.

***
Carla Sagulo (Buenos Aires, Argentina, 1977) Poeta. Este poema fue publicado en el libro: Toro, 2011, nulú bonsai.

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