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Tachas 497 • Primeras películas futboleras • Fernando Cuevas
Fernando Cuevas

Empezamos este breve recorrido fílmico sobre el cine primigenio y el futbol con el corto silente Clarita y Peladilla en el football (1914) escrita y dirigida en tono paródico por Benito Perojo, y estrenado un par de años después: la pareja protagónica asiste a un partido entre el Madrid C. F. y el Athletic de Madrid en el campo O’Donnell. Es considerado el primer largometraje que integraba algún elemento futbolero en su temática, El as del futbol (Le p'tit Parigot, Francia, 1926) es una película dirigida por René Le Somptier que sigue las vicisitudes del capitán del equipo francés, interpretado por Georges Biscot: las diferencias con su padre y una serie de enredos laborales, familiares y sentimentales que se van plasmando a través de los diversos capítulos que conforman este serial.
Por fin se casa Zamora (1926), filme de José Fernández protagonizado por el arquero y posterior entrenador Ricardo Zamora, quien también apareció en Los campeones (1942), bajo la dirección de Ramón Torrado: mejor en las canchas que en la pantalla, aunque enjundioso en ambos espacios, el también conocido como el Divino fue de las primeras grandes figuras del balompié español y el futbolista que inició el tránsito del césped al celuloide.
Durante estos primeros años, la cinta futbolera de mayor importancia es la silente alemana Los once diablos (Korda y Boese, 1927), que profetizaba la relevancia del futbol como el deporte del siglo y en la que se recupera la historia de un equipo conformado por trabajadores, en particular la del capitán y centro delantero Tommy, un tornero que termina enamorado de una mujer de corte angelical, convertida en animadora del cuadro.
Un dueño lo observa jugar y le ofrece un contrato jugoso (lejos del ofrecido a los actuales estelares, desde luego), que puede conducirnos a la idea de la profesionalización de este deporte, pero también de su excesiva mercantilización. De hecho, aquí se plantea la eterna pugna entre los jugadores pobres y ricos, representados por el Linda y el Internacional, respectivamente: muy actual si analizamos cierta moda de algunos millonarios que entre sus gustos se encuentra la compra de un equipo para después armarlo, de manera inmediatista, con base en la cartera: si no mete goles, por lo menos que venda camisetas. O al revés: que venda playeras y si puede, que anote de vez en cuando.
Todavía en la década de los veintes, se filmó la película desaparecida Futbol, amor y toros (1929), que algunas fuentes señalan como la primera cinta sonora de España, realizada por Florián Rey, en la que un torero jubilado y un hombre pudiente aficionado al futbol, padre del arquero del equipo Triana, representan la tradición y la modernidad respectivamente. Ya entrando en los treintas, se filmó El gran juego (Raymond, 1930), cinta británica que, en tono de comedia con el balompié como hilo argumental, retrata diversas situaciones y recursos argumentales retomados en varios filmes posteriores dentro del subgénero; también apareció Falsa noticia del futbol (1932), cinta de animación de Ricardo García, conocido como K-Hito por considerarse, jocosamente, el emperador de la historieta española.