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Guía de Lectura • 111110100 • Jaime Panqueva

Jaime Panqueva

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Guía de Lectura • 111110100 • Jaime Panqueva

Quinientos es un número muy grande; pareciera pequeño en un mundo que se acostumbra a esgrimir el millardo como unidad de medida de todas las cosas, pero en la escala humana sobrepasa por mucho los años que podemos vivir nosotros y nuestra descendencia más cercana. Eso, para una especie que suspira por la eternidad, es mucho decir.

Para llegar de forma semanal a quinientos números, se requiere una década, otra cantidad de tiempo nada desdeñable en la era de lo leve, lo veloz, lo efímero. Ingresamos, entonces, en el campo de lo perdurable, de aquello que permanece y evoca aquellas piedras empleadas para señalizar distancias recorridas, milestone, las llaman en idioma inglés, piedra miliar o miliario. Los romanos nos legaron una enorme cantidad de éstas, que también en su latín vulgar llamaban fictus, deformación de fixus, participio de figere, que significaba fijar. A nuestro castellano llegó como hito; una marca o punto de referencia, algo que en la evanescencia de nuestro devenir permanece firme, marca, delimita. 

En el panorama cultural y literario de nuestro estado, las 500 apariciones de Tachas no tienen equivalente alguno; medio millar de ediciones sin afán comercial, de botellas arrojadas al mar cibernético, nos permiten englobar, condensar, asomarnos a las aspiraciones de miles de voces, a la poesía, al cuento y el ensayo. A la música, el cine, a los libros y a los más diversos productos culturales, atesorados, comentados o producidos en la región, que a su vez dialoga con las culturas de todo el mundo gracias a su empaque digital.

La matemática nos dice que 500 es un número compuesto, que por la suma de sus factores a la vez se considera abundante. Esa abundancia reboza en Tachas, vestida de letras a lo largo de quinientos domingos. Tachas la referencia regional, la carta al mundo, el trabajo incansable de ese gran amigo, Leopoldo Navarro. Su tesón, su búsqueda, su afán por compartir, por dialogar nos trajeron hasta aquí y prometen continuar. Bien vale la pena volver el rostro para contemplar la cima escalada. Con esta piedra se marca el camino. Un legado para futuras generaciones que en algún momento preguntarán por las aspiraciones espirituales y culturales de sus ancestros en esta década de civilizada barbarie. 

Felicidades, Tachas 111110100*.

*500 en número binario




 

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