Desde tus pechos
Se desliza hasta tu vientre 
Y se dilata, entre tus piernas,
La pluma de una paloma 
Tan negra como la noche literal.

Tu mano la guía;
Tu mano y la pluma son una 
En esta noche
Donde tus deseos abren 
Una grieta de luz
Por donde te espían mis ojos 
Curiosos,
Lascivos,
Jadeantes, 
Oferentes…

Cuando tu cuerpo entra 
En ese remolino selvático de placer;
Te muerdes los labios hasta sangrarlos
Y tus ojos destellan luz.

Y…
Desapareces de mi vista,
Se hace la nada
En medio de esta noche oscura
Donde aún resuenan 
Tus gemidos que rompen, una a una,
Las cuerdas del silencio.

Es tu noche Teresa
Es mi noche, 
Tal vez sea la noche nuestra.

La noche es tuya,
Tú la gran masturbadora
(La-más-turbadora de todas)…

Y mía, 
El ojo que te crea
Por la rendija del tiempo 
Que se abre insatisfecho.

La noche es nuestra Teresa,
Y tus pasos resuenan en el cuarto vecino;
Sé que sigues desnuda
Como una llama
Que incendia la noche
Ese hoyo negro devorador, 
Abismal, 
Literalmente otra realidad.

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