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EXPERIMENTAL

Tachas 500 • Insomne • Jeanne Karen

Jeanne Karen

01 Imagen creada por IA
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Tachas 500 • Insomne • Jeanne Karen

Duermo de forma habitual seis horas, sin embargo anoche me acosté y poco antes de la una de la mañana estaba despierta, pero no era ni mi hora para levantarme y mucho menos una hora agradable para estar en vela. 

Traté de volver a conciliar el sueño, pero todo ejercicio fue en vano, ni siquiera una de las lecturas más aburridas me ayudó, ya saben, algo así como los manuales para armar una caja de plástico. 

Así que decidí tomar un poco de agua y cambiarme de habitación. Fui a buscar cobijo entre mis libros, ahí tengo una pequeña cama, un poco dura, así como las recomiendan los doctores, con el objetivo de corregir algún mal de la espalda. Por fin, no sé a qué hora volví a dormir, pero solamente para ser atacada por mis pesadillas. 

Por la mañana, después del primer café y un baño con agua tibia, por fin tuve un momento de paz, entonces comencé a pensar y a ponerme en el lugar de las personas que padecen insomnio; dos personas muy cercanas lo han sufrido en algunos períodos de sus vidas, por cierto, vidas muy distintas entre sí, por lo tanto no me es posible establecer un patrón o armar una hipótesis que me devuelva la calma. Así he pasado el día, entre esos pensamientos y la sensación de querer abrazar a mis insomnes, no sé con qué palabras se puede calmar el malestar. Recuerdo que dicen, “no es que no tenga sueño, lo tengo, pero no puedo dormir”, creo que esa es la parte más difícil, lo más terrible; desear con toda nuestra alma hacer algo y no poder hacerlo y más cuando se trata de una necesidad de nuestro organismo. Solamente me queda imaginar y terminar de sentir.

 A lo largo de la tarde y conforme se acerca la noche, un miedo pequeñito todavía, una incertidumbre apenas presentida en la nuca, me advierte, me muestra la pesada pregunta: ¿hoy podré dormir? 



 

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