DISFRUTES COTIDIANOS
Tachas 500 • Medio millar: hitos entre citas, ritos, mitos y más citas • Fernando Cuevas
Fernando Cuevas

Primero cito: el término puede tener varios significados, incluso algunos ya en desuso, como lo consigna la RAE: unido, inmediato y estable, por una parte, aplica sin problema a una publicación que pretenda mantenerse en el tiempo, dada la necesidad del trabajo en equipo y la confluencia necesaria de voluntades y propósitos; por la otra, la periodicidad impone la necesidad de una constancia a prueba de imprevistos, para no depender de las siempre presentes circunstancias reacias a dejar que los proyectos se sostengan, avances y abran paso más allá de sus limitaciones.
El término también se usaba para referirse a una persona pedinche, diríamos por acá, y a un caballo negro sin otro color, de esos que suelen aparecer con entidades y criaturas que dominan los reinos en tinieblas. Obviemos el significado despectivo ya olvidado y vayamos a la figura del caballo negro que se emplea para referirse, en las competencias deportivas, al equipo o participante que tiene potencial para dar la sorpresa y que en principio nadie ve como ganador: en este país, una revista semanal que perdure a través de los años, sorprende y convence, un poco entre esa otra figura del cisne negro, como anomalía, y el mencionado equino que llega más allá de lo que los demás pudieran esperar.
Después el rito: acciones que se vuelven práctica cultural con algún sentido trascendente; si se nos permite escaparnos del contorno místico, podemos considerar un ritual al hecho de escribir, editar, conjuntar, publicar y leer, semana tras semana, alrededor de un concepto. Resulta que hitar es sinónimo de amojonar, que refiere a la acción de colocar mojones –objetos como piedras, por ejemplo- para señalar el perímetro de un terreno: el hito también se entiende como el poste que indica la dirección de un camino o para delimitar, tal como una revista semanal puede darnos alguna pista de por dónde avanzar.
De ahí al mito: engrandecer la realidad con miradas salpicadas de idealización, aventura y exploración. El hito como un suceso, acción o producción que lo cambia todo en un contexto determinado, volviéndose referente para futuras transformaciones en el campo de acción considerado. Y en este pantanoso terreno de las publicaciones culturales, siempre acechado por implacables adversarios que toman formas temporales, monetarias, egocéntricas o anímicas, todo un hito que una de ellas llegue al medio millar, no solo sobreviviendo, sino proponiendo.
Y otra vez cito: el hito como blanco para dirigir el tiro, como el clavo sin cabeza que se inserta en la superficie para formar parte de ella o para definir al juego de aventar herraduras a un pequeño poste enterrado en el suelo: pensemos en este poste como unas tachas y en los objetos metálicos que se lanzan como los textos que se van articulando. En conclusión, 500 números de una publicación semanal sin bajar el listón, puede considerarse como un hito. Desde cualquier lugar polisémico que se quiera considerar.