EXPERIMENTAL
Tachas 602 • En El Proceso Creativo • Jeanne Karen
Jeanne Karen

Las seis de la tarde, el sol se oculta. Los días van acortándose, poco a poco el tiempo parece no ser el mismo, las horas pasan con tanta velocidad como si fueran apenas minutos.
Pienso en todo lo que deseo escribir para la entrega de hoy, en realidad son muchos temas. La tarde se me fue mientras daban vueltas en mi cabeza una serie de pensamientos, de ideas y de palabras, palabras que -tenía la seguridad- me ayudarían a escribir, me llevarían a concretar uno solo de esos temas; pero a veces todo me importa, todo es o me parece urgente y necesito ponerlo sobre la hoja. A pesar de todo, siempre pasa así, las hojas en blanco nos reclaman, refulgen en la superficie brillante de la computadora -como si la vida dependiera de ello-, de poner una a una esas líneas, colocarlas para hacerlas vivir, y para que me otorguen el sentido de mi propia existencia. Escribo porque vivo.
Hoy es un día especial, alguien seguramente espera el nacimiento de un hijo, otra persona ha terminado un proyecto muy importante, alguien más comienza a construir una nueva casa, alguien más terminó de escribir una colección de poemas, todo avanza.
Se suele decir -y lo entiendo- que hay que escribir sobre lo que vivimos, sobre lo que experimentamos, pero también es importante escribir sobre lo que soñamos, porque esos sueños son construcciones, utopías, mundos que inventamos y que de alguna manera deseamos compartir.
Las personas que escribimos pensamos también que escribir es una forma de crear, de hacer posible lo imposible, de construir fuera de la caja, de abrir cerrojos, de forjar metales inimaginables: amalgamas únicas.
¿Escribir sobre la vida o sobre los sueños entonces? Sobre lo cotidiano, lo mundano, lo convencional, sí, pero también hay que escribir sobre esos detalles ocultos, las conjunciones extrañas, los rincones, las líneas ocultas que se esconden al final de la página, los fondos de las casas viejas, el hueco de las escaleras, los hilos que se desprenden de un vestido, las estrellas que se apagan.
No hay un tema, el todo es el tema. Enciende un fósforo a mitad de la noche, dime lo que ves, dime lo que representa para ti, o camina por un parque en un día lluvioso, intenta no hablar con nadie, sigue caminando, encuentra tu alto en ese camino, mira hacia todos los puntos cardinales. ¿Qué has convocado, qué quimeras han venido a tu encuentro?
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Jeanne Karen (San Luis Potosí, México, 14 mayo 1975). Estudió Ciencias de la Comunicación en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí. Temas como la muerte, la introspección y la complejidad semántica en la comunicación en relación con el autismo y las ciencias exactas como las matemáticas y la física, influyen su trabajo en un debate casi ético. Premio estatal de poesía Viene la muerte cantando (1998) Premio de Poesía Salvador Gallardo Dávalos (1999), de Poesía Manuel José Othón (2002 y 2006) Premio de Periodismo Francisco de la Maza por Publicación o Programa de Difusión Cultural (2009).
Ha publicado los libros: Simulación dinámica (Bitácora de Vuelos, 2015), Cementerio de elefantes (Múltiples editoriales). Hollywood (Ponciano Arriaga), Menta (Ponciano Arriaga).