En la semana que hoy termina, dos perlas confirmaron la distancia enorme que existe entre el discurso de honestidad y transparencia del gobernador Márquez y los hechos en su administración.

El primero fue la enésima compra a sobreprecio, esta vez de una remesa de megáfonos para la Secretaría de Salud, y el segundo, el episodio lamentable de la contratación de un cuñado del secretario de Gobierno, Antonio Salvador García, en la dependencia a su cargo.

La corrupción en altavoz:

Se compraron 482 equipos de voceo individuales -vulgo megáfonos-, marca Steren, modelo MG600, requeridos por el Instituto de Salud Pública del Estado de Guanajuato, que es el nombre formal de la Secretaría de Salud. En su página de internet, Steren ofrece estos aparatos, al mayoreo y de contado, con un precio unitario de 945 pesos. El Gobierno del Estado los pagó a un intermediario, Omniprov -muy conocido en el círculo oficial-, en 3 mil 400 pesos, cada uno. Nada más 2 mil 455 pesos, más caros, por pieza.

La compra se realizó por invitación directa y se pagaron un millón 638 mil pesos a Omniprov.

La transa(cción) se consumó en diciembre pasado, ya sin rodeos, en la administración de Miguel Márquez, y salió a la luz pública al trascender una cadena de correos electrónicos al interior del propio Gobierno del Estado, incluidos el Isapeg y la sacrosanta Secretaría de la Transparencia, de la señora Isabel Tinoco.

A la publicación primera, el aparato gubernamental reaccionó como acostumbran este y todos los anteriores, con evasivas y la consabida “toma de conocimiento de los hechos”.

Al entender por fin que no tenían otra salida, enviaron a la secretaria, Isabel Tinoco Torres, a informar que -”en días pasados”- conocieron de una denuncia anónima -los correos datan de meses-, así que desde el 6 de mayo el área jurídica -a cargo del verdadero jefe de esa dependencia, el panista Rodrigo Sierra Ortiz- inició una investigación.

Como resultado -y únicamente hasta que el asunto fue público-, decidieron iniciar procedimientos de responsabilidad administrativa, en contra de dos empleados del Isapeg y dos de la Secretaría de Finanzas, Inversión y Administración -ésta al mando del medinista Juan Ignacio Martín Solís-, justo ahí a donde se les encarga el buen uso de los recursos públicos. Presentaron además una denuncia ante el Ministerio Público contra quien resulte responsable.

Las maquinaciones en las compras del Gobierno del Estado levantaron voces de protestas en todos los sectores.

Por ejemplo, en el Congreso de Guanajuato…

Ahí, la diputada priista Yulma Rocha habló de una red de complicidad que encabezaría la propia Secretaría de la Transparencia y Rendición de Cuentas, dedicada a encubrir la corrupción y sortear los castigos por daño al erario, y el coordinador verde, Sergio Contreras Guerrero, imaginó una iniciativa de reforma al procedimiento de adjudicación de contratos.

En los partidos políticos:

El dirigente del PRI, Javier Contreras -que además es el jefe de los diputados priistas en el Congreso local- pidió una investigación a todas las compras que se han hecho a ese intermediario -más de mil, del 2008 a la fecha-.

Para el jefe estatal del PRD, Hugo Estefanía, se tendría que revisar a cada una de las dependencias estatales, para evitar el daño a las arcas públicas de los guanajuatenses.

Y en el PVEM, el dirigente estatal, Carlos Chacón, dijo lo que todos dicen, que en el gobierno de Miguel Márquez se habla mucho de transparencia, pero que ya en el quehacer gubernamental… pues no es lo mismo.

En la iniciativa privada destacó la voz del presidente de la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación, Gustavo Guraieb, quien diría que hay que hacer las compras directas a la empresa y colocar candados.

Había una vez un cuñado…

El otro escandalito de la semana lo detonó el trascendido de que un cuñado del secretario de Gobierno, Antonio Salvador García López, había sido contratado en la estructura de esa instancia, en la Subsecretaría del Trabajo que detenta Marco Rodríguez Vázquez.

El cuñado del secretario se llama Jesús Enrique Orozco Mora, y a mitad del escándalo “presentó su renuncia” dizque “para no hacer ruido”, según comunicó de manera coloquial Claudia López, la coordinadora de prensa de la Secretaría de Gobierno.

Jesús Enrique Orozco Mora es hermano de Lourdes Patricia, la esposa del secretario de Gobierno, Antonio Salvador García.

Hubo quienes deslizaron que la contratación corrió a cuenta de Marco Rodríguez, el subsecretario del Trabajo, y que el titular de la Secretaría de Gobierno ni enterado estaba. Por supuesto, nadie les creyó.

Marco Rodríguez, ya con un buen rato en la grilla panista, dio un paso al frente, sacó el pecho por su jefe y se dispuso a recibir los tiros: ¡bravo! Sacrificios a los que obliga en ocasiones la burocracia.

Desde la precampaña, Miguel Márquez se quejó amargamente del peso que para sus aspiraciones tenían los antecedentes de opacidad y los indicios de corrupción del gobierno de Juan Manuel Oliva. Se desmarcó. En contrapartida, comenzó a machacar un discurso inamovible en su contenido de honestidad, legalidad, transparencia, acceso a la información pública y rendición de cuentas. Miguel Márquez había sido el contralor de Oliva.

La realidad se le vino encima con los primeros y millonarios contratos que se obligó a asumir.

El primero, el proyecto de seguridad estatal “Escudo”, un contrato por más de 2 mil 700 millones de pesos, que se asignó a un solo proveedor, mediante asignación directa, y que se anunció en un “sabadazo” a mitad de las vacaciones de fin de año.

El segundo es el proyecto “Guanajuato Iluminado”, que lo tiene enfrentado con los presidentes municipales priistas del estado, a los que se invitó a la adquisición de unas 400 mil lámparas de leds, a un costo aproximado de 4 mil millones de pesos. El argumento fue que la compra conjunta abarataría los costos.

El tercero es la licitación para la proveeduría, distribución, suministro y administración de los medicamentos y material de curación del Seguro Popular, concesión que se quitó a su proveedor anterior, el Isseg. El contrato por dos años asciende a los 4 mil 200 millones de pesos, y ahora se sabe que las empresas que lo persiguen tienen negros antecedentes.

Fue precisamente Gustavo Guraieb, el presidente de la Canacintra, quien, con una lógica tan elemental como demoledora, deslizó que el trabajo por hacer está en la parte preventiva, en la revisión y aplicación de los reglamentos y los procedimientos que impidan los abusos.

Hasta ahora, Miguel Márquez ha saltado del discurso a la parte punitiva con la presentación de varias iniciativas de ley, cuando demostrado está que al delincuente, ni el amago de la pena de muerte lo detiene.

Ni modo, a esperar el siguiente capítulo.

EL SHOW DEL CONGRESO

En el Congreso de Guanajuato se esmeran en el solaz y esparcimiento del respetable. En turno, de nueva cuenta, los panistas que se asustan si les jalan la cobija, y el inefable diputado PRI-PAN Guillermo Romo Méndez.

Ahora fue el inofensivo diputado del Panal, Marco Antonio Miranda Mazcorro, el que tiró el pial a los panistas: hay que ordenar una “auditoría integral” a la Secretaría de Educación de Guanajuato, la SEG, porque ahí se tira el dinero, dijo, palabras más, palabras menos, al proponer un punto de acuerdo.

Para sorpresa de nadie, los panistas dijeron no. La propuesta se empató en dos ocasiones a 18 votos y hubo de posponerse, porque así lo ordena la Ley Orgánica del Legislativo, para la sesión siguiente.

Hasta los fantasmas del viejo recinto tenían su atención fija en el diputado Guillermo Romo, quien llegó con la camiseta del PRI, pero que no había enseñado sus tatuajes. Romo falló esta vez en el viejo truco de ir al baño, porque su coordinador oficial, Francisco Javier Contreras, fue por él hasta el pasillo. Tuvo que votar de manera institucional, pero hasta ahí…

En desquite, subió a tribuna y arremetió contra sus compañeros de partido, y en específico contra la aguerrida diputada irapuatense Yulma Rocha. El motivo: defender al exgobernador Juan Manuel Oliva, al que no habría que acusar sin pruebas.

Textual:

“En el sexenio pasado, algunos de mis compañeros (…) se dieron perfectamente cuenta de la gastada de millones. Qué curioso, que en su tiempo no se opusieron a nada y para nada. ¿Acaso no se está acusando sin ton ni son? (…) Yulma era secretaria general del PRI estatal. No dijo ni hizo nada. ¿No es sospechosa la actitud ahora que acusa sin pruebas?”.

El diputado justificó su huida de la sesión del 2 de mayo, cuando se votó la comisión que revisaría el sexenio de Juan Manuel Oliva, que propuso la bancada del PRI. Que se sintió mal. Que iba a León. Que no llegó. Que tuvo que parar en el Hospital de Silao. Hasta sacó su hoja rosa.

Yulma Rocha prefirió no comentar el punto. No vale la pena, dijo. No fue el caso del coordinador Francisco Javier Contreras, también presidente estatal del PRI. Si Romo se quiere ir, es su problema. Romo le había dicho que subiría a tribuna para hablar del Día de las Madres. Así no se puede.

Ya en el menú de entrevistas, el diputado Romo diría incluso que con gusto trabajaría por una iniciativa del PAN “si esta beneficia al pueblo”. ¿Comparsa del PAN? “Soy priista, soy priista, siempre he sido priista, amo a todos los expresidentes de la República…”. Bueno, es diputado.

ALCALDES

En la semana que arranca mañana, León, Guanajuato, será el foco de atracción de la política en el país. Para la Conferencia Anual de los Municipios de México 2013, que organiza la Federación Nacional de Municipios de México, A. C. (FENAMM), se concentran aquí prácticamente todos los jefes de los 2 mil 445 ayuntamientos de México. El encuentro lo inaugura el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, al que acompañará medio gabinete. Vienen gobernadores, legisladores federales y verdaderos gurús de la política. Entre actores y maquillistas, se espera a unas 16 mil personas.

El encuentro inicia el miércoles con una cena que preside el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, y a la mañana siguiente inaugura de manera formal el presidente Peña Nieto, a quien se anuncia con la conferencia “Compromisos municipalistas para transformar a México”.

La comida de ese día la ofrece el director de Banobras, Alfredo del Mazo, y ahí se espera la asistencia de la secretaria de moda y de Desarrollo Social y Humano, Rosario Robles, y al secretario de Hacienda, Luis Videgaray.

Estarían también el gobernador de Sinaloa, Mario López Valdés -Malova-, quien además es el presidente de la Conago; Eruviel Ávila Villegas, gobernador del estado de México; Javier Duarte, gobernador de Veracruz; Roberto Sandoval, de Nayarit y, claro, Miguel Márquez, gobernador de Guanajuato.

Se programan conferencias de Edward Glaeser, director del Centro Taubman para estados y gobiernos locales; Álvaro Uribe, expresidente de Colombia; y el apóstol de la modernidad, Antanas Mockus, exalcalde de Bogotá.

Para la alcaldesa Bárbara Botello, en sentido estricto la anfitriona, es toda una distinción la designación de León como sede del encuentro de los municipios de México.

Desde la perspectiva de Miguel Márquez, es un espacio inmejorable para debatir -otra vez- la ampliación del mandato de los presidentes municipales y su eventual reelección. Un debate sin tintes partidistas es el que espera Márquez.

En sintonía -y para que nadie se queje-, participan la Asociación Nacional de Alcaldes (ANAC), la Asociación de Autoridades Locales de México (AALMAC) y la Conferencia Nacional de Municipios de México (CONAMM). Al fin y al cabo, México es un país de siglas.

En realidad, en la agenda de la CONAMM, que encabeza el alcalde de Puebla, Eduardo Rivera Pérez, hay líneas de discusión muy concretas.

La primera tiene que ver con la seguridad en los municipios y los recursos federales para apoyarlos, vía el Subsemun. La conferencia defiende que los municipios son el primer orden de gobierno en garantizar la tranquilidad a sus habitantes y no pueden quedarse al margen de las estrategias de seguridad.

El otro punto en el que pondrán el énfasis los alcaldes son los dineros: los que se adeudan y los que se recibirán. Quieren estar en contacto permanente con los legisladores federales y con la secretaría de Hacienda.

En vía de mientras, el fin de semana ya estuvo por acá en el Poliforum la avanzada del Estado Mayor Presidencial, en reunión con las autoridades estatales y municipales, para ver lo suyo: la seguridad del presidente.

LA JAULA

El cuento de nunca acabar. Dos notas de fin de semana nos ponen, otra vez, en los ojos del mundo: el asesinato a golpes al nieto de Malcolm X y la localización de los cadáveres de dos chefs españoles, desaparecidos una semana atrás en Sinaloa.

Malcolm-Latif Shabazz, nieto de Malcolm X, el legendario islamista defensor de los derechos de los afroamericanos, considerado uno de los más importantes representantes de la lucha contra la discriminación racial, fue muerto a golpes en un bar de la plaza Garibaldi, en la ciudad de México, donde discutió por una cuenta de mil 200 dólares de consumo.

Miguel Suárez, uno de sus acompañantes, dijo a The Associated Press (AP) que Shabazz discutió con el dueño del lugar, se desató una pelea y después encontró al nieto de Malcolm X afuera del lugar, gravemente herido, por lo que lo llevó al hospital de Balbuena donde finalmente falleció.

Mientras, dos chefs españoles que se encontraban en calidad de desaparecidos desde la semana pasada, fueron encontrados sin vida en el interior de un automóvil que fue arrojado a un canal, en Culiacán, Sinaloa.

Fernando Carmona Romero y José Montoya Lozada, de 58 y 50 años de edad, respectivamente, ambos con residencia en España, realizaban trabajos de gastronomía en el hotel Flamingos, en Culiacán, y salieron a conocer los pueblos de la zona, pero ya no regresaron.

México de cuerpo entero, en la visión del exterior.

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